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Ese instante, lleno de trascendencia y misterio, en el que el Espíritu Santo se sustancia en forma de paloma y se anuncia a la Virgen y a los apóstoles está ampliamente representado en la tradición artística cristiana. Hay obras maestras, como el 'Pentecostés' de Domenikos Theotokopoulos, el Greco, que forma parte de la colección permanente del MuseoNacional del Prado, pero también hay obras menos maestras –aunque de enorme interés– como la que cuelga de la capilla del Colegio Mayor Isabel la Católica que son dignas de estudio.
Una pieza que acaba de ser restaurada con esmero, por cierto, en los talleres del Centro de Gestión y Restauración del Patrimonio de la Universidad de Granada. Una intervención que no solo ha recuperado el brillo de una pintura que estaba apagada y deteriorada –sobre todo en el tercio inferior–, sino que ha sido objeto de un pormenorizado examen por parte del profesor del Departamento de Historia del Arte, Juan Jesús López-Guadalupe Muñoz.
¿El fin? Intentar descubrir, a partir de los trazos y el estilo, quién puede ser el padre de la 'criatura', al no aparecer ninguna autoría –ni firma, ni iniciales, ni nada que se le parezca–. No es información baladí. No tiene la misma relevancia ni el mismo valor –incluso de mercado– un óleo de Alonso Cano, por ejemplo, que un anónimo. En cualquier caso, vaya por delante que con un somero análisis ya se descarta que esta 'Venida del EspírituSanto' sea de un artista notable.
El enigma continúa porque ha sido imposible averiguar, a partir de la lectura académica del propio lienzo, quién está detrás. «La única opción es que encontremos algún tipo de contrato siguiendo la trayectoria», dice López-Guadalupe Muñoz, quien agrega que seguir el rastro de este fondo tampoco es sencillo. «Procede del Colegio Mayor Isabel la Católica (perteneciente a la UGR), edificio construido en la década de 1940, sin haber podido averiguar un paradero anterior, quizá procedente de la Desamortización de 1835 o de algún particular».
«Resulta problemática –asegura el docente– una lectura estilística y fijar una cronología sin fisuras». «Podría plantearse la posibilidad –prosigue– de que fuera fruto de un maestro retardatario de mediados del siglo XVII, de mano poco perita, pero que alcanza a conocer los desarrollos de inspiración italiana y flamenca que durante las décadas centrales del siglo llegan a Granada, aunque sin determinar claramente ejecutante ni taller por no encajar en lo conocido hasta ahora».
Según el investigador, tampoco puede descartarse una datación posterior porque en las postrimerías del XVIII y principios del XIX se realizaron escenas devocionales a demanda que emulaban los modelos barrocos, «a pesar de tratarse de un periodo en el que la estética dominante era otra».
Y es que, a simple vista, parece que estamos ante una creación barroca. Así se desprende tanto de la forma como de la iconografía. Pero, a juicio de Juan Jesús López-Guadalupe Muñoz, las contradicciones no tardan en aparecer. «Por una parte –explica– la gama tan atenuada de color y los volúmenes duros, que se observan en las vestimentas, sobre un dibujo marcado, anclan esta 'Venida del Espíritu Santo' en un tardoclasicismo que aún se aprecia en la Granada de la primera mitad del XVII, sobre todo antes de Alonso Cano».
En este sentido, recalca que algunas figuras adolecen de rigidez, faltas de proporción en brazos y manos, «por no mencionar la incorrección de la perspectiva que propician las losetas de barro y olambrillas, una combinación también muy característica del XVII». Esto, obviamente, no le pasaba a los grandes.
Los estudios de algunas cabezas, sobre todo de los apóstoles situados en el lado derecho de la composición, suavizan las formas con «cierto grado de vaporosidad y un interés por los escorzos y puntos de vista complejos que denotan un momento más avanzado». López-Guadalupe Muñoz llama la atención también sobre el rostro plano de la Virgen, «algo adocenado y falto de expresión». «Estas discordancias son evidentes al comparar con otras caras, como la de San Juan, con una pincelada más suelta y conseguida».
Estas disonancias resultan aún más extrañas cuando comparamos esta 'Venida del EspírituSanto' con otras obras mucho más conseguidas que se presumen de ese mismo intervalo temporal como el 'Pentecostés' de Juan Leandro de la Fuente, propiedad del Ayuntamiento de Granada. Tampoco existe parangón con los Cieza, incluyendo por supuesto al patriarca de la saga, Miguel Jerónimo de Cieza.
El arte no solo es expresión estética y concepto.También es testimonio de la Historia y Ciencia. Ciencia para discernir la identidad de un pintor y las técnicas y materiales que utilizó. 'La venida del Espíritu Santo' del Isabel la Católica, una incógnita por despejar.
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