Los ocho ingenieros de Caminos del Estado que estudiaron en la UGR
Marta Cañavate, Eva Contreras, Rafael Hurtado, Juan Luis Prieto, Alejandro García-Torres, David Mora, Isaías Moreno y Jorge Moreno afrontan la nueva etapa al servicio público con ilusión de participar en importantes proyectos
La ampliación del metro, el tramo del AVE en Loja, el tren a Motril, un espigón en las playas de la ciudad motrileña y las conducciones de Rules. Son algunas de las obras en las que les gustaría participar a los nuevos ingenieros de Caminos, Canales y Puertos del Estado, que han aprobado la oposición en la última convocatoria. De las cincuenta y cinco plazas de este año en el territorio nacional, ocho las han conseguido jóvenes que han estudiado en la Universidad de Granada (UGR), de ellos cinco son de la provincia granadina. A las puertas de la Escuela de Caminos, Canales y Puertos de Granda, donde se han formado, repasan algunos de los grandes proyectos granadinos que les gustaría que se llevaran a cabo y que tuvieran su firma.
Marta Cañavate, Eva Contreras, Rafael Hurtado, Juan Luis Prieto, Alejandro García-Torres, David Mora, Isaías Moreno y Jorge Moreno es el nombre de los ocho ingenieros que se formaron en el campus de Fuentenueva y han logrado una de las ansiadas y competitivas plazas del cuerpo de funcionarios del Estado.
Marta Cañavate Martínez (Granada, 1992) cuenta que decidió opositar porque actualmente en España, las condiciones laborales para los ingenieros de Caminos en la empresa privada «dejan mucho que desear, además de que considero que trabajar en el sector público es una gran oportunidad para desarrollar tu vida profesional y contribuir a mejorar la vida de los ciudadanos. Y me decanté por las oposiciones del Estado porque en mi opinión son los procesos más transparentes y justos que existen, si las comparamos con las de otras administraciones públicas».
Aprobando las oposiciones del Estado tienen la posibilidad de trabajar en cualquier provincia de España sin estar limitados a una comunidad autónoma o municipio concreto. Rafael Hurtado (Granada, 1982), tras varios años de trabajo en la empresa privada, busca la estabilidad laboral así como conciliación entre la vida laboral y la personal-familiar. «Y, una mayor satisfacción en la realización de mi trabajo, que será de utilidad para el conjunto de la ciudadanía», puntualiza.
Para Juan Luis Prieto Madero (Granada, 1993) la preparación de la oposición ha sido un gran reto por la «dureza» y las horas de estudio por lo que la nueva etapa la afronta con «una gran responsabilidad para prestar el mejor servicio posible a la Administración Pública».
Jorge Moreno (Llansá-Gerona, 1978), con años de experiencia en el sector, destaca que esta profesión, la ingeniería civil, está claramente enfocada al servicio de la sociedad en su conjunto. «De forma resumida, podríamos decir que nos dedicamos a proveer y gestionar infraestructuras básicas para el desarrollo económico y social y para la mejora de nuestra calidad de vida en general. En mi caso, tras años ejerciendo en el sector privado pensé en cambiar al sector público, donde este enfoque de servicio público que tiene nuestra profesión se fusiona con la vocación de servicio público que tiene el personal funcionario de la Administración del Estado», describe.
Para Isaías Moreno (Cazorla, 1990) haber aprobado esta oposición supone, al igual que a sus compañeros de fatiga, una «recompensa enorme a todo el esfuerzo que implica. Y una felicidad muy grande por poder desarrollar mi vida profesional en el ámbito de mi formación».
En la nueva etapa de su vida, entre estos ocho ingenieros hay quienes tienen más claro a qué se dedicarán, otros esperan que salgan las plazas para elegir. Alejandro García-Torres Fernández (Granada, 1991) cuenta que, a lo largo de todos estos años de formación, ha desarrollado un especial interés en los ámbitos de la planificación de infraestructuras de transporte, en la ordenación territorial y urbanística, así como también en la ingeniería marítima, costera y portuaria. «Un posible destino en cualquiera de las disciplinas citadas sería muy bien recibido», apostilla.
«Los destinos que nos van a ofertar no salen hasta que terminamos el periodo de prácticas y, además, son diferentes cada año. Si tengo más o menos claro que elegiría una ciudad grande como Madrid, Sevilla o Valencia, antes que otra más pequeña», comenta García-Torres.
Estos ocho ingenieros comparten muchas reflexiones sobre la dureza el proceso de preparación de la oposición, sacrificios personales, muchas horas de estudio y pruebas a superar. Algunos se han preparado en la misma academia. Eva Contreras (Montejícar, 1991) explica que «preparar una oposición es un camino duro por la cantidad de cosas a las que tienes que renunciar en el camino, sobre todo al tiempo con tu familia, amigos, hobbies...o en mi caso también, al trabajo que tenía en ese momento».
Los ocho ingenieros, que participarán en algunos de los grandes proyectos de España en los próximos años, se han formado en la Universidad granadina. No son de la misma promoción, pero sí comparten valoraciones positivas hacia la Escuela de Caminos, Canales y Puertos granadina. David Mora Cejudo (Baeza, 1992) es muy claro: «No me cabe la menor duda que ha sido una de las razones fundamentales por las que a día de hoy he conseguido mis objetivos. En mi opinión, es una de las universidades mejores y más completas de nuestro país, con una gran cantidad de medios y excelentes docentes que te permiten tener un gran número de oportunidades en el mundo laboral una vez que se finalizan los estudios universitarios, ya sea en el ámbito privado o público, como es mi caso».
La valoración positiva la asumen todos. Marta Cañavate subraya la importancia de los conocimientos adquiridos y también «las cualidades que vas desarrollando para superar la carrera y que luego han sido vitales en la oposición: constancia, esfuerzo y dedicación». Para Juan Luis Prieto la formación recibida en la Universidad granadina ha sido «muy completa y exigente, en la que me llevo el recuerdo de profesores excelentes y con un gran currículum. Pero una de las cosas más destacables de la UGR ha sido la capacidad de adaptación que ha tenido la Escuela de Caminos, Canales y Puertos a las exigencias cambiantes de la profesión, a los nuevos métodos y nuevas competencias».
Los ocho entran en una nueva etapa, aún les queda un curso de formación para elegir destino, que afrontan con ilusión. Alejandro García-Torres recuerda la frase de Publilius Syrus, escritor romano, Quod quisque possit, nisi tentando nesciat (No se puede saber de lo que se es capaz hasta que nos ponemos a prueba). Eso lo han comprobado en el duro proceso de la oposición. En el nuevo tiempo que se vislumbra más plácido, los pondrán a prueba de otra forma para hacer grandes proyectos en beneficio de la sociedad.
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