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D. O.
Granada
Sábado, 11 de mayo 2024, 00:22
La playa de Cambriles tiene el corazón dividido entre dos localidades de la Costa Tropical de Granada. Y es que sus 850 metros de longitud se reparten entre dos términos municipales distintos. Un tramo pertenece a Castell de Ferro, y el otro, a Lújar. La rambla que lleva el mismo nombre que este pueblo del escalón interior del litoral granadino es la que establece el límite geográfico. Un pequeño puente sobre la carretera provincial GR-5209 une los dos núcleos residenciales que abrigan esta playa, que esta semana ha recibido la noticia de que la bandera azul ondeará sobre su arena a partir de este verano.
Es una distinción que Castell de Ferro ha estado buscando desde hace tiempo. Ya consiguió que la bandera con la Q de calidad que concede el Instituto para la Calidad Turística (ICE) flamease al viento en los dos últimos veranos y ahora lucirá también la azul que la gran mayoría de destinos turísticos de playa ansían.
Para lograrlo, la localidad ha mejorado los servicios en su parte de playa. Ya la hizo accesible para personas con movilidad reducida, con plazas de aparcamiento reservadas, pasarelas enrrollables para el acceso hasta el agua y personal de apoyo de 12.00 a 20.00 horas. Y también la hizo más segura al implantar un servicio de socorrismo, con torre incluida. Un servicio que este verano mejora con una nueva caseta destinada al equipo que cuida por la seguridad del baño. A ello se suma un nuevo punto de información turística.
La playa de Cambriles, con sus 45 metros de anchura, presenta las características propias más comunes del litoral granadino, con arena gris oscura salpicada por una cobertura de pequeños cantos rodados de poco grosor. Lo que pudiera parecer una incomdidad para el baño se convierte en un beneficio por sus aguas que, cuando no hay oleaje, permanecen limpias y cristalinas.
Y ahí, dentro del mar, es donde Cambriles guarda su mayor tesoro, sobre todo en la zona más próxima a Punta de Baños, donde los pequeños acantalidos debajo de la carretera a Almería esconden una flora y una fauna mediterránea salpicada de una curiosa influencia atlántica, con especies más propias del gran océano que del mar de Alborán. Es por ello que esta playa es un lugar idóneo para amantes del submarinismo, como demuestra el hecho de que exista en la zona una escuela profesional de instructores de buceo (Aquamarina Granada).
En cuanto a servicios hosteleros, un par de chiringuitos, uno en la zona de Castell de Ferro y otro en la de Lújar, conforman la oferta hostelera y de ocio a pie de playa, aunque en el área urbana castellferreña o en el resto de playas de la localidad se abren las posibilidades.
En cuanto a alojamiento, el Hostal Costa Sol, a precios módicos, es el más cercano a Cambriles. Es el único próximo al litoral, ya que el otro hospedaje de la localidad, el Hotel Ibérico, de una estrella, se ubica más al norte, junto a la N-340., a la entrada del pueblo
Además, Castell de Ferro dispone de un camping, el Huerta Romero, y un área camper, en la playa del Sotillo, en el extremo oeste de la localidad. Otra posiblidad son los alquileres turísticos por noches. La oferta no es muy amplia, de momento, por haberla, hayla. Y si la estancia va a ser más larga, también se ofrecen alquileres vacacionales por semanas.
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Martin Ruiz Egaña y Javier Bienzobas (gráficos)
Inés Gallastegui | Granada
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