Luis Milla: «Confiamos a muerte en la idea de Robert Moreno»
Entrevista ·
El madrileño se perdió la segunda mitad de la pasada temporada y desborda ilusión por el nuevo curso que arranca este lunes en VillarrealA Luis Milla (Madrid, 1994) solía costarle dormir las noches previas al primer partido de la temporada. Asegura que ya lo tiene superado, pero el inicio de la competición este lunes en el Estadio de la Cerámica frente al Villarreal (20 horas) no será uno cualquiera. Se perdió la segunda mitad de la temporada pasada por una lesión fibrilar que agravó una operación anterior en la rodilla y tiene mono de fútbol. Por eso no deja de juguetear con la pelota entre foto y foto, como hacía de niño, cuando hasta dormía con ella.
–¿Qué ambiente se respira en el vestuario de cara al debut?
–Mucha ilusión, como cada año, con nuevos retos por delante. Tenemos unas ganas tremendas de seguir haciéndolo bien después de tres años muy buenos. Queremos seguir en la misma línea. Estoy seguro de que el equipo dará la cara mañana. Vamos a intentar ganar, como en cada campo. Es la filosofía del equipo desde hace tiempo y no va a cambiar.
«Vamos a salir a ganar en cada campo, esa es la filosofía del equipo y no va a cambiar»
–Un cambio de entrenador siempre es drástico...
–Está claro que sí, aunque Robert (Moreno) ha recalcado que hay que intentar mantener todo lo que ya hacía bien el equipo. Intentamos asimilar su filosofía, que es diferente y requiere tiempo. Creo que se ha encontrado con un grupo muy bueno, muy implicado, que intenta empaparse de lo que dice.
–¿Fue duro digerir la salida de Diego Martínez?
–Se hizo querer mucho, no solo por lo deportivo sino por lo personal. A mí me hizo cumplir el sueño de debutar en Primera y me enseñó mucho. Me hizo vivir un año maravilloso y le estoy muy agradecido. Dejó un legado muy bueno en el club que tenemos que coger con ilusión por el futuro, ayudando al nuevo cuerpo técnico e intentando seguir en esa línea, que es la que va a hacer crecer al club.
–¿Qué piensa de Robert Moreno?
–Ha estado en grandísimos equipos como segundo entrenador, al máximo nivel y con los jugadores más 'top' que puede haber en el fútbol. A seleccionador nacional no llega cualquiera. Aporta una nueva ilusión al grupo, con su estilo. Todos tenemos muchas ganas de que nos enseñe todo lo que lleva dentro para ganar partidos.
–Dijo que usted le encantaba...
–Se lo agradecí. Que me transmitiera esa confianza después de tantos meses sin jugar fue muy importante, porque no es fácil. Me hizo ilusión al tratarse de un exseleccionador nacional y habiendo estado en tan buenos equipos. Tengo una relación muy buena con él, pero como todos. Siempre que tengo alguna duda o quiero hablar con él, está disponible. Creo que nos está enseñando mucho y que puedo aprender mucho de su estilo, que a mí también me gusta.
«Aporta una ilusión nueva, con su estilo, que a mí también me gusta. El grupo está muy implicado»
–¿Está a gusto con su idea?
–Sí, me siento muy cómodo siempre que se quiere el balón, pero, como dijo Montoro, el futbolista tiene que adaptarse a cualquier momento del partido. No siempre se puede tener el mando; también hay que defender y hacerlo bien.
–¿Qué le pide a usted?
–Cada cosa que nos pide tiene el fin de que el equipo mande y sea protagonista con la pelota, aunque luego habrá que adaptarse.
–¿Ve al equipo preparado para aplicarlo en Primera división? Conlleva sus riesgos...
–Sin duda. Robert nos transmite confianza para que entendamos que es la mejor manera para ganar. Confía en esa idea y los jugadores vamos a muerte con ella, que es lo más importante. Es cierto que hay riesgos, pero tenemos que entender hasta dónde llegar y estar preparados para adaptarnos cuando no salga bien e intentar ganar de otra forma.
–Robert Moreno es ambicioso y no tiene problemas en hablar de Europa, pero el vestuario parece tan prudente como siempre.
–La ambición tiene que ver con querer ganar cada partido. Para mí, salirse del partido a partido, es más, del día a día, no tiene sentido. Hay que intentar ser mejores día a día y los partidos nos pondrán donde nos corresponda. La ambición por llevar al Granada lo más alto posible va a estar siempre. Hemos demostrado que somos un equipo ambicioso, que quiere ganar cada partido, en cada campo, y eso hace que salgan años como los anteriores. Sabemos de dónde venimos y lo importante que es permanecer en Primera; a partir de ahí, pensamos en el Villarreal y en el partido a partido.
–Uno de los primeros mensajes de Robert Moreno fue que el ciclo no se acababa porque, sin restar mérito a Diego Martínez, era obra de los jugadores. ¿Gustó?
–Su mensaje más positivo fue el de seguir siendo ambiciosos porque el ciclo no se había acabado. Los que nos hemos quedado mantenemos la ilusión.
«La ambición tiene que ver con el día a día. Salirse de ahí no tiene sentido. El ciclo no se ha acabado»
–Se le ve muy próximo a Monchu.
–Sí, porque además me recuerda a mí cuando llegué aquí desde Segunda, aunque él es más joven. Tiene esa ilusión, esa ambición, esas ganas de hacerlo bien. Nos va a aportar mucho, estoy seguro de que va a dar su mejor nivel.
–¿Qué se pierde sin Yangel Herrera?
–Ese poderío físico que tenía, esa sensación permanente de peligro cuando pisaba el área. Era un futbolista muy importante para nosotros. Espero que le vaya muy bien en el futuro, y si no aquí le acogemos con los brazos abiertos.
–¿Cómo de importantes son Gonalons y Montoro?
–Todos sabemos de dónde viene Max, es un centrocampista 'top' y nos transmite mucha confianza cuando está bien, ojalá lo esté toda la temporada. Y Ángel es un grandísimo jugador, es una maravilla jugar a su lado por la pausa y la tranquilidad que tiene. Desde que llegué aquí sentí que todos los veteranos del grupo son los motores del equipo, los responsables de que el día a día sea tan bueno. Nos marcan el camino a los jóvenes.
–¿Cómo está de su lesión?
–Muy bien, estoy muy contento. Las sensaciones no pueden ser mejores. Ya no tengo la incertidumbre de los meses anteriores. Hice un gran trabajo de cabeza aparte del físico y estoy muy bien, entrenando al mismo nivel que mis compañeros. Ya he jugado casi 90 minutos en un partido mucho tiempo después. Tanto el cuerpo técnico como los servicios médicos lo midieron todo a la perfección para que pudiese llegar a punto al inicio de la competición.
–¿Podría explicar exactamente cuál era el problema?
–Hace seis años me partí el cruzado, esa operación requiere quitar una parte del isquio y me rompí en lo que ahí se regeneró. Era una lesión rara, que los médicos no habían visto muchas veces, y teníamos todos la incertidumbre de cuál era el tratamiento idóneo. Hicimos un par de intentos que no salieron bien y al final con el tiempo fue mejor, con un gran trabajo tanto del doctor Cugat, a quien fui a ver a Barcelona, como de los doctores y readaptadores de aquí.
–¿Está totalmente recuperado?
–Como con cada lesión que abarca tanto tiempo, hay que tener precaución y tratarla de forma especial, pero ahora mismo soy uno más en la plantilla. No hay que pensar en lo que quedó atrás.
–¿Se ve como para ser titular desde ya?
–Estoy preparado para todo lo que decida el míster. Me siento muy bien, puedo jugar ya 90 minutos.
–¿La lesión le pasó factura anímicamente?
–Sí, sobre todo porque cuando uno se rompe una rodilla no hay vuelta de hoja y hay que asimilarlo, pero en esta ocasión no se sabía muy bien por dónde iba a salir ni los plazos; un día era una cosa y al siguiente otra, y era difícil de asumir tanto para mí como para los doctores. Fue duro por eso. Diego Martínez me dio permiso para ver a mi familia en Madrid y me lo hizo más ameno, pero recuperarme aquí fue maravilloso. Esos momentos te hacen valorar más el día a día y estar en el campo, y al volver lo disfrutas aún más.
–Sería duro ver desde fuera los partidos en el Maradona o en Old Trafford...
–Sí, porque nunca sabes si podrás volver a jugar partidos como esos. Mi meta y la de todos es que volvamos a jugarlos. Lo disfruté intentando ayudar a mis compañeros desde fuera. Fueron momentos inolvidables en cualquier caso.
«Fue duro pasar tanto tiempo fuera, con incertidumbre, pero las sensaciones no pueden ser mejores»
–Hace un año vivió un estreno en Primera división soñado.
–Siempre se sueña con algo así. Fue un día espectacular que recordaré toda la vida con un cariño tremendo. Fue un año muy, muy feliz pese a la lesión, lo disfruté muchísimo aunque fue duro estar fuera tanto tiempo. Nunca me sentí fuera del equipo, esa es la clave de la familia que formamos.
–Debutó en Primera con 25 años. ¿Llegó a dudar de que llegaría?
–Lo único que me ha preocupado siempre es retirarme con la sensación de que hice todo lo que pude para estar a mi máximo nivel. A partir de ahí, siempre tuve claro que llegaría hasta donde me diera. Estoy encantado en Granada, es un sueño jugar en Primera división. Para eso he peleado y voy a seguir trabajando, para crecer como jugador y ayudar al equipo.
–El Granada pagó cinco millones por usted. ¿Le pesa tras haberse perdido media temporada?
–No tiene nada que ver con lo que se pagara porque no dependió de mí y si acaso me debe motivar, pero sí siento que me faltó medio año para ayudar desde dentro a mis compañeros. Quiero sentirme útil y devolver al club la confianza que depositó en mí. La felicidad que siento aquí no tiene precio.
«Vi jugar poco a mi padre, pero creo que él era más posicional»
–Su padre, Luis Milla Aspas, jugó en el Barcelona, el Real Madrid y el Valencia. ¿Cómo es su relación?
–Hablamos mucho de fútbol. Es verdad que me gusta ver mis partidos y los del equipo para entender lo que puede haber pasado, pero con mi padre hablo siempre de forma muy natural. Para analizar están el míster y el cuerpo técnico. Mi padre nunca me ha supuesto una presión extra, siempre me ha dado mi espacio. También con la lesión; sabía que no era bueno hablar de ello a diario.
–¿En qué cree que se parecen futbolísticamente?
–Le vi poco, me queda la pena de no haber sido consciente de ir al estadio a ver jugar a mi padre con todo lo que me gusta el fútbol. Por lo poco que vi y lo que me han contado, creo que los dos compartimos la intención de querer estar mucho tiempo en contacto con el balón, en ofrecernos siempre al compañero. Él quizás era más posicional y menos próximo al área que yo, más similar a Busquets o a Gonalons por ejemplo.
–¿Qué recuerdos tiene de su infancia como hijo de un futbolista de esa altura?
–Desde el día que nací viví por y para el fútbol, por lo que me dicen. Era un 'hinchahuevos' con la pelota en casa, rompí muchos jarrones. A los cuatro años ya entré a jugar en el Valencia y siempre enfoqué toda mi pasión en esto. Espero seguir dedicado una vez me retire, me gustaría ser entrenador.
–¿Ve muchos partidos?
–Sí, me gusta entender a los entrenadores. Ahora intento controlarme un poquito más por mi novia, pero me trago cualquier partido, ya sea de la Premier, de Segunda o hasta de Segunda B.
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