Un día entre las cascadas de Prado Negro en Granada
Lugares con encanto ·
A través de la Sierra de Huétor transcurre el río Fardes, cuyas aguas riegan y caen por bellas cascadas en la frontera con la Vega de GranadaÁngel Mengíbar
Jueves, 10 de marzo 2022, 00:48
En tiempos de sequía, el fluir del agua resuena como un milagro. La Vega de Granada goza de un paraje natural único en la provincia, ideal para huir de la rutina de la urbe entre vegetación y arroyos. En la frontera con la Sierra de Huétor se halla Prado Negro, una pedanía de Huétor Santillán que ronda la cincuentena de habitantes y que cuenta con espectaculares saltos de agua. Toda una joya de la España vaciada... y de la seca.
Un bosque de encinas oculta las cataratas de Prado Negro bajo la mirada de alguna especie autóctona como la cabra montesa. Siguiendo por la pista forestal que inicia el recorrido hasta los saltos de agua se llegará hasta el principal caudal que baña la tierra. Se trata de la Umbría de los Alcaldes, por donde el arroyo Prado Negro describe su recorrido. La vista se posará más de una vez en los picos de la Sierra de Huétor, con el Majalijar coronando la estampa, pues sobresalen por la copa de los árboles.
Junto a la pista, el arroyo se abre paso mostrando el poderío de su caudal. Para continuar en busca de las cataratas, habrá que tomar un sendero desde el que se inicia un ascenso hasta la zona de cuevas tan típicas de la zona. Merecerá la pena pararse a disfrutar de la panorámica del entorno para coger algio de aliento, pues el valle del arroyo queda bajo los pies.
Tras atravesar con cautela un desfiladero, las cataratas de Prado Negro salen al encuentro de los senderistas. La humedad inunda la zona y los líquenes crecen a la perfección en los recovecos de la piedra. Unos diez metros de altura caracterizan a uno de los saltos de agua, el más espectacular de todos sin duda. En verano, el chapuzón es obligatorio, pero se debe tener cuidado. El caudal arrastra en su caída ciertas ramas y rocas, por lo que no es aconsejable situarse justo debajo.
Otros saltos de agua marcan el camino siguiendo el sendero. El agua juguetea y resbala entre la roca, produciendo un sonido de paz y armonía que llega hasta un prado previo lleno de flora local curiosa. Una vez finalizada la visita, toca regresar sobre los pies para abandonar la zona. Prado Negro se queda sin visitantes, pero el fluir del caudal sigue amenizando la jornada en esta despoblada pedanía. Aunque nadie lo perciba, el rugir de la cascada sigue intacto.
Cómo llegar
Siguiendo la A-92 dirección Guadix, habrá que tomar la salida Las Mimbres-Prado Negro y adentrarse en el bosque por el siguiente desvío rumbo a Prado Negro. Una vez se alcanza la Fuente de los Potros, será el momento de aparcar el vehículo y continuar a pie por la carretera hasta llegar a Las Mimbres. La pista forestal se sitúa a mano derecha.
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