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Gonzalo Villar intenta quitarleel balón al exrojiblanco Óscar Melendo. Antonio Vázquez
Un vestuario demasiado saciado
Granada CF

Un vestuario demasiado saciado

La estrategia de retención veraniega de jugadores importantes torna en fracaso momentáneo y solo destacan los futbolistas que no están resignados y sueñan con llegar a la élite juntos o por separado

Rafael Lamelas

Granada

Miércoles, 19 de marzo 2025, 00:49

En las situaciones catastróficas se buscan siempre culpables, pero no es fácil ni depurar responsabilidades ni encontrar soluciones, aunque las urgencias conduzcan a despidos y volantazos. El Granada se aboca a una debacle de proporciones incalculables si en lugar de recortar diferencias con la zona de privilegio en Segunda división, la distancia se mantiene o aumenta. El equipo cambió de entrenador en su momento hacia otro de libreto y experiencia distintos. Tras un inicio arrollador de Fran Escribá, se sucedieron los altibajos hasta que su conjunto se adentró en esta racha de inquietud, con dos salidas penosas a Córdoba y Cádiz.

¿Fallan los futbolistas, el técnico o todo a la vez? La afición también apunta al palco, donde pueden engullir otro doble fracaso entre el primer equipo masculino y su filial, en ruta el Recreativo a un nuevo descenso. Quizás, el problema con los 'mayores' haya sido estructural y emane de una decisión clave tomada en los albores del verano.

Pese a que las especulaciones sobre la venta del club fueron aún más intensas que el año anterior, más coherente la propuesta de Ignacio Salcedo que la nebulosa de Andrés Fassi, la dirección del Granada definió su hoja de ruta sin grandes afectaciones, más allá del hecho de retrasar el anuncio de la llegada de Guillermo Abascal al banquillo. Lo que sí marcó su estrategia fue la pretensión de retener a jugadores de los considerados importantes. Al contrario de la política emprendida al llegar en 2022 por Alfredo García Amado, director general, y Nico Rodríguez, su primer director deportivo, en la que se promovieron las ventas de los principales activos de la plantilla que bajó, como Maximiano, Suárez o Milla, lo que contribuyó a un gran tope salarial, el dirigente asturiano y el resto de la comisión deportiva, Matteo Tognozzi, la presidenta Sophia Yang y su adjunto Javier Aranguren, se decantaron por mantener a los futbolistas más cotizados, como Myrto Uzuni, Lucas Boyé, Gonzalo Villar, Martin Hongla y Sergio Ruiz. Salarios importantes que, unidos a otros integrantes e incorporaciones, provocaron que el límite coste-plantilla no tenga relación con la masa real de sueldos al estar excedidos, una situación asumible a corto plazo pero inquietante en el largo si el Granada se estanca en LaLiga Hypermotion.

Es cierto que las circunstancias eran otras. El descenso anterior llegó con cierta sorpresa, pues se podría haber evitado en la última jornada si Jorge Molina hubiera metido aquel penalti. De alguna manera, sus 'estrellas' no estaban tan devaluadas. El siguiente, el de 2024, fue lamentable y ningún jugador mantuvo su cotización. Así era complicado vender para recuperar inversiones, salvedad de Uzuni, al que retuvieron entonces, pero que forzó en enero una vez que no le mejoraron los emolumentos como esperaba.

De alguna manera, la cúpula de mando quiso lanzar el mensaje de que no iban a regalar a nadie y que había talento suficiente para que, con algunos añadidos, los rojiblancos firmaran una buena temporada y retornaran a Primera. Sin embargo, el plan se ha tornado en un fracaso momentáneo.

Es posible que uno de los motivos esté en que algunos elementos estén demasiado saciados. En otros casos, ha aparecido la consternación entre futbolistas que quizás pensaban que todo sería más fluido y que se están viendo resignados. El despropósito del Nuevo Arcángel o del Nuevo Mirandilla no estuvo en los goles encajados en la primera parte en sí mismos, sino en la nula capacidad de reacción en las segundas mitades. Esto, aparte de un problema futbolístico, es también falta de carácter y de espíritu competitivo.

No se puede dudar de la honradez de quienes recibieron algunas tentativas y continuaron, no es ese el problema, pero sí es cierto que se esperaba más de todos ellos. Los que más están destacando en esta espiral son, precisamente, los que sueñan con llegar a la élite, sea juntos como escuadra o por separado, porque llamen la atención. Los Rubén Sánchez, Loïc Williams, Manu Lama o incluso Giorgi Tsitaishvili, que querrá hacer carrera en España.

En otros se percibe cierto rictus de frustración. Los hay que, aun siendo profesionales, acaban contrato y pueden llegar a distraerse. También, a los que les está costando estar a altura de la expectativa goleadora o en la contribución al juego. También hay algún pasota, los menos, y alguno que se tiene en demasiada alta consideración para lo que muestra. Por último, los que ya disputaron sus 100 mejores partidos.

Es fútbol y cuando todo va mal casi nadie sale guapo en la foto. Hay demasiados jugadores 'vela', que se hinchan con viento a favor, pero que sin aire se pegan al mástil. Sobre el barco, un técnico amargado por el fallo individual ajeno que realmente ha de influir para remediar la pasividad colectiva. En el club, en unos meses sacarán conclusiones, sobre si era mejor el riesgo de la aventura con nombres presumiblemente prestigiosos, como ahora, o con ciertos meritorios más desconocidos, como probablemente será si no se sube.

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