«Diego Martínez es una persona honesta, y lo traslada a su gestión»
Desde Vigo ·
Moncho Carnero y Adrián Rubio, que compartieron varias temporadas en la cantera del Celta cuando el actual entrenador del Granada jugaba como lateral, analizan al vigués en su vuelta a casaMoncho Carnero jamás imaginó que aquellos dos cadetes del Celta de Vigo seguirían sus pasos como entrenadores. Adrián Rubio, que se desenvolvía bajo palos e hizo carrera en el fútbol modesto, es ahora el segundo de Juanfran García, aquel mítico lateral izquierdo que salvó al Lugo en Segunda la pasada temporada, destituido hace unas semanas. El otro, Diego Martínez, era un correcto lateral derecho convertido a día de hoy en el técnico revelación del fútbol español, alma máter de un Granada histórico que compite por primera vez en Europa. «Diego tenía carácter y era disciplinado y trabajador, que son condiciones que le veo ahora como técnico. Esa personalidad le ayuda mucho en su trabajo. Es un gran profesional», le apremia Carnero, hombre de club en el Celta, con experiencias al frente de su primer equipo. La pandemia de Covid-19 impedirá que los tres se reencuentren este domingo en Balaídos en el regreso de Diego Martínez a su Vigo natal, pero el cariño permanece.
«Siempre ha sido una persona justa y honesta, que va de cara. Lo ha trasladado a su gestión desde el banquillo, en las decisiones que toma con los jugadores», alaba Adrián Rubio, viejo amigo de Diego Martínez, con quien compartía vehículo cuando sus familiares les llevaban a entrenar. «El rendimiento del Granada está siendo una pseudosorpresa, porque aunque resultase inimaginable se puede ver lo bien que están trabajando. Diego y los suyos son ejemplares para el fútbol español. Estoy muy orgulloso de que Diego esté creciendo cada día más como entrenador, más allá de que sea mi amigo. Sería un entrenador referente aunque no le conociese; está en el top-3 de LaLiga», recalca Rubio.
Ninguno de los dos le ha mensajeado por SMS estos días –Diego Martínez no tiene WhatsApp–. «Se mantiene ocupado y no quiero ser muy pesado, pero sí me gusta saber de él y felicitarle en todo lo que va consiguiendo. Sí le escribí la semana pasada, para ver cómo estaba de salud por el coronavirus», revela su amigo, un enamorado de la hazaña del Granada más allá de quien lo dirija. «Me encantan los equipos modestos que vienen desde abajo y logran gestas como ganar al PSV en su campo. Siento mucha admiración hacia Diego y su equipo de trabajo, van camino de hacer historia en el fútbol español, o donde quieran hacerlo», apunta Adrián Rubio.
Su excompañero asegura que, a diferencia de él, Diego Martínez «ya tenía inquietudes tácticas» como cadete. Es incapaz de recordarlo Moncho Carnero, que tantos jugadores ha tenido en sus manos. «Desde luego, no puede hacer más de lo que está haciendo», le concede. «Su trabajo es visible. Confecciona bien a su equipo para que sea muy serio y ordenado. Tácticamente roza la perfección, tiene un nivel muy alto. Trabaja muchísimo las estrategias y sale casi que a gol por partido. Fue sorprendente que se metiera en Europa porque no podía imaginarse al principio de la temporada tras el ascenso, pero viendo su trayectoria y sus partidos, lo hizo con todo el merecimiento», agrega Carnero.
Gestión del vestuario
Para él, que tantos equipos ha dirigido a sus 67 años, el principal mérito de Diego Martínez es «la gestión del vestuario». «Se ve que el grupo está muy contento con él. Fue adaptando al equipo a su imagen y reforzó los puestos que necesitaba. Está haciendo muy buena temporada. Eso sí, cuando se juega en Europa hay que saber mentalizar al equipo luego para el fin de semana en Liga, porque el futbolista se descentra un poco. Eso pasó en Vigo», reseña Moncho Carnero. En ese sentido, Adrián Rubio reconoce que «conocer un vestuario como jugador ayuda luego a los entrenadores». «Te aporta empatía para ponerte en la piel de los jugadores. Los dos estuvimos muchos años en la cantera de un club profesional y aprendimos a interpretar distintos momentos dentro de un vestuario», refleja. En ese aspecto, cree que también le beneficiaron sus inicios en el fútbol modesto granadino: «Te da una visión global a la hora de formar a cada jugador en distintos aspectos del juego que no tienen aprendidos, y sobre todo a la hora de explotar recursos, muchas veces desde presupuestos bajísimos».
«Admiro muchísimo cómo cada jugador sabe a cada instante lo que tiene que hacer, ante cualquier adversidad. Eso es muy complicado, y Diego lo borda», subraya Adrián Rubio sobre el equipo de su amigo. «Para mí el Granada tiene tres claves muy claras: la disciplina y el compromiso táctico de todos sus jugadores, lo camaleónico que es para adaptarse a cada partido y a cada circunstancia y, por último, la intensidad que aplica en cualquier minuto, sin un solo segundo de descanso, algo fundamental en un fútbol tan físico», enumera.
«En eso último, el Granada es el número uno de la competición», enfatiza Rubio, que no comparte demasiados secretos tácticos con Diego Martínez cuando se reencuentran. «No entramos mucho en eso, aunque me gusta mucho ver sus partidos y analizarlos. Sí me felicitó por la permanencia con el Lugo y me aconsejó que lo disfrutara, que en el fútbol profesional todo pasa demasiado rápido», comparte. «Cuando nos destituyeron, me escribió un mensaje para que levantase la cabeza y no me preocupara, que al día siguiente volvía a amanecer», añade.
Nuevas aspiraciones
Tanto Adrián Rubio como Moncho Carnero expresan, sin desmerecer a un Granada «sin techo con Diego», que el vigués ha hecho méritos «como para estar en la mira de muchos clubes grandes». «No hablamos de su futuro, porque es una persona muy hermética con ello, incluso con sus amigos, pero creo que hasta dentro de tres o cuatro años no veremos hasta dónde puede llegar», señala Rubio. «Espero que dé un salto en su carrera, porque en la vida hay que intentar ascender siempre. Me gustaría que llegase a un club importante a nivel español o incluso en el extranjero. Podría encajar en cualquier campeonato, porque el fútbol es universal; sobre todo, cuando se trabaja con seriedad, como lo hace él», resalta Moncho Carnero, quien admite que en las tertulias en torno al Celta de Vigo suelen sacar su nombre a la palestra. «Hablamos bastante de Diego, porque salió de nuestra cantera y le deseamos lo mejor del mundo, pero a día de hoy parece difícil que vuelva. Le respetamos mucho», incide, antes de su vuelta a Vigo este domingo con el Granada.
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