La amenaza de desprendimientos obliga a cerrar la ermita de la Virgen del Castillo en Vilches
El monumento es Bien de Interés Cultural y necesita la autorización de Cultura, actualmente en trámite administrativo, para intervenir
José Antonio García-Márquez
Miércoles, 23 de octubre 2024, 17:18
Las últimas lluvias caídas en Vilches han agravado el deterioro de la cubierta de la ermita de la Virgen del Castillo, hasta tal punto que ... la hermandad de la patrona vilcheña se ha visto obligada al cierre temporal del entorno con un vallado perimetral para evitar daños humanos por desplomes en el templo.
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Ante el riesgo inminente de hundimientos y desprendimientos de tejas de los aleros y vuelos, la junta directiva de la hermandad ha emitido, además, un comunicado en el que alega que «pretendíamos acometer actuaciones, sin embargo aún no se llevará a cabo ningún tipo de intervención, porque la ermita tiene un régimen de Bien de Interés Cultural (BIC) y necesitamos la autorización de la delegación de Cultura, actualmente en trámite administrativo. Por tal motivo, y muy a nuestro pesar, se ha tomado la decisión de cerrar temporalmente el entorno de la ermita del Cerro de la Virgen, hasta que se puedan iniciar los correspondientes trabajos y proceder a las pertinentes reparaciones, ya que siempre ha de prevalecer la seguridad de las personas que pasean por este enclave tan especial para todos los vilcheños».
Daños que vienen de lejos
Los 600 litros de agua registrados en Vilches en el pasado año hidrológico, de septiembre de 2023 a julio de 2024, ocasionaron los primeros daños estructurales en la cubierta del santuario. Los desperfectos se centraban sobre todo en el tejado que sobrevuela a la vivienda de los guardeses y en el museo de la ermita. En ambos se apreciaban roturas, desprendimientos, filtraciones y vigas en estado putrefacto. La propia cubierta del santuario tampoco quedaba a salvo. En ella se podían ver tejas desplazadas, maderas podridas y un deterioro general preocupante.
La situación fue valorada por los arquitectos del obispado Antonio del Toro y por el de la Hermandad de la Virgen David Martínez. Uno y otro coincidieron en la estimación de que la actuación reparadora en esta construcción de finales del XVIII debería emprenderse sin tardanza.
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El pasado mes de agosto, coincidiendo con la llegada de la feria de Vilches, la Hermandad de Nuestra Señora del Castillo emitió un comunicado en el que expresaba la necesidad de realizar estas obras de emergencia en las cubiertas de la vivienda de los guardeses (1.000 euros), en la torre del campanario vertiente suroeste (835), en las dependencias del museo (1.435) y en la ermita a nivel global (16.850). Sumando a estas cantidades los gastos administrativos de licencia y gestión de residuos, la hermandad había de hacer frente a un presupuesto de 25.360 euros.
Desde la propia Hermandad se realizaba un llamamiento en el que expresaba que «solicitamos encarecidamente la colaboración ciudadana, ya que no disponemos de este presupuesto. Es necesario realizar inmediatamente estas obras de emergencia ante el estado actual de un tejado en el que la última intervención se realizó hace más de 15 años». La respuesta fue instantánea y en tan solo unas semanas entre donativos, limosnas y actividades y trabajos desarrollados se consiguió el dinero.
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Patio de armas musulmán
El Santuario de la Virgen del Castillo se levanta sobre lo que fue el patio de armas de una vieja fortaleza musulmana. La ermita, que resultó gravemente dañada en el terremoto que sobrevino en la zona en 1948, tanto que obligó a una reconstrucción que duró tres años, presenta una planta de cruz latina, con casa para el santero junto a la cabecera de la nave, y una torre rectangular con cuatro vanos desde donde las campanas repican todos los sábados del año llamando a la salve. En el lado del Evangelio existe una puerta de aire renacentista y a los pies de la nave se abre un ventanal con una vidriera alusiva a la Anunciación.
En 1950 el artista Palma Burgos diseñó un hermoso templete neoclásico de base hexagonal, muy valorado por todos los que visitan el templo, mientras que seis columnas jónicas sostienen un entablamiento circular con cúpula decorada con gallones y rombos. Ante el altar de la Virgen del Castillo destacan unos frescos con escenas de la patrona que decoran las paredes del camarín.
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