El belén más multitudinario de Granada que combina la Alhambra, el Sacromonte y la Alpujarra

El belén más granadino de la historia no podía encontrarse en otro lugar salvo en Granada. Concretamente, en el municipio de Alhama. El Convento de San Diego ha montado un monumental nacimiento que incluye numerosos guiños a la provincia. La Alhambra, el barrio del Sacromonte o los pueblos de la Alpujarra tienen su propio espacio entre sus 400 metros cuadrados de superficie. Un atractivo que llena el pueblo con miles de visitantes cada Navidad.

El frío matutino de la comarca penetra en la carpa que ocupa gran parte de la Plaza de la Constitución. Los adornos y los villancicos flamencos que parecen resonar más allá de la sierra atestiguan las fiestas que vive Alhama de Granada. Pero donde la Navidad se respira en su máxima expresión es en la calle La Cruz. Una cola considerable de personas aguarda para descender las escaleras de uno de sus bajos. La voz de Víctor llega desde su interior, donde se encuentra el belén gigante que su convento ha montado este año. Un colosal nacimiento que nadie se quiere perder.

«Es una obra impresionante. Llevamos trabajando en ella desde agosto, que es cuando comenzamos con el montaje. Jamás he visto un belén así. En Granada no hay otro igual. Empieza con la Creación por parte del Señor e incluye numerosos pasaje bíblicos pasando por Nazaret o Belén, pero enmarcados en paisajes que todos reconocemos. La Alhambra, el Sacromonte... y por supuesto nuestra Alhama», desgrana a IDEAL el párroco del municipio, Víctor Manuel Valero.

No miente. El belén de Alhama impresiona por su gran tamaño. Varias calles, entre subidas y bajadas, llevan al visitante por los acontecimientos que narra la Biblia a través de una ciudad a pequeña escala. Compuesto por más de 3.000 miniaturas y 500 figuras artesanas, no le falta un detalle. Los habitantes y trabajadores de Belén se esparcen por una aldea formada mediante tinaos y harapas alpujarreñas. La matanza por San Marcos, los talleres de fajalauza o la celebración de las Cruces de mayo sacan la sonrisa de todos los visitantes, que señalan un mismo edificio.

«Es la iglesia de Atalbéitar. Soy un enamorado de la Alpujarra y de sus pueblos más auténticos. La gente detecta las referencias del campo granadino y de tradiciones de toda la vida a la perfección. A la gente le encanta reconocerlas en el belén», añade Víctor. No son las únicas. La ciudad de Alhama también aparece representada con su barrio de La Joya, su iglesia de Santa María de la Encarnación, la iglesia del Carmen o algunos cortijos destacados de la zona. Por allí el cortejo de los Reyes Magos prosigue su camino para adorar al Niño después de haber cruzado el Arco de Elvira.

La Carrera del Darro arranca tras Plaza Nueva con las iglesias de Santa Ana y de San Pedro y San Pablo. La Alhambra corona la estampa, que a lo lejos mira a las cuevas del Sacromonte y su abadía. Un paisaje de ensueño fabricado con corcho, pintura y muchas horas de trabajo. «El belén está valorado en 7.000 euros. Reutilizamos las figuras y los materiales sobrantes de las navidades pasadas, pero lo vamos agrandando y tenemos que construir los escenarios. Todo está hecho con mucho cariño para que lo disfrute el pueblo», comenta.

Al menos setenta niños del CEIP Cervantes de Alhama recorren el gran belén en busca de un mismo objetivo: el caganer. Lo buscan entre los puestos del mercado, junto a los animales o hasta en el Arca de Noé. Repasan los capítulos religiosos mientras identifican los puntos más emblemáticos de la provincia. «¡Ahí está! Lo encontre», vociferan. Mantendremos el secreto. La visita a Alhama merece la pena. Desde ahora también por su belén.

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