Granada recupera la estampa original del Señor de las Tres Caídas con su nueva cruz de Cultos
Antonio Martín Rubio, hermano mayor del Rosario, ha subrayado en la presentación que recuperar la estampa original del Señor constituye un acto de memoria histórica y de catequesis visual.
Álvaro de la Torre Araus
Granada
Viernes, 21 de noviembre 2025, 13:26
Granada vivió ayer por la tarde un acto de profundo recogimiento con el inicio del Solemne Triduo en honor al Señor de las Tres Caídas predicado por el párroco de la Imperial de San Matía, David Salcedo. El Monasterio de Santa Isabel la Real, en el Albaicín, acogió a numerosos hermanos, fieles y devotos que se acercaron a orar ante la venerada imagen de Nuestro Padre Jesús, cargada de historia y devoción.
La jornada inaugural contó con un momento destacado: la presentación y bendición de la nueva Cruz de Cultos y Traslados, obra del taller granadino de Alberto Olmedo. Esta pieza recupera la estampa original del Señor en distintos momentos del año, evocando la cruz que ha acompañado la veneración del Titular durante siglos y que permanecerá custodiada en el monasterio.
El Señor de las Tres Caídas se presenta para estos Cultos imponente en la nave central de la Capilla del Monasterio. Luce una elegante túnica morada de cola, bordada en el taller de García y Póo, acompañada del cíngulo de salida. Completan el conjunto el cuello y las puñetas de encaje de aplicación de Bruselas, así como el nimbo y la corona de plata sobredorada, obras diseñadas por Álvaro Abril Vela y ejecutadas por Alberto Quirós. Además, la imagen porta la joyería regalada por los fieles, que realza la solemnidad de la cita. El altar se engalana con una composición floral realizada por Granatum Flores, formada por iris, amapolas y cardos, entre otras especies, en tonos morados y acompañadas de vegetación silvestre que evoca el sendero del Calvario.
Un puente entre generaciones
Antonio Martín Rubio, hermano mayor de la corporación, destacó en la presentación la importancia histórica y simbólica de la cruz: «La cruz no es solo un objeto de culto; es un testigo silencioso de la historia de nuestra fe. Desde los primeros siglos del cristianismo ha sido un símbolo de la Pasión, la muerte y la redención de Cristo, pero también un signo de identidad y religiosidad popular. Ha acompañado a nuestra hermandad desde sus inicios en el siglo XVI y sigue siendo un elemento central de nuestra identidad».
Antonio, además de ser el máximo responsable de la corporación es profesor universitario, y aprovechó la presentación de la Cruz para compartir con los asistentes algunos apuntes históricos esenciales. Recordó cómo, tras 1492, comenzaron a levantarse en Granada numerosas cruces en lugares estratégicos, señalando no sólo la renovación del espacio urbano, sino también la reafirmación de la fe de todo un pueblo.
En ese clima de crecimiento espiritual y de arraigo devocional surgió, hacia la década de 1540, la hermandad de la Vera Cruz, heredera directa de la piedad que los franciscanos habían sembrado desde tiempos de los Reyes Católicos. Su primera sede estuvo en un pequeño hospital junto a la parroquia de la Magdalena, antes de trasladarse al convento franciscano de la Casa Grande. Allí coexistió durante años con la hermandad de Jesús Nazareno de las Tres Caídas.
Aquella vinculación quedó sellada de forma visible cuando, en el Jueves Santo de 1791, la hermandad de las Tres Caídas realizó su estación de penitencia con cuatro pasos, entre ellos el de la Santa Cruz, testimonio vivo de una devoción compartida que ha marcado la historia cofrade granadina.
Para el Hermano Mayor, «En 2025, la vinculación de la hermandad con la devoción a la Santa Cruz constituye una realidad inseparable, tanto por su arraigo histórico como por su erección canónica en la iglesia conventual de Santa Cruz la Real. Por este motivo, la corporación se integra en la devoción a la Vera Cruz a través del mensaje simbólico que transmiten las cartelas de la nueva cruz del Señor» explicó.
«Cuando hablamos de patrimonio, hablamos de identidad. Esta cruz es un puente entre generaciones»
Rubio subrayó además que recuperar la estampa original del Señor es un acto de memoria histórica y catequesis visual: «Cada símbolo en la cruz, cada cartela, nos habla de la unión con las órdenes dominica y franciscana, de la devoción a la Virgen a través del Rosario y de la presencia de Santa Clara y Santa Isabel de Hungría. Queremos que cada fiel que contemple esta cruz pueda sentir la continuidad de nuestra historia y la profundidad de nuestra fe». afirmó.
Antonio Martín también quiso resaltar la dimensión espiritual y comunitaria del proyecto: «Cuando hablamos de patrimonio, hablamos de identidad. Esta cruz es un puente entre generaciones, una manera de transmitir a los más jóvenes la belleza de nuestra tradición artística y el mensaje de la Pasión de Cristo».
La nueva cruz no solo enriquece el patrimonio artístico de la hermandad, sino que recupera la esencia del Muy Antiguo y Milagroso Señor de las Tres Caídas
Cada detalle de la cruz refleja la devoción que ha acompañado al Señor de las Tres Caídas durante siglos. La cara externa incorpora símbolos de la relación con la Iglesia y la comunidad, como el jarrón con tres azucenas que simboliza la pureza de María, la custodia y el báculo de Santa Clara, o el abrazo de San Francisco y Santo Domingo. La cara interna, más íntima, recoge los elementos de la Pasión: el INRI, el paño de la Verónica, la esponja con vinagre, la columna del azote y la corona de espinas, evocando los misterios que invitan al recogimiento y la contemplación. «Con esta representación hemos querido acoger a nuestra querida hermandad vecina de Jesús del Perdón y María Santísima de la Aurora», dijo en presencia del hermano mayor de la Aurora, José Ortega, que quiso acompañar a la hermandad en este primer día de cultos.
La cruz incorpora un grabado de Nuestra Señora de las Angustias, patrona de la Archidiócesis, representada con la iconografía clásica del siglo XVIII. En el penúltimo óvalo figura la palangana y la jarra utilizadas en el rito del lavatorio de pies. El travesaño vertical se cierra con un tenebrario,«un candelabro triangular con quince velas que se iban apagando progresivamente durante el Oficio de Tinieblas, la ceremonia litúrgica que tenía lugar desde la tarde del Miércoles Santo, jornada en la que la corporación realiza estación de penitencia» explico Martín Rubio.
La nueva cruz no solo enriquece el patrimonio artístico de la hermandad, sino que recupera la esencia del Muy Antiguo y Milagroso Señor de las Tres Caídas, preservando la devoción viva de la ciudad. El Triduo continuará durante los próximos días hasta culminar el domingo 23 con el tradicional besamanos, cuando los fieles podrán venerar directamente al Señor.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión