Artículo de Opinión

Mono azul por bata blanca

Antonio Escobar

El Ejido

Martes, 16 de abril 2024, 11:26

Parafraseando a Fray Luis de León o a Quevedo, que no está clara la cosa, como decíamos ayer, los agricultores se siguen manifestando en distintas ... partes de España y también de Europa. No queda otro remedio. Ahora que se acercan las elecciones europeas notan que han pillado cacho y no van a soltar la presa fácilmente. Pretenden cambiar la Agenda 20-30, una competencia justa y, en última instancia, seguir viviendo de su actividad como hasta ahora. Lo resumen en el movimiento 'Si yo no produzco, tú no comes' que es una iniciativa impulsada por Agrifood Comunicación y Cooperativas Agroalimentarias de España. Su objetivo es concienciar a los consumidores sobre el funcionamiento del Sistema Europeo de Producción y resaltar el papel crucial de nuestra cadena alimentaria. Está bien, pero dudo mucho que la vieja y aburrida Europa cambie su Política Agraria Comunitaria, pues sus debates son propios de una sociedad con el palmo cúbico saciado-tamaño aproximado del estómago. Una Europa que tiene a sus administrados como vasallos de la ideología 'Un Mundo Feliz', la novela más famosa de Aldous Huxley, que nos sumerge en una sociedad futurista llamada Utopía. En este mundo, la felicidad aparente y el bienestar reinan, pero a un alto costo: la libertad individual ha sido sacrificada.

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Pierdan toda esperanza. Lo que tengamos que hacer, para seguir al pie del cañón, lo tenemos que hacer nosotros, a pesar de Europa. No es fácil, pero estamos orientados.

Nuestro modelo no está agotado. La innovación, la elasticidad del tejido productivo, que representa la familia, la asistencia técnica de muy buenos profesionales y la ayuda de una industria auxiliar, siempre en vanguardia y facturando ya 1.500 millones de euros, son parte del propio modelo. Que tenemos que mejorar: sin duda. Que tenemos que evolucionar: esa es la cuestión.

Mejorar la formación, pues de nuestros jefes de explotación solamente el 37% poseen cursos de formación agraria, el 2,5%, FP agrario y el 1,7%, estudios universitarios. Fomentar el relevo generacional, pues sólo un 18,5% es menor de 40 años y nos acercamos a los 53 años de media, con un 17% que tienen más de 65. Aplicar avances tecnológicos, TIC, IA, robotización etc. Seguir implantando certificaciones y protocolos de calidad, que casi estamos llegando al 97%, tanto en producción como en fase de manipulado del producto (GlobalGAP, BRC, IFS, certificaciones de producción ecológica, etc.).

Invertir en investigación que, a pesar de contar con numerosos centros públicos (IFAPA, CSIC y UAL) y privados (Las Palmerillas de Cajamar, Fundación Tecnova, C.I.T. de Coexphal, de Anecoop, etc.), apenas verán algún euro de los más de 151 millones que las 42 OPFH almerienses invertirán este 2024. En Almería ya hay instaladas 31 empresas de semillas hortícolas, de las que 8 tienen sus centros de investigación genética aquí.

Nuestro modelo es referente para países de zonas cálidas y debemos mantener esa posición de liderazgo, para que nos genere riqueza y valor en el empleo. La evolución será ir cambiando el mono azul por la bata blanca.

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