«No deberíamos descansar todavía por el fútbol femenino»

José Ángel Herrera (Tenerife, 1989) asegura que lo suyo con sus jugadoras ha sido «un amor a primera vista». Apasionado del fútbol ofensivo desde que empezó a entrenar con 16 años, es el heredero escogido por el propio Roberto Valverde tras su paso a la dirección deportiva. El ex del Málaga asume la responsabilidad de dirigir a un equipo llamado al ascenso. Lo sabe y, lejos de amilanarse, lo motiva.

-¿Cómo han sido sus primeros días con su nueva familia, ya por fin entrenando en la Juventud?

-Mi llegada al club fue bastante fácil, Valverde me ofreció el puesto una vez se concluyó el campeonato y una conversación fue suficiente. Me dijo que llevaba tiempo siguiéndome y que era el entrenador que le gustaba para su Granada. Sentía mucha curiosidad por entrenar a este equipo. Me han dado una acogida maravillosa, hay un ambiente muy familiar y cercano y lo agradezco muchísimo.

-¿Con qué perspectivas asume el reto?

-Creo que parto con cierta ventaja porque se ha mantenido un bloque bastante estructurado y han venido futbolistas que conocemos muy bien y han podido integrarse. Nos sentimos muy respaldados por el club, pero soy un entrenador muy exigente y ambicioso y tengo futbolistas en la misma línea, que siempre quieren más.

-¿Qué le pareció el equipo el curso pasado, como rival?

-Un equipo muy asentado y con un estilo de juego muy definido, muy ofensivo. Así son los equipos que me gustan a mí. Recuerdo que cuando jugamos contra el Granada el año pasado dediqué muchas horas a estudiarle, pero aun así fue superior. Fue una gran alegría que Roberto (Valverde) me ofreciera el puesto.

-¿Qué le pareció la forma en la que se resolvió el ascenso el curso pasado? ¿Habría merecido el Granada otra oportunidad?

-Sí, estoy seguro de que si dura una jornada más con el partido pendiente contra Santa Teresa, el Granada sería hoy equipo de Primera. Por juego y por merecimientos, por su lucha de todos estos años. Igualmente, creo que el sistema de Reto Iberdrola está mal pensado y es injusto porque cuando asciende un solo equipo no se premia la regularidad. El fútbol español mueve ya la suficiente masa económica como para que se reconsidere este sistema, como mínimo con un 'play off'.

-¿Cómo es la coordinación con Roberto Valverde, ahora en la dirección deportiva?

-Buenísima, porque me hace sentir muy acompañado. Es un gusto trabajar con él. Es de valorar que una figura tan importante para el Granada como exfutbolista y entrenador del Femenino, que ahora asume su nuevo rol con toda naturalidad.

-¿Qué criterio pesa más para decidir las incorporaciones?

-Siempre me dice que la última palabra la tengo yo, pero la sinergia entre los dos es buenísima. Los fichajes que se han hecho estaban en la cabeza de los dos, aunque el hecho de que yo las conociera fuese el último empujón para que vinieran. No necesitamos ponernos de acuerdo porque ya lo estamos.

-No habrá sido fácil tomar ciertas decisiones respecto a algunas jugadoras sin haber llegado a conocerlas. Ha habido bajas sensibles como las de María Valenzuela y Andrea Romero en la portería, ambas granadinas además.

-Sí es fácil de gestionar porque somos el Granada CF y sabemos perfectamente lo que hacemos. Si un club de Primera Iberdrola se interesa por María Valenzuela, que es canterana, y le promete que seguirá progresando, le decimos que adelante sin duda. Por Andrea, lo mismo. No fue fácil por el aspecto sentimental de su vinculación pero sabe que esta siempre va a ser su casa. Estamos muy contentos por que haya firmado por el Málaga. Hay que dar naturalidad a estas situaciones.

-Han llegado María Pi, Raquel García, Pamela González, Cristina Postigo y Mili Menéndez. ¿Cómo las describiría?

-María Pi pertenece a la gran escuela de porteras del Valencia, y tiene inteligencia táctica, envergadura y dominio aéreo, llevo bastante tiempo siguiéndola. Raquel García tiene una lectura táctica impresionante, experiencia y una gestión de la profesionalidad envidiable; es una trabajadora incansable y una mujer muy íntegra. Pamela es la garra charrúa, nos conocimos en Málaga y desde que firmé me dijo que se venía conmigo. A Cristina Postigo le vi un potencial increíble a nivel físico y de resolución defensiva también en Málaga pero necesitaba empujón y el curso pasado acabó como capitana y una de las mejores centrales de la temporada; refleja a la perfección lo que quiero en un equipo, ahora parece que lleva varias temporadas aquí. 'Mili' es internacional por Argentina y tiene el gol entre ceja y ceja, lo que hace un gran 'mix' con lo que ya tengo de casa. Tenemos la plantilla prácticamente cerrada. Quiero reseñar que muchas jugadoras de Primera Iberdrola se han ofrecido a venir, pero no podemos tener más. En parte, porque nuestra academia es muy importante para nosotros. Tenemos muchas jugadoras en mente que van a tocar el primer equipo. Hay que tener sensibilidad entre formar un equipo competitivo y seguir sacando a las futbolistas del futuro.

-¿Cómo es su relación con el núcleo duro del equipo?

-Me conocían como entrenador y tenían ganas de que llegase, pero sobre todo de que empezase la temporada. Los entrenadores debemos ser potenciadores de talento y en este equipo hay. Ahora, debo analizar los recursos que tengo y exprimirlos. Lo mío por este equipo ha sido un amor a primera vista.

-Tiene a una de las mejores 55 promesas del fútbol español, Laura Pérez.

-Sí, pero por suerte o por desgracia se va a topar con el entrenador que más le va a apretar y exigir de su carrera. Valoro mucho que mis futbolistas se olvidan de quiénes son en el terreno de juego y se dejan la vida. Todas van a recibir el mismo trato porque todas tienen el mismo valor. Laura sabe que es una futbolista joven con mucho por aprender, y me lo demuestra; quiere seguir progresando. Ojalá siga subiendo en ese 'draft'.

-¿Cuál es su idea del fútbol?

-El Granada CF Femenino siempre se ha caracterizado por su capacidad ofensiva y vertical, con mucha presencia en ataque. Con mi personalidad como entrenador y las futbolistas que tengo, muy atrás no vamos a esperar. Queremos ser protagonistas del juego y liderar los partidos, porque tenemos una responsabilidad. Luego, tengo balas en las bandas. Debo jugar a lo que tengo. Ahora estamos potenciando la transición ofensiva. Apenas llevamos unos días y creo que se debería pagar por verlas entrenar. Por ritmo, por intensidad, por ganas. Lo vivo mucho, se me ponen los pelos de punta.

-¿Debe reconocerse en el juego de su equipo a un candidato al ascenso?

-El equipo debe jugar para ganar por el escudo que lleva en la camiseta. Jugamos para ganar. No tengo dudas de que vamos a pelear en cada jornada por los tres puntos y por supuesto que quiero ascender, pero es importante entender que un objetivo a largo plazo puede generar una frustración en el corto. Vamos a ir semana a semana. El primer objetivo es ganar el primer partido, luego conseguir los máximos puntos posibles en cada pequeño bloque de la temporada y así hasta el final.

-¿Qué aprendió durante su periodo en Málaga, donde también hay una gran exigencia?

-Me permitió conocer esta nueva Liga Reto Iberdrola, que por fin es una Segunda división real como la de nuestros homólogos masculinos. Ganas tres partidos y estás arriba, pierdes tres partidos y estás en descenso. Luego, la practicidad que hay que darle al juego porque el rival tiene una influencia enorme en tus comportamientos. Hay que intentar variar los registros. Y por último, la importancia del gol. Allí nos costaba mucho materializar. Miraba mucho al Granada, que las metía todas en el cajón… y aquí estoy.

-Conoce la Primera Iberdrola por su etapa de asistente y segundo en el Tenerife. ¿Hay una gran diferencia aún o cada vez menos?

-Cada vez estamos más cerca. Hablar de fútbol es hablar de futbolistas y vemos que cada vez hay más que suben y más que bajan. Aún podemos mejorar en las instalaciones de los equipos, que ya hay normativas que ponen condiciones para competir en Primera Iberdrola. A nivel de juego, estamos ahí. La diferencia, claro, está en los presupuestos. Nosotros contamos con muchas jugadoras granadinas y andaluzas, aunque también tenemos internacionales. Nuestro núcleo es andaluz.

-Desde esta temporada, la Federación considera como profesionalizadas las dos primeras categorías de fútbol femenino.

-Ahí creo que como país y sociedad tenemos que seguir construyendo. No deberíamos descansar todavía. Nuestra Liga no es todavía profesional para el Consejo Superior de Deportes. Los clubes estamos poniendo todos los medios para que nuestro equipo sea profesional, pero la Liga no lo es aún. Tenemos que seguir luchando porque el fútbol femenino es una parte potente de la sociedad española, cada vez se sigue más. Ojalá podamos seguir creciendo.

-¿Es viable con sus recursos durante la pandemia?

-Creo que sí porque estamos intentando que nuestros protocolos de actuación sean lo más correctos posibles como club. Pasamos nuestros test y controlamos las dinámicas de los entrenamientos, aunque está por ver qué pasará con los partidos amistosos. Si no puede venir público a vernos, ojalá sirva para que se retransmitan más partidos. Hay que ver la oportunidad para vender este producto, que es muy vistoso.

-¿Qué es lo que más le gusta del fútbol femenino?

-Si soy honesto, es que no lo diferencio del fútbol masculino. No entiendo que haya quien se empeñe en diferenciar. Los aspectos fisiológicos son obvios, pero igual que entre categorías inferiores. Disfruto mucho de algo precioso del género femenino que es que siempre pregunten «¿por qué?». Cuando las convences, porque entienden por qué quiero que hagan lo que les pido, la entrega es total. Pero primero preguntan, y me encanta. Yo soy profesor también y me encantan las alumnas aventajadas.

-Es un hombre entrenando a un equipo de mujeres. ¿Aún queda para acostumbrarnos a la mujer entrenadora?

-Yo soy un entrenador entrenando a futbolistas. Creo que el feminismo está mal entendido en este país. Feminismo sería que una árbitra pitase en la Primera división masculina, no que la Liga femenina esté plagada de mujeres. ¿Por qué? Porque con el mismo criterio sancionador limitamos a los buenos árbitros hombres. Conozco a muchas grandes entrenadoras pero no miro su género, sólo veo personas cualificadas para dirigir un grupo de trabajo. Ahora, sí me molesta que haya quien pida más mujeres entrenando en el fútbol femenino. Me están aplicando el mismo criterio sancionador por ser un hombre, me están quitando una oportunidad laboral. Yo pido más presencia femenina en los cursos, más formación. No basta con ser mujer, hay que tener cualificación. Lo contrario no es una igualdad real, porque no le estamos haciendo un favor.

-¿Hasta qué punto Diego Martínez y su equipo son un modelo?

-Habrá rasgos tácticos comunes con ellos porque es un ejemplo muy bueno. La forma que tiene Diego Martínez de liderar su equipo de trabajo, gestionar la plantilla y transmitir este sentimiento es un ejemplo a seguir. Espero tener la oportunidad de hablar de fútbol con él.