«Somos napolitanos con el corazón partido»
Pasión ·
Alessandro y Giovanni Imperiali regentan Pizzametro en Gran Capitán desde hace quince años y vivirán con especial pasión la eliminatoria de Europa LeagueAman el fútbol porque con diez años vieron jugar a Diego Armando Maradona en el por entonces estadio San Paolo de Nápoles y ahora, tres décadas después, sus corazones se dividen ante el cruce del equipo de su ciudad natal y el Granada en la Europa League. Los hermanos napolitanos Alessandro y Giovanni Imperiali regentan desde hace quince años el negocio Pizzametro en el número 21 de la calle Gran Capitán, famoso por la longitud de un metro de sus pizzas, como su nombre indica sin lugar a engaño, y la tradición napolitana que conservan en la técnica y los ingredientes fundamentales, importados la harina, el tomate y la mozzarella. 'Tiffosi' del Nápoles desde niños, convertido su restaurante en un museo futbolístico de sus recuerdos de infancia, ahora se estremecen ante la eliminatoria con el equipo de la ciudad que les ha acogido en los últimos años y en la que nacieron sus hijos Massimo y Nicolás.
Giovanni va con el Nápoles, pero Alessandro animará al Granada. «Lo hemos hablado y, después de tanto tiempo en Granada y de haber visto tantos partidos en Los Cármenes, donde se respira algo que me encanta, mentiría si dijese que voy con el Nápoles», razona Alessandro. «Yo llevo al Nápoles en la sangre y no puedo evitarlo; siento muchísimo cariño por el Granada, pero la sangre es otra cosa», justifica su hermano Giovanni. «Tenemos el corazón partido», reconocen dos napolitanos que descubrieron el fútbol juntos de la mano de su padre Giancarlo en San Paolo. «Los domingos la ciudad se bloqueaba y se teñía de azul entre las camisetas, las bufandas y las banderas. Era como ir a misa, mágico. Con Maradona, no había domingo que no fuesen 90.000 personas a San Paolo», rememoran enternecidos.
Alessandro también tiene 'sangre napolitana', como expresa su hermano Giovanni, pero como todo padre se desvive por la felicidad de su hijo, Massimo. «Se muere por el Granada. Estuvimos en la fiesta del último ascenso a Primera contra el Alcorcón en Los Cármenes, saltamos al césped y se hizo fotos con los jugadores. Su cama está rodeada de todas esas fotografías con futbolistas del Granada», comparte. Cuando el sorteo deparó la eliminatoria entre el Nápoles y el Granada, el diálogo entre padre e hijo en casa fue el siguiente:
-Papa, ahora yo, ¿qué hago?
-Lo que el corazón te diga, hijo.
-Papa, yo voy con el Granada.
-Y yo también, hijo.
En el caso de Giovanni, sin embargo, es al contrario; es el hijo el que quiere hacer feliz al padre. «Como me quiere tantísimo, me dice que va con el Nápoles solo por mí. Hay un claro conflicto de intereses amoroso», se troncha de risa en el comedor de su pizzería. Él está convencido de que el Nápoles impondrá «su mayor presupuesto y calidad», aunque «puede pasar cualquier cosa». Alessandro, reclutado en la causa nazarí, ya ha hecho más de una apuesta por el Granada. «Ellos están en un momento negativo total, y el Granada al contrario. Además, siempre juegan sus mejores partidos contra los grandes, y en Nápoles se le ve aún como a un 'equipillo', lo que juega a su favor. Pasará el Granada», sostiene.
No deja de ser paradójico que el enfrentamiento entre los dos equipos de sus vidas se vaya a jugar a puerta cerrada por la pandemia. Un drama. «Siempre hemos fantaseado con la idea de que alguna vez se enfrentasen, pero nunca lo creímos posible. Si hubiese público, habría ido al 100% tanto a la ida aquí como a la vuelta allí», asegura Alessandro. «Me habría emocionado mucho viéndolos, sobre todo allí, en el nuevo estadio Maradona. Habría sido aún más especial después de más de veinte años sin ir, y con el Granada en el césped», comparte el napolitano, quien aun así no resta un ápice de 'magia' a la eliminatoria. «Fui el primero que se plantó en la tienda oficial del Granada para comprar la bufanda del partido. Y compré más de una, para regalar», admite. Ahora ocupa un lugar reverencial en el recibidor, entre cientos de detalles. «Cada año aporto algo nuevo. Fue una forma de promocionar nuestro origen a través de la cultura popular del fútbol», explica Alessandro.
Los hermanos pizzeros, que cambiaron Nápoles por Granada para distinguirse entre la feroz competencia de su ciudad natal tras regentar también una discoteca, quieren observar ciertos paralelismos entre el Nápoles de los 80' al que llegó Maradona y el Granada actual. «Eran equipos modestos, que cada año luchaban para salvarse con mucho sufrimiento, pero fueron creciendo. El Granada contagia esa pasión y me recuerda. Ha conseguido lo que nadie esperaba partido a partido, con resultados fantásticos. Quizás también llegue aquí un Maradona algún día, en la vida hay que soñar», apunta Alessandro. «Esas estrellas nacen muy raramente; Maradona era un genio, un folklórico», aporta Giovani. «Muchas veces nos enterábamos de los goles del Nápoles por el marcador, porque estábamos mirando a Maradona parado en el centro del campo. Eso no lo ha vuelto a conseguir nadie. Tuvimos esa gran suerte», comparten. «En Nápoles se transformó en un dios, y eso no es fácil de gestionar. Todavía tiene altares a los que los napolitanos van a rezarle, como a un santo», subrayan.
Los hermanos Imperiali se sienten «como en casa» en Granada. «No nos podía haber ido mejor, aquí encontramos el paraíso en la Tierra cuando buscábamos más tranquilidad y estabilidad. Estamos decididos a quedarnos aquí muchos años», confiesa Alessandro, que lleva año y medio sin volver a Nápoles por la pandemia. «Allí hubo más de 400 años de dominación española, y se nota; tenemos muchísimo en común. A veces voy a Nápoles y caminando creo estar aquí, y nuestra forma de vida es muy similar. Nunca nos hemos sentido extranjeros aquí», agradecen estos dos dicharacheros hermanos, que poseen su propio canal de Youtube en el que de forma desenfadada exhiben sus recetas. ¿Y cómo se dice 'malafollá' en napolitano? 'Cazzimma', responde. «Y creo que los granadinos la aprendieron de nosotros, porque allí tenemos incluso más», bromea Alessandro.
«Hicimos mucha amistad con Floro Flores cuando vino»
En Pizzametro huele a pizza pero también a fútbol. Su restaurante tiene las paredes repletas de homenajes al gran Nápoles de Diego Armando Maradona junto a otros tesoros más recientes, como una camiseta del motrileño José Callejón. «En Nápoles le quiere todo el mundo. Fue un gran jugador. De hecho, ahora que está en la Fiorentina, todavía se dirige a los napolitanos», aprecian. «Aún no ha venido aquí, pero es que como sigue por Italia está ya bien rodeado de pizzerías», bromean.
Quien sí les visitó, y más de una vez, es el exrojiblanco Antonio Floro Flores. «Venía mucho a comer e hicimos amistad», reconoce Alessandro. «Era muy buena persona, un napolitano de pura cepa. Nuestros barrios en Nápoles son vecinos. Creo que le hubiese gustado haber vivido más tiempo aquí y que todo hubiese sido diferente, pero a veces no entendemos que detrás de un futbolista hay una persona. Él tenía mujer y cuatro hijos, y no es fácil; yo mismo sé lo que implica al principio cambiar de país e idioma», le ampara.
Como él, también pasaron por Pizzometro varios futbolistas de aquella etapa anterior del Granada en Primera división, como el portero Roberto Fernández. «También viene mucho a comprar Pepe Macanás, que es una persona fantástica», apunta Alessandro Imperiali sobre el exfutbolista y actual representante institucional.
El nuevo embajador de Italia estará en el palco del estadio
El nuevo embajador de Italia en España, Ricardo Guariglia, visitará la ciudad. Durante su estancia, el embajador asistirá al partido de Europa League entre ek el Granada y el Nápoles, y el día siguiente mantendrá un encuentro institucional con el alcalde Luis Salvador y la rectora de la UGR. El embajador italiano en España ha entendido que el partido europeo es un buen momento para conocer la ciudad granadina, además en un evento «histórico».
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