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La ruta de los Bolos, en Dúrcal. IDEAL

Una ruta por los Bolos de Dúrcal con aroma nazarí

Senderismo en Granada ·

La acequia Mahina protagoniza el recorrido y se erige como una maravilla árabe que baña cultivos y que marca el camino entre rocas, cabras y vegetación

ÁNGEL MENGÍBAR

Jueves, 2 de diciembre 2021

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Descubrir lugares desconocidos rodeados de naturaleza siempre es una buena opción para enriquecer el alma. La provincia de Granada consta de una geografía privilegiada para toparse con senderos, montañas y valles y dejarse llevar a través de sus misterios y belleza particular. El Valle de Lecrín reúne todos estos ingredientes mediante una ruta única para los aventureros más intrépidos.

Los Bolos de Dúrcal son un recuerdo de otra época. De la nazarí, concretamente. Ocho siglos de historia musulmana en la que Granada giró en torno al agua como elemento protagonista de una cultura basada en los cultivos y la estética. La ruta de los Bolos transcurre a lo largo de la acequia Mahina, que data de tal época y que todavía a día de hoy nutre a los campos de cultivo locales.

A lo largo de su cauce el visitante encuentra un recorrido muy atractivo en el que la aventura queda compuesta con cuevas y pozas de agua. Tras iniciar el viaje en el IES Valle de Lecrín, un sendero desciende hasta la acequia junto con el valle del río Dúrcal. Conforme la ruta se va estrechando más y más, el comienzo del periplo se aproxima. Será en una rambla señalizada, a la que se llega tras continuar por unos escalones de madera, la que marca el principio de la ruta de Los Bolos.

La acequia Mahina en la ruta de los Bolos. IDEAL

El camino se halla junto a la acequia, en su borde, por lo que la precaución deberá ser máxima para no acabar empapados. En tiempo estival, se recomienda llevar bañador y toalla para disfrutar con un buen chapuzón en algunos puntos destinados al baño. Sin embargo, se desaconseja caminar por la propia acequia, pues su agua abastece los campos de Dúrcal.

Canal de Fuga

El camino cruzará algunos obstáculos, como túneles sobre la piedra fechados de la etapa nazarí o rocas que habrá que bordear. Tras continuar por el borde de la acequia y recorrer el ingenioso sistema de gestión de aguas que la compone, la ruta de los Bolos llega a uno de los puntos más singulares.

El salto de agua de Canal de Fuga marca el recorrido desprendiendo agua pura. Tiene su origen en los años 20, a raíz de la construcción de una central eléctrica. El agua sigue su curso y se ayuda de la fuerza de la gravedad para nutrir el caudal del río Dúrcal, por el que habrá que continuar la ruta tras dejar atrás la acequia. Será fundamental llevar un calzado apropiado para el agua a partir de este tramo.

Ruta de los Bolos

  • Recorrido 6'5 kilómetros

  • Duración 2 horas

  • Dificultad Media

  • Requisitos Calzado apropieado para el agua

Los amantes de la geología tienen una ocasión dorada para poner a prueba sus dotes. El río baña un sinfín de rocas y piedras de diferentes tamaños y formas. Aunque la erosión ha realizado su labor, muchas de ellas son de gran valor natural. También habrá que permanecer atentos y en silencio a las laderas del valle. Las cabras habitan la zona, así como otras especies autóctonas.

Caída de agua del Canal de Fuga. IDEAL

Entre subidas y bajadas de rocas, los exploradores podrán pararse a disfrutar del agua en las distintas pozas naturales que albergan los Bolos. La aventura finaliza en otro salto de agua, el elemento estrella del Valle de Lecrín. Un destino espléndido para apreciar la gran herencia musulmana de la que goza Granada aún a día de hoy y dejarse llevar por la melodía que el agua produce cuando choca y baña la piedra.

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