Teoría de la involución de Darwin
Desaparecido ·
Discurrido ya un tercio de competición, Machís sigue sin dar el rendimiento que de él se espera, entre lesiones y asuntos personales que van más allá de los terrenos de juego
Darwin Machís hizo todo lo posible por jugar contra el Real Madrid. Voló de vuelta desde el otro lado del océano tras jugar dos partidos clasificatorios para el Mundial con Venezuela, pero no fue capaz de completar ni el entrenamiento del viernes en la Ciudad Deportiva ni el del sábado en Los Cármenes. Acusaba un catarro y algunas molestias musculares que le impedían trabajar al mismo ritmo que sus compañeros. En la última sesión preparatoria, en el mismo estadio, erró un golpeo y Robert Moreno fue claro: «O estás o no estás».
El venezolano se retiró a vestuarios cabizbajo junto al preparador físico Juanjo del Ojo para tratarse. Andaba visiblemente mosqueado consigo mismo y el mundo, consciente desde ese instante de que no iba a entrar en la convocatoria para enfrentarse al Real Madrid. «Ante el riesgo de lesión preferí no tenerle porque tampoco le iba a poder utilizar. Veremos si se recupera para el próximo viernes contra el Athletic», argumentó Robert Moreno en la comparecencia de prensa posterior al encuentro. Vio la derrota de los rojiblancos desde la grada, frustrado como sus compañeros sobre el césped pero aún más irritado por no haber podido participar.
Ha discurrido ya un tercio de competición y Darwin Machís sigue sin encontrarse consigo mismo. El mayor perjudicado, más allá del jugador, es su equipo. El venezolano amagó con su salida en verano al entender que podía dar un salto de calidad hacia un equipo de nivel superior tras haber completado, con 28 años, la mejor temporada de su carrera con actuaciones destacadas también en el escaparate de la Europa League. Nunca llegó una oferta convincente por él, tampoco la del América de México ya cerrado el mercado de fichajes en España pese al suculento salario que ofrecía al extremo, y permaneció en la plantilla. De momento, sin goles ni asistencias, lejos del rendimiento que se espera de un futbolista tan desequilibrante, capaz de decantar un partido por sí solo.
Investigado
Robert Moreno no le da por perdido ni mucho menos, pese a la evidente desconexión competitiva que presenta. Aún cree en él y está dispuesto a recuperarle, sabedor de lo mucho que necesita su mejor versión. El entrenador reivindica su implicación tanto en público como en privado pese a que sobre el césped no le estén saliendo las cosas. A Darwin Machís no le están ayudando, sin embargo, ni sus reiterados percances musculares ni sus problemas extradeportivos, investigado por la presunta comisión de un delito de lesiones durante una trifulca que ocurrió el pasado mes de abril en un bar de la localidad de Churriana. Tras demorarse su interrogatorio durante meses por sus compromisos deportivos, compareció el pasado 3 de noviembre en un juzgado de La Caleta para admitir que estuvo en el lugar de los hechos y negar que agrediese a nadie. Solo respondió a las preguntas de su abogado.
Darwin Machís no tuvo ni un minuto en las dos únicas victorias del Granada esta temporada, ante Sevilla y Levante. Lleva tres partidos fuera de los planes de Robert Moreno: no salió del banquillo en el segundo triunfo del equipo en el Ciutat de Valencia y sí contó con media hora en la visita al Espanyol, con una aportación interesante pero insuficiente para igualar los dos goles pericos. Curiosamente, sus ausencias en el 'once' han coincidido con las puestas en escena más reconocibles del equipo, con Rubén Rochina y Alberto Soro en los costados. Aún se le espera.
Un jugador especial
Se puede sostener que Darwin Machís ha sufrido una involución en su carrera. De una de las piezas más importantes y codiciadas con Diego Martínez a un secundario con Robert Moreno. Lo refleja así también el valor de mercado aproximado que le otorga el portal especializado 'Transfermarkt': en un año, de octubre a octubre, ha pasado de una cotización de 10 millones de euros a una de 7,5. El venezolano tuvo en el 'chamán' algo más que un entrenador: la figura paternalista que un jugador especial como él precisa para ofrecer su mejor rendimiento. El vigués le mantuvo como titular indiscutible incluso en sus peores días personales, cuando presuntamente se vio implicado en el altercado en Churriana. Le dio cariño sin dejar de exigirle. En una de sus primeras conversaciones, cuando le reclutó tras el ascenso a Primera, le soltó: «Pregúntate por qué con tus condiciones no has hecho más carrera en Primera». Este le respondió con quince goles y quince asistencias en dos campañas.
Robert Moreno está intentando recuperarle, de momento sin éxito. Darwin Machís estuvo también discutido en Venezuela tras una ausencia por lesión, pero ha marcado dos goles en sus dos últimas convocatorias. Aún no ha despertado en Granada.
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