Borrar
Los hermanos Óscar y Antonio Aranda, durante una etapa en la cantera del Granada. ARCHIVO FAMILIAR

Los hermanos Aranda, sueños de un balón

Carreras paralelas ·

Antonio y Óscar se forman en las canteras del Granada y el Real Madrid sin perder la relación como mejores amigos

Martes, 5 de enero 2021, 00:30

Comenta

La relación de amistad que los hermanos Antonio y Óscar Aranda (Granada, 2000 y 2002) entablaron en los primeros años de sus vidas les hizo mejores amigos y, a día de hoy, promesas del mañana en las canteras del Granada y el Real Madrid. Antonio se ha consolidado en el Recreativo que dirige David Tenorio en Segunda B y tanto este curso como el pasado está contando para Diego Martínez en la Copa del Rey; de hecho, empieza a asentarse en la dinámica del primer equipo. Óscar, por su parte, ya entrena con relativa asiduidad con el conjunto que comanda Zinedine Zidane y, aunque todavía pertenece al Juvenil A, tiene muy buena consideración de Raúl González Blanco, entrenador del Castilla. Ambos desequilibrantes y ofensivos, capaces de actuar por toda la segunda línea del ataque, ninguno de los dos estuvo en el reciente duelo en el estadio Alfredo Di Stéfano, pero quién sabe si dentro de poco sí en el Santiago Bernabéu y bajo los mismos colores que ya visten.

Aquella pasión compartida por la pelota no fue fácil de gestionar en su hogar de Huétor Vega, como recuerda ahora entre risas su padre Antonio. «Te sentabas a ver una película en el salón y los balones volaban. Era de infarto. Intentábamos corregirles, pero es que salen en todas las fotos con un balón cada uno; iban con él hasta la cocina. Luego, además, eran competitivos: echaban carreras hasta para llegar a la terraza. Era tremendo», rememora el responsable de inocular en sus hijos esa pasión por el fútbol. Con ese panorama, no tardaron en encontrar refugio en las escuelas locales, aunque el juego de ambos todavía rezuma calle: «Con los años me enteré de que saltaban al campo a jugar durante horas». En Las Viñas marcaron sus primeros goles y Óscar, incluso, como prebenjamín, le arrebató una Liga al Granada con un gol en la última jugada.

Los hermanos, juntos de pequeños. ARCHIVO FAMILIAR

En 2009, tanto Óscar como Antonio –dos años mayor– se fueron al Zaidín y en el Miguel Prieto vivieron los días más felices. «Eran muy pequeñitos, pero a Óscar le subieron con los mayores y jugaban juntos. Era bestial cómo se miraban y se entendían, fue cuando más disfruté como padre. Les hacían actuar en varias posiciones para que mejorasen como jugadores y no se acomodasen en ningún sitio en concreto, algo que les vino muy bien porque les abrió todo un abanico de recursos», relata Antonio, con recuerdos memorables de sus apariciones con las selecciones granadina y andaluza.

Dejaron de jugar en el mismo equipo cuando se marcharon al Granada 74 y al Granada, hasta que en 2014 Antonio padre recibió la llamada de Francesc Arnau, que por entonces dirigía la academia del Málaga. «Vio a Óscar en Guadix y se enamoró de él. Tuvimos dudas porque era muy pequeño, pero él tuvo claro que quería seguir creciendo», cuenta. Aquello fue complicado para su hermano, que se quedó «algo solo». «Fue muy duro emocionalmente para todos, aunque intentábamos pasar todo el tiempo que podíamos juntos. Se le veía triste. Lo procesó mal», reconoce. «Siempre han tenido una relación maravillosa y se han apoyado mucho», comenta.

En Málaga, Óscar se hartó de goles en su primera temporada pero su rendimiento escolar bajó en la segunda. «Decidimos que regresara al Granada y volvieron a coincidir, aunque en equipos distintos. Antonio se había marchado antes al '74' y al Maracena porque perdió confianza en sí mismo, pero la recuperó y el Granada volvió a por él», añade su padre. Apenas un par de años después, el Real Madrid llamó a Óscar. «Le vieron como diez o doce personas, pero cuando vino Alfredo Merino, director nacional de captación del club, no le salió nada. Sin embargo, se quedó con él por los informes previos y porque ni aquel día dejó de intentarlo», reseña Antonio.

Campeón de la Youth League

En el Real Madrid, Óscar Aranda «ha roto todas las expectativas». «Está a un nivel muy superior respecto al que podían imaginar que tendría. Con Raúl ganó la Youth League tras la pandemia y ahora entrena mucho con el Castilla además de con el primer equipo de Zidane. Lo vive con tanta naturalidad que a veces ni me lo cuenta», reconoce su padre.

El granadinista y el madridista. PEPE VILLOSLADA-GRANADA CF - REALMADRID.COM

«No le da mayor importancia y por eso no se achanta. Tiene muy buena relación con Sergio Ramos y Marcelo, dos de los capitanes. Está en una etapa un poco rara, por los saltos, pero asimila muy bien el proceso y trabaja sin presión», explica Antonio, tranquilo porque en el Real Madrid «está muy bien cuidado; educativamente es una garantía». Antonio hijo, por su parte, le ha tomado la medida a la Segunda B, una categoría «muy complicada». Su padre mantiene un gran recuerdo de la «maravillosa temporada» junto a Rubén Torrecilla en la que llegaron a disputar la Copa del Rey.

El padre de ambos está convencido de que, tanto con Antonio como con Óscar, «los tiempos de cocción están siendo los correctos, aunque ambos están cerca de dar saltos importantes». «Tienen similitudes, pero quizás Óscar sea aún más vertical. Solo ve portería. Ambos son muy técnicos», destaca. Los admira también su madre Celia, un «pilar fundamental» en sus vidas. «Nuestra ilusión es verles jugar un día en Primera división. Que volvieran a hacerlo juntos sería una maravilla, pero lo único importante es que disfruten».

Los hermanos Antonio y Óscar Aranda, reunidos esta Navidad en su casa en Granada. R. I.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Los hermanos Aranda, sueños de un balón

Fútbol | Los hermanos Aranda, sueños de un balón