Soldado: «Jugar en Europa sería algo inimaginable para este equipo»

Roberto Soldado (Valencia, 1985) es uno de esos líderes que predica con el ejemplo. Uno de los mayores goleadores nacionales de las últimas décadas, internacional con la Selección y con experiencia en Champions League, si no se le cayeron los anillos al firmar por un recién ascendido fue porque nunca sintió que los llevase. Él es sólo un futbolista que siempre quiere ganar, más maduro y consciente de su privilegio con la edad. En Granada encontró al equipo que más se le parece.

–Un golazo suyo en Mendizorroza certificó la permanencia y, con ella, su continuidad.

–Sí, fue un partido muy importante para nosotros porque veníamos de cuatro sin conseguir la victoria y tuve la suerte de hacer el segundo gol, pero lo principal fue que nos reencontramos con nuestro mejor juego y conseguimos los tres puntos y la permanencia matemática, que era lo que soñábamos al principio de la temporada. Cumplimos el objetivo y ahora espero que se pueda hacer oficial la renovación.

–Hace poco compartió en su Twitter una fotografía que le hizo el club con el siguiente mensaje: «¿Formar parte de una plantilla que ha conseguido hacer más grande la historia de su escudo no es para sonreír?». ¿Imaginaba cuando llegó al club este margen de crecimiento respecto a su propia historia?

–Desde el primer día me encontré un grupo de trabajo con mucha hambre y ambición, con muchos jugadores que no habían jugado aún en Primera pero que transmitían mucha ilusión. Obtuvimos resultados tan buenos en pretemporada que me hicieron ver que había venido a un gran equipo y a un buen vestuario con un cuerpo técnico que se entendía a la perfección con la plantilla. Entendí que nuestros objetivos dependerían únicamente de nosotros. El rendimiento hasta ahora ha sido excelente y ojalá podamos acabar de la mejor forma posible.

–Ha jugado en equipos del primer nivel toda su carrera y ha sido internacional con la Selección Española. ¿Qué fue lo primero que le vino a la cabeza cuando el Granada, un recién ascendido, se interesó por usted el pasado verano?

–El primer contacto fue con Antonio Cordón, a quien conocía del Villarreal. Me habló de la familia que era este club, que no era el Granada de años atrás con mayor inestabilidad. Yo quería aprovechar la oportunidad de volver a LaLiga después de dos años en Turquía, porque creía que no tendría la oportunidad de volver, y sobre todo que mi familia fuese feliz.

–¿Con qué argumentos le convencieron para venir? Tenía otras ofertas también de España.

–Cuando un jugador cumple años quiere ser feliz y trabajar a gusto. Para eso es muy importante tener un grupo de compañeros en el que vayan todos en la misma dirección teniendo muy claro lo que queremos. Me hablaron maravillas del vestuario y del cuerpo técnico, de la tranquilidad en el club. Confiaba mucho en este proyecto con la inercia del ascenso. No tuve ninguna duda.

–A punto de concluir la temporada, imagino que su balance personal y colectivo es inmejorable.

–Ha sido un año excelente, la verdad es que sí. No podía imaginarlo. En lo personal nunca estoy conforme del todo y hubo momentos en los que creí que podía dar algo más al equipo pero lo importante es el colectivo y conseguir el sueño de todos, que era permanecer en Primera división. Además pudimos vivir momentos únicos en esta ciudad como la semifinal de la Copa del Rey.

–¿Cuáles son a su juicio las claves de este Granada? ¿Considera que se trata de un equipo de autor con el sello de Diego Martínez como gran artífice?

–Sin duda estamos dirigidos por un gran cuerpo técnico y el míster sabe sacar el máximo rendimiento a todos sus jugadores. Entendemos muy bien lo que quiere en cada momento y en cada partido, lo trabajamos durante la semana como nos dice y luego conseguimos los resultados que queremos. A todo eso sumamos el talento y la calidad de cada uno al servicio del equipo. No hay egos en este vestuario, es importante saber que cuando uno no está bien tiene que aprovecharlo otro compañero. El rendimiento del equipo no ha bajado nunca juegue quien juegue.

–¿Cree que, a sus 35 años, se encuentra a día de hoy en uno de los equipos de su carrera que más se parece al propio Soldado como futbolista? Ese carácter aguerrido, ese no rendirse nunca.

–Puede ser, sí. He ido variando mi forma de jugar a lo largo de toda mi carrera, pero el carácter no ha cambiado nunca. Aquí me he encontrado a un equipo que sabe que cada detalle puede ser fundamental para ganar o perder y que debe ir al límite y sudar sangre para conseguir victorias. Eso fue lo que me inculcaron desde pequeño y este equipo comparte esos mismos valores, esa forma de vivir el fútbol. Nos ha hecho muy fuertes como equipo.

–Es el cuarto capitán de la plantilla desde su llegada y el pasado viernes contra el Valencia lució el brazalete pese a que también fueron titulares Víctor Díaz y Germán Sánchez. ¿Qué hubo tras ese detalle?

–El ambiente en el vestuario es tan bueno que a Víctor le dio un venazo sabiendo la motivación que me genera enfrentarme a un exequipo mío. Preguntó si era posible y a pesar de que me negué casi que me obligó a ponérmelo. Fue por eso. De todas formas, el brazalete no es tan importante en este vestuario como que haya tantos líderes, algo fundamental para ser tan competitivos.

–Está a un gol de entrar en el top-50 de goleadores históricos de LaLiga. Lo sabe, ¿verdad?

–Sí, y es un orgullo, pero creo que podría llevar muchos más. Me quedan todavía muchos goles por meter para subir más puestos.

–En el Granada comparte la responsabilidad del gol con varios delanteros prometedores. ¿Qué clase de futbolista cree que puede ser y es ya Carlos Fernández?

–Para mí tiene tanta proyección que no se sabe dónde está su límite. Aparte de su calidad como jugador tiene una mentalidad muy competitiva y mucha ambición por mejorar. La experiencia le va a hacer mucho mejor jugador. Se ha ganado todo el reconocimiento que tiene, ha ido cogiendo cada vez más responsabilidad en el equipo pese a lo joven que es y de tratarse de su primer año en la categoría. Juntos hablamos mucho de fútbol, de los defensas, del sistema con el que actuamos para compenetrarnos mejor por el bien del equipo. Jugar con él es muy fácil por la calidad que tiene y porque se entrega, ofensiva y defensivamente. Es un gustazo. Ojalá podamos disfrutar de él con nosotros un año más, aunque lo veo muy difícil.

–En Mendizorroza se estrenó, con 20 años, el joven Antoñín. ¿Cuáles son las mayores virtudes que ve en él y qué clase de proyección cree que puede tener?

–Está claro que es muy joven. Me contó su historia hace poco; estaba en juveniles hace dos años y le ha venido todo muy rápido. Lo más importante es que tiene muchísimas ganas de aprender, que es fundamental para mejorar como jugador. Tiene una velocidad y una definición muy buenas. La experiencia y los minutos le vendrán muy bien para seguir creciendo.

–¿Asume que dentro de su rol en el equipo pueda estar la tutorización de los futbolistas más jóvenes, aunque no sea de forma premeditada? Recuerdo verle muy pendiente de canteranos como Isma Ruiz o Antonio Aranda en varios entrenamientos.

–Sí, es verdad que me gusta estar con ellos y saber lo que sienten cuando entrenan con nosotros, más que nada para que estén tranquilos y que si me sienten como un referente vean que soy una persona normal que sólo juega al fútbol. Con 35 años mantengo una mentalidad joven y me gusta estar de cachondeo con ellos, para sentirme más joven todavía. Esa mezcla de generaciones es lo bonito del fútbol.

–Obrada la permanencia, ¿con qué mentalidad viaja el equipo a San Sebastián?

–Siempre hemos demostrado ambición por ganar cada partido y vamos a hacer lo posible para conseguir los tres puntos. Sabemos que sería un paso importante hacia un objetivo superior, que ahora mismo ni nos planteamos, pero nos puede acercar mucho. Ya sería tocar el cielo. No obstante, sabemos que la Real Sociedad es un equipo muy difícil en su campo y que tiene tiene jugadores de muchísima calidad, pero ahí estaremos para dar guerra.

–¿Miran hacia Europa como una posibilidad real?

–Sabemos que por posibilidad de puntos podemos llegar pero también que estamos compitiendo con equipos de mucho nivel. Tenemos claro que si llegamos al último partido con opciones lo daremos todo. Conseguimos nuestro objetivo principal a falta de cinco jornadas y ahora esperamos llegar a la última con opciones de más. Ahí lo veremos de verdad. Por ahora sólo queremos seguir ganando.

–Jugó la UEFA con Osasuna y cayó en las semifinales contra el Sevilla. ¿Puede un conjunto modesto sobrevivir a tres competiciones?

–La ilusión no nos la quita nadie y jugar en Europa, para un equipo recién ascendido, sería algo inimaginable. No lo pensamos aún, pero sería un sueño hecho realidad para muchos jugadores. Es cierto que ahí está el ejemplo del Espanyol, al que este año le pasó factura, pero nosotros tenemos que disfrutar cada partido. Es un premio jugar con esta 'relajación' estas últimas jornadas y ojalá podamos conseguir esa séptima posición. Sabemos de la dificultad. No conseguirlo no sería nunca un fracaso.

–Continuará en Granada la próxima temporada, como pretendía. ¿Se siente parte de un punto de inflexión en la historia de un club que hace diez años estuvo 35 lejos de Primera?

–Ojalá, pero lo más importante es que el equipo siga en Primera división el año que viene y dentro de dos. Que consiga la regularidad que es lo que deja crecer a un club como el Granada. Me acuerdo del Villarreal, que cuando mantuvo la categoría cuatro años pudo establecerse. Quizás sea eso lo que necesite el Granada para mejorar: avanzar con la Ciudad Deportiva, que tenga una residencia y la cantera esté con nosotros, que el equipo se llene de canteranos. Eso lo dan la categoría y los ingresos, porque ya sabemos que al final el dinero manda en este mundo y ayuda mucho a un club. Ojalá el Granada se estabilice y que nosotros podamos disfrutarlo.