El Granada pasa por el diván
Psicología ·
Cuatro expertos en gestión emocional de grupos deportivos analizan para IDEAL la mala dinámica del equipoCasi todos los análisis recientes sobre el Granada invitan a hacerle pasar por el diván del psicoanalista tras no haber sido capaz de ganar en los diez partidos que van de 2022. Es difícil explicar cómo un equipo que acabó 2021 habiendo encontrado una cierta regularidad bajo un esquema identificable se ha terminado complicando tanto la vida como para estar ahora a un punto del descenso, con posibilidad de caer a él en caso de derrota este sábado con el Alavés en Mendizorroza.
Hace tiempo que la salud mental dejó de ser tabú en el mundo del deporte. La figura del psicólogo apenas ha tenido precedentes estables en el Granada, que ahora mismo trabaja con Rubén Torrecilla como entrenador interino al mando sin un profesional que ejerza como tal para revertir la terrible dinámica del equipo. Con la destitución de Robert Moreno y su cuerpo técnico dejó el club también Mar Sellarès, exfutbolista que vino a desempeñar ese rol aunque hay personas que han trabajado con él y dudan de su cualificación real. Anteriormente, sí estuvo vinculada en distintas etapas Patricia Ramírez, licenciada en la Universidad de Granada y luego afamada por su trabajo en el Betis.
IDEAL ha consultado con cuatro especialistas en psicología deportiva que cuentan con experiencia en plantillas profesionales cómo puede trabajar el Granada para revertir su situación. María Cabrera y Lara Jiménez son parte del equipo de trabajo de Patricia Ramírez, que ya no se dedica a estas labores por una decisión personal, y también Zoraida Rodríguez ha llegado a aprender a su lado. Nicolás Sainz, por su parte, ha ejercido durante años esta labor en los cuerpos técnicos del Recreativo de Huelva y el Córdoba y todavía a día de hoy asesora semanalmente a José Luis Oltra, exentrenador del Granada. Si en algo coinciden los cuatro es en que «lo fundamental es alinear a todos los integrantes del club y el entorno, no solo a la plantilla, en la misma dirección».
«A veces, en las malas rachas de los equipos no influyen tanto cuestiones técnicas o tácticas como psicológicas. Los jugadores entrenan bien, pero en los partidos fallan por factores que no son puramente futbolísticos. Habría que analizar si el nivel técnico y táctico era correcto y, si lo es, estudiar otros aspectos como los psicológicos para conseguir los objetivos», expone Lara Jiménez, con experiencia en clubes de baloncesto madrileños. «Hay que incidir a nivel psicológico en la convicción de que poseen los recursos técnicos y tácticos como para conseguir el objetivo sobre el campo, que es ganar», le sigue Zoraida Rodríguez. «No obstante, no se puede pretender que estos apoyos sean parches de última hora, sino algo por lo que se apueste desde el inicio de las temporadas», advierte, tras haber colaborado con el Córdoba, el Mallorca y el Recreativo de Huelva así como con deportistas de élite a nivel particular como Fátima Gálvez, campeona olímpica en tiro en los Juegos de Tokio. «A veces los problemas de cohesión y pertenencia vienen desde la pretemporada», agrega Nicolás Sainz.
La autocrítica es indispensable para María Cabrera, que ha ejercido de psicóloga en el Levante tras diez años de experiencia en otras categorías inferiores. «Es fundamental que, a partir de la unión y la humildad, se reconozca y acepte lo que está ocurriendo para poder cambiarlo a partir de lo individual y lo colectivo. Todos los implicados deben exponerse y preguntarse y responderse qué se está haciendo mal, qué no se está haciendo y qué se hizo otras veces y funcionó. Hay que apartar el ego y el orgullo para avanzar. Una vez identificadas las debilidades, aparecen las fortalezas y el propio equipo propone soluciones con las que se compromete cambiando el foco de atención hacia estas, responsabilizándose», desarrolla.
Alinear objetivos
De acuerdo a Nicolás Sainz, en el Granada deben hacerse varias preguntas. «¿Somos un equipo o un grupo? ¿Qué estamos dispuestos a hacer como colectivo, más allá de lo individual, para cambiar la dinámica? El cuerpo técnico, ¿lidera o dirige?», enumera. A partir de ahí, no existe una solución evidente. «Como profesional, mi obsesión siempre ha sido el quid para cambiar una dinámica negativa como la del Granada, que las he vivido, y no existe ninguna respuesta clara porque si la hubiese siempre la tendrían los poderosos. En cualquier caso, siempre me ha funcionado como estrategia adoptar una perspectiva grupal con la que la plantilla se cuenta lo que está ocurriendo, por qué causas y con qué posibles soluciones, y a partir de esa dinámica con la plantilla alinear objetivos», comparte.
Porque ganar, de acuerdo a Lara Jiménez, «puede tener muchos significados» para cada integrante del vestuario. «Hay que hablarle al colectivo y al individuo, en las dos vertientes, porque cada pieza forma parte del grupo. Si no se trabaja de forma colectiva, es difícil que tenga efecto lo individual. Tener objetivos claros es fundamental para que, aunque todos los jugadores quieran ganar, no vaya cada uno a una cosa y los roles estén claros», refleja tras advertir que «todos los cambios necesitan un periodo de adaptación y probablemente los fichajes de invierno no se han adaptado aún a la dinámica del equipo, ni este a ellos, y eso puede bajar el rendimiento de acuerdo a las expectativas que se puso en ellos».
Olvidar el resultado
Zoraida Rodríguez emplaza a «olvidarse del resultado para recuperar la confianza». «La moral de un equipo puede cambiar si el trabajo se centra en lo que está en manos de los futbolistas alejándose de la presión de los resultados, que tanto condicionan en el deporte aunque a menudo dependan de otros factores como el rival o la fortuna. La confianza en la competición puede construirse desde las experiencias anteriores o desde cero cuando ya no se tiene más que perder, y esto último es lo que conviene cuando los hechos son desalentadores. A partir de cada acción, crecer», remarca desde el ejemplo Víctor Valdés. «Los jugadores están distraídos por el hecho de no ganar», añade Nicolás Sainz.
«En ocasiones, también conviene retar a los futbolistas para que, con mucho cuidado y mucha mano izquierda, demuestren quiénes están en el barco y quiénes no para apartar a quienes restan», subraya Zoraida Rodríguez, que procura alejarse del «optimismo ilusorio de Mr. Wonderful». «Habrá quienes sufran impotencia y ansiedad y otros con ofertas y tentación de salir», atisba Nicolás Sainz. «Con juegos o sin ellos, es importante que el equipo genere entusiasmo. Todos los grupos humanos son capaces de cualquier cosa si consiguen ese impacto, y la comunicación es un vehículo maravilloso para ello», sigue Sainz. «Cualquier iniciativa que reconecte a los jugadores entre ellos es positiva», ensalza María Cabrera.
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