Aceite de oliva granadino en Durrës
IDEAL, en Albania ·
El equipo descansó en el hotel Adriatik y no extrañó el 'oro líquido', al comer, traído desde España para la ocasión. Macanás y Monterrubio se vieron con la directiva del TeutaAnochece pronto en Durrës, con el mismo huso horario que en la península ibérica pero mucho más al este en el mapa. Esta localidad costera, bañada por el Adriático, tiene el puerto más importante de Albania y a un equipo que se quiere reivindicar comprometiendo el futuro del Granada en busca de la fase de grupos de la Europa League. La expedición rojiblanca llegó a mediodía a esta ciudad tras viajar en vuelo chárter hasta Tirana y luego recorrer los kilómetros que separan la capital del lugar donde jugarán hoy en bus.
El cuerpo técnico y la plantilla pudieron probar el estadio Niko Dovana tras el almuerzo, terreno coqueto que al menos no es un patatal aunque tampoco ninguna alfombra. No tendrá la fuerza que imprimirían los 12.000 espectadores que entrarían en la instalación en condiciones normales. La pandemia restringe el acceso al público, aunque el coronavirus no supone una gran preocupación para los lugareños. Se ven pocas mascarillas. Según corroboran algunos habitantes, hay pocos casos y la mayoría importados. El panorama no tiene nada que ver.
Diego Martínez y sus pupilos pudieron seguir probando el balón de la Liga albanesa con el que actuarán esta tarde y con el que ya se ejercitaron en su Ciudad Deportiva el día de antes de la partida, con previsión. El campo es modesto y su sala de prensa, minúscula. Todos los futbolistas están enchufados para encarar este gran desafío y el gallego no se ha dejado a muchos en tierra, sólo a los descartados Álex Martínez y Neyder Lozano. La novedad fue Eteki, ya recuperado de su aislamiento por Covid-19.
El Granada se ha encontrado un lugar caluroso, con humedad alta, aunque la expedición se sintió cómoda en el hotel Adriatik, donde los rojiblancos se concentraron para velar armas. El doctor Manolo Arroyo supervisó que todas las comidas cumplieran los requisitos nutricionales habituales. Lo único que importaron fue el aceite de oliva, el 'oro líquido' que también aparecería en escena más tarde en una versión refinada durante el intercambio de obsequios con la directiva local.
A media tarde, la cúpula de mando recibió visita. Estaban el director general, Antonio Fernández Monterrubio, y Pepe Macanás, ya desposeído de la categoría de consejero pero siempre al lado de su equipo para arroparlo. Esto sí que no va a cambiar. Desde que llegó al club en su función representativa, justo cuando también apareció Diego Martínez, el Granada no ha hecho otra cosa que acumular éxitos: un ascenso a Primera y una temporada de ensueño en la máxima categoría.
Macanás, siempre discreto, no ha faltado nunca, sin importunar en ese consejo de administración del que ahora sale y que pasa a manos chinas al completo. Disfrutó de momentos buenos y ayudó a superar los malos. Asumió el papel de tutor en provechosas conversaciones con los futbolistas, a los que siempre les ha profesado cariño y comprensión. Es un apoyo para el propio entrenador y para Monterrubio, que lo sigue queriendo a su lado, siendo imagen indiscutible de este escudo en cualquier punto del mundo, ante la institución que sea. Con Florentino Pérez o con Edmond Hasanbelliu, el presidente del Teuta, a quien recibieron por la tarde.
Fue el momento de agasajar con un aceite muy especial a los anfitriones, de una prestigiosa cooperativa granadina. Monterrubio también entregó una camiseta del equipo y una bufanda conmemorativa del encuentro, con los colores cruzados de ambos conjuntos. La gente del Teuta aportó una placa hecha a mano en la que se grabaron los datos de este duelo histórico. Estuvo presente el delegado de la UEFA y un nuevo 'fichaje' del club, Lola Martelli, encargada de las relaciones con el ente federativa continental, mejorando la operatividad del club en este tipo de viajes. Un apoyo para la directora de comunicación, Paula de la Peña, también en Durrës junto a otros componentes del equipo de prensa y audiovisual.
Tras un aperitivo entre dirigentes, todos los desplazados bajaron al comedor del hotel para cenar y luego irse a descansar a las habitaciones. Cayó el sol pronto para como lo hace en España por estas fechas, pero sale temprano, como es lógico. Un amanecer dorado para un día especial, con aceite granadino para el que lo quiera en su tostada, con vistas al mar. El desayuno de los campeones.
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