Xavi para quitar las malas hierbas

El Barcelona llega a Granada sin conocer del todo cómo de sólida es su dinámica ascendente, sacado a flote por los jugadores del filial y recuperándose de una primera vuelta calamitosa. A un solo punto de la zona 'Champions', Xavi y sus jugadores saben que no pueden perder puntos en esta segunda mitad de campeonato.

Es un Barça camino de ser nuevo. Le queda muchísimo para llegar donde estaba hace poco más de dos temporadas y una infinidad de años luz para volver a infundir temor en España y Europa, pero tampoco es ya el meme que ha animado cada tertulia futbolera en los últimos meses .

Ahora se trabaja para ir sorteando cada crisis. Las primeras bien pudieron ser Linares y Mallorca. En la más cercana, los de Xavi remontaron en Linarejos para no caer eliminados –algo que hicieron en una fase de grupos de Champions histórica–. La de Mallorca llegó de la mano de las navidades, cogiendo al Barça en un brote vírico que dejó sin demasiados efectivos al técnico. Para Granada ha recuperado a jugadores como Dest, Gavi o Abde. Y la tercera crisis es la económica, de la que quiere huir dando salida a sueldos altos y vacas sagradas, en favor de la cantera.

Desde el mismo día que se despidió del Barça, quedó fechada su vuelta como entrenador. Maníaco del juego, enfermo del 'ADN' Barça, pocas mentes han entendido el juego de posición como Xavi. Su llegada ha supuesto una inyección de ilusión para esquivar el presente y mantenerse a la espera del futuro. Su trato con una Masía que conoce a la perfección y cierta flexibilidad táctica reinician el caos culé.

Las crisis de los equipos grandes siempre son mayores de lo que creen pero menores de lo que públicamente dicen. Tras meses de un alarmismo económico probado, el club culé ha logrado el traspaso por 55 millones del talentoso Ferran Torres, imberbe líder ofensivo de la España de Luis Enrique. También ha llegado libre Dani Alves, que aporta veteranía y rompe el carismómetro. Se cedió a Coutinho.

El Barcelona ha firmado una primera vuelta calamitosa. Los culés tocaron fondo en lo deportivo cuando con Koeman llegaron a estar más cerca del descenso que de Europa. Un sinsentido si se ve el plantel que, aun huérfano de Messi, defiende el escudo azulgrana.

De un Camp Nou agrietado volaron los puntos con facilidad, se perdió sin debate el 'Clásico' y se rozó el ridículo fuera de Barcelona. Es el resumen de una etapa con Koeman en la que creció salvaje la mala hierba sobre un pasto otrora sagrado. Xavi llegó para mejorar el registro, con alguna flor de por medio. Sigue quinto y su lucha por entrar en Champions sigue siendo con dos madrileños:el Atleti... y el Rayo.

Y como de lo peor surge lo mejor, el Barça cavó hondo su tumba y ha acabado encontrando petróleo. Las lesiones, la deuda y salidas traumáticas como la de Messi limpiaron la era y han devuelto a la cantera culé un protagonismo poco edulcorado pero edificante. El Barça se ha agarrado a flotadores con nombres que apuntan alto. Araujo se ha destapado como líder natural, el precoz Gavi agota adjetivos, con Abde (fichado del Hércules) se ha abierto el perdido tarro del fútbol de placeta y Nico es el De Jong que dejó de ser el propio neerlandés. Eric, Ansu, Pedri o Ferran se suman al autodenominado 'Dream Teen'.

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