Borrar
Dibujo publicado por el diario La Ilustración Española y Americana acerca del bombardeo de la flota del Cantón de Cartagena sobre la ciudad de Almería el 30 de julio de 1874 IDEAL

El día en que el cantón de Murcia atacó Almería

Historias de Almería ·

Dos fragatas cartageneras amenazaron la ciudad si no se pagaba un impuesto y se declaraba federal. Las tropas leales repelieron el bombardeo

Víctor Hernández Bru

Domingo, 19 de abril 2020, 00:13

Comenta

LA Primera República Española, época lejana de la historia de España que duró algo menos de dos años, en el último tercio del siglo XIX y de la que fue presidente un almeriense, Nicolás Salmerón Alonso, esconde numerosos episodios notablemente interesantes y, al mismo tiempo, que se han perdido en la noche de los tiempos, para el desconocimiento de una parte importante de la población.

Uno de ellos incumbe directamente a Almería y está relacionado con otro de los episodios más rocambolescos que se han vivido en la historia de España: el del Cantón de Cartagena, una insurrección federalista que se produjo en dicho municipio murciano entre el 12 de julio de 1873 y el 12 enero de 1874, con el propósito de instaurar en el país una república federal desde abajo.

Pocos días después de la insurrección cantonal, el 30 del mismo mes, julio, dos fragatas, la Almansa y la Vitoria, al mando del general Juan Contreras, llegaron a la costa de la capital almeriense, dentro de una operación que trataba de obligar a la sublevación cantonal a todos los municipios de Málaga, Granada y Almería, y comenzaron un bombardeo, ante la negativa de la ciudad a someterse a tales deseos.

Unos deseos que no se limitaban tan sólo a los anhelos federalistas de aquellos cantonalistas cartageneros, sino que incluían también una importante componente crematística. En concreto, los federalistas pedían a Almería dos millones de reales, además de la salida de la misma de toda fuerza militar.

Salmerón, presidente

Dos meses llevaba en el cargo el presidente Salmerón Alonso, que había accedido a él ya con la insurrección cantonal producida. De hecho, su presidencia sería muy fugaz, precisamente porque se negó a firmar sentencias de muerte relacionadas con la insurrección cantonal, lo cual le llevó a presentar su dimisión.

El 28 de julio, ambas fragatas zarparon del puerto de Cartagena, primero la Almansa, con el general Contreras a bordo y, minutos después, la Vitoria.

Al día siguiente, ambas embarcaciones fondearon frente a la capital almeriense y trasladaron a las autoridades sus exigencias, desplegando como amenaza sus ocho lanchas, cada una de ellas equipadas con un cañón y con fuerzas de desembarco.

El almeriense Nicolás Salmerón Alonso era, por entonces, el presidente de la Primera República Española

Hubo acuerdo entre las autoridades locales y las republicanas en no ceder al chantaje cantonal y, de hecho, el brigadier Teodoro Alemán se comprometió a movilizar a sus 1.400 soldados en la defensa de l a plaza.

En la noche de aquel día 29, se produjo, a bordo de la fragata Almansa, una reunión entre emisarios almerienses el general Contreras, en la que los primeros manifestaron al segundo que no se aceptaban las condiciones y que, por tanto, si se producía el asalto de la ciudad, las tropas leales a la República la defenderían.

Las hostilidades rompieron a las diez de la mañana del día siguiente, 30 de julio, con una serie de descargas por parte de los cañones ubicados en las lanchas de ambas fragatas. Enfrente, en el Puerto y el Malecón, guarnecidos por sacos y defensas, las tropas leales, conformadas por soldados, carabineros, Guardia Civil y voluntarios, repelían el ataque.

El primer envite terminó a las once de la mañana, pero el fuego regresó a las dos, acompañado por hasta cuatro intentos de asalto a la ciudad y alargándose el episodio por dos horas, de nuevo sin éxito.

Tras el segundo intento, las fuerzas del general Contreras desistieron y emprendieron la retirada a las siete de la tarde, pensando en intentar la rendición de Málaga. Dos horas después, el gobernador de la plaza enviaba un telegrama al gobierno: «Almería victoriosa. A las siete de la tarde salieron con dirección a Málaga las fragatas Almansa y Vitoria. Gran entusiasmo. El primer batallón del ejército y los voluntarios recorren con una banda de música las calles de la población. Fuerzas del ejército vigilan también algunos puntos. No ha habido desgracias que lamentar más que algunos contusos. El destrozo de los edificios ha sido de alguna importancia. La animación renace, y vuelven algunas familias de las que huyeron al anuncio del bombardeo».

Días después, Diputación y Ayuntamiento solicitaban, vía telegrama, una recompensa para el mando de las tropas militares que había defendido Almería, el brigadier Teodoro Alemán: el ascenso a mariscal de campo, después de haberlo declarado hijo adoptivo de la ciudad.

Las tropas de Contreras, que habían continuado viaje hasta Málaga, fueron apresadas allí por una flotilla compuesta por un buque inglés, otro francés y otro prusiano, el Federico Carlos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal El día en que el cantón de Murcia atacó Almería

El día en que el cantón de Murcia atacó Almería