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Luis Milla marca el penalti del empate ante el Rayo Vallecano. RAMÓN L. PÉREZ
Granada CF

Sobre los hombros de Luis Milla

Liderazgo ·

El madrileño, responsable de los penaltis con acierto pleno, tira del carro desde la medular aunque el equipo tiembla cuando este flaquea

Miércoles, 6 de abril 2022, 00:31

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Solamente hay un jugador de campo que haya disputado más minutos que Luis Milla esta temporada en el Granada y Rubén Torrecilla ya le ha dejado en el banquillo en una ocasión. Es Luis Suárez y fue suplente frente al Alavés, aunque recuperó la titularidad ante el Rayo tras anotar en Mendizorroza el gol de la victoria con el que rompió su sequía. El entrenador, sin embargo, no se ha atrevido aún a sustituir al madrileño siquiera. Es uno de sus jugadores imprescindibles. Desde su sitio en la medular, Luis Milla está tirando del carro responsabilizado como el que más de la dinámica del equipo. No obstante, el centrocampista no es ajeno a los problemas que atañen a sus compañeros y sus imprecisiones también marcan la deriva del Granada, que tiembla cuando este flaquea.

Todos los encargados de lucir el brazalete de capitán del conjunto nazarí manifiestan siempre que pueden que en el vestuario rojiblanco hay más de cinco líderes. Luis Milla es uno de ellos, integrante del núcleo duro del equipo como Antonio Puertas o el lesionado Carlos Neva, que tampoco suelen asumir la cinta con los colores de la ciudad. Frente al Rayo Vallecano, y a escasos minutos para el final, Milla volvió a asumir la responsabilidad de lanzar el penalti que, con incertidumbre por su extraño lanzamiento con una especie de 'paradinha', rubricó el empate definitivo. De momento, su acierto es pleno, ya que también marcó así a la Real Sociedad y el Villarreal; curiosamente, los tres en la misma portería del fondo sur de Los Cármenes. Aunque no falló en su primera oportunidad, cedió a Luis Suárez el que mandaría a las nubes cuatro jornadas después frente al Getafe, en ese mismo lado del campo.

Falto de certezas más allá de Luís Maximiano, el Granada presenta una fuerte dependencia de Luis Milla. Si el madrileño está inspirado, todo fluye mejor. La irrupción de Njegos Petrovic como pivote parecía destinada a aliviarle, con mayor libertad para filtrar pases en ataque como hizo ante el Alavés para habilitar a Darwin Machís y que este asistiera a Luis Suárez en el tanto del triunfo. Sin embargo, el serbio pareció darle más problemas que soluciones contra el Rayo Vallecano. Milla terminó lanzando a sus compañeros al ataque casi como un central más, con Germán en el área rival.

El centrocampista aún espera un acompañante fiable. Sin Maxime Gonalons ni Ángel Montoro, dos veteranos curtidos en mil batallas que permanecen todavía impedidos por sus respectivas lesiones fibrilares, es Luis Milla quien a sus 27 años está asumiendo el liderazgo en la parcela en la que se inclinan los partidos aunque solo se decidan en las áreas. Isma Ruiz no ha tenido continuidad, Monchu tuvo que emigrar, Eteki no contaba apenas para Robert Moreno y Petrovic debe adaptarse aún.

80% de los minutos

Nadie en verano habría apostado por que acumulase tantos minutos a esta altura de la temporada. Luis Milla lleva jugados 2.161, un 80% de todos los posibles. Ya ha superado los 1.889 en los que se quedó a finales de enero del pasado ejercicio, cuando sufrió un percance muscular sin aparente gravedad que se complicó al dificultar su cicatrización una intervención anterior cuando se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, al punto de apartarle hasta el curso siguiente. Había participado en 24 partidos entre Liga, Copa del Rey, Europa League y fase previa de esta, por los 26 de ahora únicamente en la competición regular.

Atrás queda aquella pretemporada en la que, siete meses después, Luis Milla volvió a jugar veinte escasos minutos ante el Bournemouth en el primer amistoso del verano. Entró al descanso y fue sustituido a mitad del segundo acto por precaución en la carga de esfuerzo. Se siguió con mimo con él hasta el inicio de la competición. Robert Moreno le dejó en el banquillo una única vez, ante el Valencia, e ingresó tras el intermedio por la brecha que se abrió Monchu en la primera parte. Salvo aquella excepción, siempre ha sido inamovible y así sigue. Desde entonces, solamente se ha perdido los partidos contra el Betis en Los Cármenes, en septiembre, y una secuencia en noviembre ante Espanyol, Real Madrid y Athletic por un esguince de rodilla -precisamente en la derecha, la operada- tras una dura entrada del levantinista Cantero.

Amo y señor del centro del campo del Granada esta temporada ante las repetidas ausencias de Maxime Gonalons y Ángel Montoro y la marcha de Yangel Herrera respecto a la campaña anterior, Luis Milla está acusando la carencia de una compañía clara. Puede que se sienta solo, pero jamás renunciará a sus responsabilidades. No en vano está reconocido por el vestuario y la afición como un capitán sin brazalete.

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