El equipo de autor que desconoce sus límites
Indestructible ·
El Granada ha ganado nueve de los últimos partidos oficiales, en los que sólo ha perdido con Real Madrid, la pasada temporada, y Atlético en esta. El grupo no se recrea y sólo piensa en GetafeEste Granada que acapara elogios y que se destapa en cualquier escenario es, ante todo, un equipo de autor. El de Diego Martínez, con una participación coral de sus integrantes que lo convierten en un conjunto incómodo para cualquier oponente por su versatilidad, sea de España o del resto de Europa. Se repone a todo; a los accidentes de los partidos, como es recibir un gol a las puertas del entreacto; y a las incidencias que los anteceden, que suelen cobrar forma de lesiones o bajas médicas. No estuvo Soldado, que lo siguió con pasión por la TV, apartado de sus tres pequeños por un cristal para evitar contagios de Covid-19, ese enemigo que le ha obligado a parar en seco unos días. Tampoco Víctor Díaz, que se sometió ayer a una artroscopia en su rodilla y tiene para un mes aproximadamente. Ni siquiera Domingos Duarte, que cuenta con ese hombro 'saltón' que le está empezando a preocupar y con el que espera aguantar aún un tiempo antes de operarse. Sin ellos, pesos pesados, y sin los no inscritos, los rojiblancos tiraron adelante y se doctoraron en su estreno en la Europa League en un estadio con alcurnia, frente a un rival con pedigrí como el PSV Eindhoven.
Uno de los privilegios que concede viajar como enviado especial está en poder charlar de forma más distendida con algunos de los protagonistas de estas gestas futbolísticas tras los encuentros. El detalle lo tuvo anoche el propio Diego Martínez, diseccionando el proceso que sigue para tener a su tropa en semejante estado de alerta. Simplemente, no hay ningún miembro del grupo que se pare a pensar demasiado en ello y todo surge a fuerza de trabajo y constancia. Además, está ese concepto de la 'resaca emocional' que emplea el gallego y que no quiere que afecte nunca, para bien o para mal. Su mente, tras estrenarse con tres puntos en el torneo que ganó en su día como ayudante de Unai Emery con el Sevilla, está puesta en el Coliseum Alfonso Pérez. Preocupado por Gonalons, pues lo de su rodilla tiene mala pinta, aunque no saldrá de dudas hasta que se someta a pruebas hoy. Atento a la recuperación muscular del resto, a pesar de que con positividad todo es más fácil. Afanado en integrar a los últimos en llegar, como los jóvenes Luis Suárez y Nehuén Pérez. El colombiano se va rodando y el argentino espera turno. El nivel de exigencia se encuentra alto y privarse de la pretemporada con los demás les coloca en un vagón de atrás del que irán saliendo poco a poco.
El técnico gallego relativiza todo, porque si se detiene a pensar demasiado en ello distraería su atención. La racha impresionante de la escuadra incitaría al recreo a cualquiera, pero no a él. De los últimos doce partidos oficiales, contando parte de la campaña pasada, en el extraño tramo posconfinamiento, el Granada suma nueve triunfos y sólo un empate; el cosechado frente al Cádiz. Sólo cayó con el Real Madrid la temporada pasada, a la postre campeón de Liga, y con el Atlético. Ese 6-1 que descuadra, pero que ya ha quedado sepultado. «Son el mejor equipo del año natural», sentenció Lucas Alcaraz, granadinista consumado, en Canal Sur. Diego escuchó el piropo y lo agradeció con suma sinceridad. Sabe lo complicado que ha sido todo y la dificultad de mantener semejante tensión. Todo mientras sigue lejos su hinchada, que tanto les dio.
Hubo dos entusiastas de los nazaríes que quisieron vivirlo de cerca. José Segura y Samuel Suárez, ambos enfermeros en Amsterdam, se desplazaron a Eindhoven para, por los menos, sentir a su club de cerca y animarlos desde el hotel. Al final, también pudieron saludar a sus ídolos. «A los narradores de aquí les ha dolido la derrota», certificó Suárez, que es hincha desde los tiempos de Tercera. «El equipo no ha salido con miedo ni con la inexperiencia propia de empezar. La segunda parte fue un festival», afirmó. Jóvenes que saben dónde estuvo este escudo y cómo luce ahora. Agrega su mérito un gallego tan granadino ya como el que más, que ha logrado que sus pupilos desconozcan sus límites.
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