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Rafa Paz, en una fotografía actual, y en un abrazo con Diego Armando Maradona en su etapa como jugador. FOTOGRAFÍAS CEDIDAS POR EL ARCHIVO PERSONAL DE RAFA PAZ
Sevilla - Granada

Rafa Paz: «Intenté retirarme en el Granada»

Leyenda en Nervión ·

El único granadino que ha jugado un Mundial de fútbol aún lamenta que nunca pudo vestir «la horizontal» que amaba

Jueves, 7 de abril 2022, 00:42

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Cuando volvió a Sevilla para ya quedarse allí de su última experiencia profesional en el Atlético Celaya mexicano, Rafa Paz (Puebla de Don Fadrique, 1965) acudió como aficionado a un partido del Granada en Coria del Río cuando este militaba en Tercera división. «En aquellos dos escalones de grada, se me pusieron los vellos de punta al ver las banderas rojiblancas de una afición que seguía apoyando a su equipo en esas circunstancias», comparte con IDEAL el único granadino que ha jugado un Mundial de fútbol. «Ese sentimiento sigue siendo así de especial. Siempre he sido un granadinista más; la camiseta horizontal fue la que tuve colgada en mi cuarto cuando era niño, con las paredes llenas de los pósters de IDEAL», insiste. Sin embargo, Rafa Paz no llegó a jugar nunca para el Granada y, en cambio, sí se convirtió en una leyenda del Sevilla en el Sánchez Pizjuán.

Rezuma cariño la manera en la que Rafa Paz se refiere a «la horizontal» por la camiseta rojiblanca. «Soy granadinista de siempre porque es el equipo que ha representado a la ciudad. Vestir su camiseta se quedó como la asignatura pendiente de mi carrera. En mis últimos meses en México, hubo conversaciones entre mi hermano y Urbano, cuando era secretario técnico con Paco Chaparro como entrenador, en Segunda B, pero no se llegó a un acuerdo y no recuerdo ni por qué. A mi hermano le dejé dicho que quería retirarme con la horizontal, y como no pude, me retiré», confiesa.

Rafa Paz intentó colgar las botas como rojiblanco pero también aprender a atarse los cordones, después de formarse en el Huéscar. «Siendo un niño, con trece añitos, me presenté en las oficinas de Recogidas a ofrecerme diciendo que se me daba bien el fútbol, pero me atendieron de aquella manera. Entonces no era como ahora, con tantos ojeadores. Lo cierto es que el Granada nunca tuvo interés por cogerme, por más que me hubiese gustado. No tuve la posibilidad», lamenta ahora. «Cuando surgió el Granada 74, me buscó y me hizo un seguimiento hasta que recalé ahí. Aquella fue una escuela de fútbol impresionante, de lo mejor de Andalucía con diferencia, y se hizo mucho por los jóvenes peloteros de la provincia. Carlos Marsá tuvo mucha visión para colocar a sus jugadores y yo tuve la suerte de irme al Sevilla con quince años», rememora.

No lo tuvo fácil nunca. «Se dudaba de mí técnicamente. Cuando llegué, todos mis compañeros tenían una técnica muy depurada y yo tuve que compensar mis carencias con otras virtudes. Corría mucho y nunca me rendía, en ninguna jugada. Me lo valoraron mucho y fui mejorando en lo que necesitaba. Más tarde he comprobado que mis entrenadores apreciaban eso mucho: todos los días aprendía algo nuevo», refleja Rafa Paz. «Fui un centrocampista muy versátil y polivalente, de garra y empuje. Siempre tuve mucho ímpetu», se describe para quienes no le vieron jugar.

Rafa Paz, como sevillista. FOTOGRAFÍAS CEDIDAS POR EL ARCHIVO PERSONAL DE RAFA PAZ

En Nervión jugaría durante catorce temporadas en Primera división, en la que debutó en 1984, hasta convertirse en un mito. Jugó 340 partidos de Liga, en los que marcó 35 goles, y consiguió dos clasificaciones para la Copa de la UEFA en 1990 y 1995. Rafa Paz fue internacional absoluto, con el honor de haber jugado el Mundial del 90' en Italia bajo la dirección de Luis Suárez, único Balón de Oro español. Sin embargo, su despedida del Sevilla fue triste, con un descenso a Segunda división tras el que terminó contrato. «Disfruté mucho con todos mis entrenadores. Siempre fui indiscutible en las alineaciones, con los más exquisitos y con los que no lo eran tanto, ya fuese con Cantatore o con Camacho, con Bilardo o con Azkargorta, con Luis Aragonés...», enumera.

Asegura sentir cierta frustración al escuchar aquello de que aún es el único granadino que ha jugado un Mundial de fútbol. «No es un orgullo porque no me sabe bien decirlo, ojalá hubiese muchos más. Pienso que es un bagaje muy pobre para lo que es la provincia de Granada, tan grande y con un club en Primera división en muchas fases de su historia. Tendría que haber más», remarca Rafa Paz. «Ojalá llegue pronto el siguiente, porque eso sí que sería un orgullo: ver a otro compañero granadino visitiendo la camiseta de la Selección en un Mundial. José Callejón es el último que se ha encumbrado, pero es digno de análisis por qué la cantera de Granada no genera figuras nacionales habiendo tantas, por ejemplo, en Málaga. Hay que motivar a la juventud para que vea que puede llegar», proclama.

Rafa Paz, con la Selección. FOTOGRAFÍAS CEDIDAS POR EL ARCHIVO PERSONAL DE RAFA PAZ

No puede esconder, eso no, que jugar un Mundial es «la consecución máxima a la que puede aspirar un jugador». Sin embargo, no le lleva a Italia su mejor recuerdo futbolístico sino a la antigua URSS antes de su disolución. «Allí jugué el Mundial sub-19 en 1985 y fuimos subcampeones tras eliminar en la semifinal a los anfitriones en los penaltis. Fuimos la primera selección nacional de fútbol que se metió en una final de un campeonato del mundo entre todas las categorías y la final que perdimos en la prórroga contra Brasil fue el primer partido de un combinado que no fuese el absoluto que se retransmitió por televisión en España», presume, satisfecho.

«Tenía 18 años y fue un gran recuerdo, muy emocionante. Pudimos ganar antes de la prórroga en un mano a mano de Losada ante Taffarel. Esa etapa juvenil, de los comienzos, permanece mucho a veces mucho más en los recuerdos de los futbolistas que la profesional. Le tengo más cariño e importancia a ese subcampeonato sub-19 que al Mundial de Italia, porque proyectó las carreras de todos los que compartimos esa hazaña, entre otros, Julen Lopetegui, actual entrenador del Sevilla», reseña.

Otro de los «grandes trofeos» que le dejó su carrera en el Sevilla fue compartir vestuario con Diego Armando Maradona. «Era una persona muy sencilla y humilde en lo humano, buena gente, pero la que llevaba no era vida. No tiene justificación ninguna lo que hizo, pero estaba sometido a un acoso tremendo que no era fácil de aguantar. Era un buen compañero y el mejor futbolista que he tenido cerca en cuanto a técnica e idea de fútbol. Cómo entrenaba, te pasaba el balón y te facilitaba todo.. Era especial y diferente a todos los demás, y eso que he jugado con Suker, Simeone y muchos otros», describe.

Jamás llegó a enfrentarse al Granada, más allá de un partido con el '74' en categorías inferiores en el viejo Los Cármenes y uno solidario organizado por El Fandi en el nuevo. Rafa Paz confiesa que tiene el «corazón partido» ante la visita del Granada al Pizjuán. «Siempre siento algo especial cuando el Granada se enfrenta al Sevilla o viene por aquí. Los dos equipos necesitan los puntos. Será competido, seguro que el Granada opone resistencia. Se tiene que salvar, Granada merece un equipo en Primera», subraya. «He termino haciendo más vida en Sevilla que en mi pueblo o en Granada, pero todavía voy por La Puebla y la capital y tengo a mis hermanos allí. Me siento muy poblato y granadino ante todo; mis raíces no las perderé nunca, aunque lógicamente estoy muy agradecido a Sevilla por acogerme como a un hijo adoptivo y soy muy feliz en esta ciudad», expresa.

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