Cierran el paso peatonal al Pilón Azul por desprendimientos. GARCÍA-MÁRQUEZ

Los desprendimientos obligan al Ayuntamiento de Quesada a cerrar el Pilón Azul

El Pilón Azul permite que la ciudad cuente con un itinerario peatonal, que faculta acceder a pie de manera segura y adecuada a este espectacular enclave en el camino de las pedanías de Don Pedro y Belerda

JOSÉ ANTONIO GARCÍA-MÁRQUEZ

QUESADA

Martes, 24 de octubre 2023, 17:52

El Ayuntamiento de Quesada ha procedido a cerrar temporalmente los accesos al El Pilón Azul, cauce y paraje natural que se ubica entre las ... pedanías quesadeñas de Belerda y Don Pedro. El sellado de las pasarelas que convierten en visitable este espacio natural próximo a la Cueva del Agua llega después de los desprendimientos de árboles, ramas y piedras ocasionados por el temporal.

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Desde el ente municipal se anuncia que en cuanto terminen las labores de limpieza se procederá a la apertura de este reclamo turístico, que cuenta con dos pasarelas, una primera entre el camino que une Belerda con la aldea de Don Pedro y otra segunda sobre el cauce del Río Tíscar, además de la conexión que hay entre ambas.

El Pilón Azul permite que la ciudad de la sierra cuente con un itinerario peatonal, un nuevo reclamo turístico que faculta acceder a pie de manera segura y adecuada a este espectacular enclave en el camino de las pedanías de Don Pedro y Belerda. Lugar de gran belleza a trescientos metros de la Cueva de Tíscar, declarada por la Junta Monumento Natural de Andalucía, el Pilón Azul, cuyo enclave sobresale por su riqueza medioambiental y por sus especificidades antropológicas, cuenta con interesantes elementos culturales de origen hispanoárabe y se ubica cerca del Castillo y del Santuario de Tíscar, foco de la popular y multitudinaria romería.

Las aguas del Pilón Azul bajan estos días sin su color habitual. GARCÍA-MÁRQUEZ

Impresionó a Machado

Su belleza no le fue ajena a Antonio Machado (1875-1939), el autor de 'Campos de Castilla', máximo exponente de la lírica española. El 1 de noviembre de 1912, tres meses después de la muerte de su joven mujer Leonor, Antonio Machado tomó posesión de la cátedra de Lengua Francesa en el instituto de Baeza. En la pequeña ciudad, fría y húmeda, se refugió en las tertulias de la calle San Francisco, en sus libros, en sus viajes a Madrid. En 1917, un par de años antes de su destino en Segovia, probablemente a principios de octubre cuando el curso empieza, Antonio Machado quiso conocer la sierra de Quesada y visitó el santuario de Tíscar.

Al poeta le hablaron de su enclave entre inmensas rocas, al pie de la Peña Negra, gruta de la que sale una catarata de agua que alimenta el Pilón Azul en el que durante el verano se bañan los jóvenes de las aldeas. El poeta vivió la aventura, extraña osadía en él, de alcanzar el Pilón Azul para quedar prendado del rústico paraje, del color del agua, un aspecto que ahora, tras el temporal, ha tornado en marrón oscuro.

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