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Los granadinistas ocuparon los dos anillos del fondo norte de Cartagonova.

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Los granadinistas ocuparon los dos anillos del fondo norte de Cartagonova. Baldomero

Desde la grada de Cartagonova

Mil desplazados viven un 'mini Los Cármenes'

Los granadinistas cierran una Semana Santa triunfal con una segunda salida con victoria aun con susto y ya preparan la visita del Elche como archienemigo

José Ignacio Cejudo

Cartagena. Enviado especial

Domingo, 20 de abril 2025

Más de mil aficionados del Granada acompañaron a su equipo en Cartagena para hacer de su estadio un 'mini Los Cármenes' en toda regla. La falta de oposición tras el descenso ya matemático a Primera RFEF del anfitrión deparó que prácticamente la mitad de los 2.650 espectadores presentes fueran rojiblancos, repartidos por toda la grada aunque mucho los concentrara el fondo norte entre sus dos anillos. Nunca tuvo tanto sentido aquel cántico de «jugamos de local», sin un solo amago de que se repitiera aquella lamentable pelea entre ultras de 2022.

Algunos hinchas no recibieron sus entradas digitales hasta las últimas horas previas al partido, mientras pasaban por el puerto de la Mora. Compraron las entradas directamente en Cartagonova dos granadinos residentes en Cartagena, Rocío y José, que procuraron que esta fuera la primera vez como rojiblancos de su hija Marina de once meses así como de Marcos, de año y medio y primogénito de sus amigos Modesto y María Esther. Hasta con el carrito fueron.

Al fútbol con carritos. Baldomero

Una vez en el estadio, a los aficionados del Granada los entretuvo el 'show' improvisado de un empleado del Cartagena con un amplio repertorio de bailes y saltos hasta la salida de los equipos para calentar, cuando se ovacionaron hasta los aciertos de los futbolistas del Cartagena. Antes del comienzo del partido respetaron himno local, con silencio y escasos aplausos de fondo, antes de entonar el propio. Los rojiblancos eran los protagonistas indiscutibles de lo ambiental, pero el orgullo del Cartagena y el pasmo del equipo de Fran Escribá los enmudeció hasta la parada de Mariño en el penalti de Millán y el gol de Miguel Rubio.

La remontada del Granada devolvió a los aficionados la fe en el ascenso, vitoreando a todos los futbolistas y a Shon Weissman especialmente con sarcasmo o sin él. Culminada la fiesta con la recompensa de los tres puntos al esfuerzo del viaje, el granadinismo fue calentando motores ya para la visita de todo un archienemigo el sábado que viene a Los Cármenes: el Elche.

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