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Domingos Duarte, Germán y Petrovic lamentan el gol de Escalante en Vitoria. EFE
Números defensivos

El Granada necesita más solidez atrás

Análisis ·

Los rojiblancos son, junto al Alavés, el equipo con menos puertas a cero de la Primera división, con cinco, una asignatura pendiente

Rafael Lamelas

GRANADA

Martes, 22 de marzo 2022, 01:01

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Es un hecho que el Granada necesita mejorar su solidez en la parte de atrás. Lleva 46 goles encajados, la cuarta peor marca de Primera división, signo de sus dificultades para mantener la portería a cero. De hecho, los rojiblancos solo han dejado limpio su expediente en cinco partidos esta temporada. Solo el Alavés le iguala en este registro, el peor de la máxima categoría. Todo ello considerando que tiene bajo palos al cancerbero que más para de la élite, Luís Maximiano, con 96, y eso que no jugó en los tres primeros encuentros del campeonato.

Por encima del debate de la idoneidad de actuar con línea de tres o de cuatro en la retaguardia, candente desde la llegada al primer equipo de Rubén Torrecilla, está poner remedio a la sangría defensiva, que ya fue acusada en el pasado ejercicio, cuando el Granada fue el equipo más goleado de Primera con 65 tantos. Pese a todo, esto no impidió que acabara en una cómoda novena posición, en un ejercicio sobrecargado de encuentros debido a la participación en la Copa del Rey y en la Europa League. En ambos torneos, llegó a cuartos de final.

En esta campaña, sus cinco puertas a cero han servido a los rojiblancos para recaudar nueve puntos, debido a que en tres citas no hubo goles (Villarreal-Granada, Elche-Granada y Cádiz-Granada). Las otras dos llegaron en una victoria de prestigio con el Sevilla en Los Cármenes (1-0) y en el primer triunfo a domicilio de la temporada, ante el Levante (0-3), único éxito como forastero hasta el de este pasado sábado en Mendizorroza. El anfitrión del estadio vitoriano es otra escuadra con grietas en el cuarto trasero. Le han metido 48 goles. Cinco de ellos, el Granada, contando el choque de la primera vuelta (2-1) y el de la segunda (2-3).

Curiosamente, el Rayo Vallecano es otro equipo con pocos expedientes impolutos en su portería. Ha firmado seis, todos ellos en su feudo, lo que significa que el cuadro madrileño ha encajado en todas sus salidas del curso. En total, llevan diez jornadas recibiendo algún castigo. En sus últimos cinco partidos como forastero, dos por encuentro.

Las goteras son un síntoma inequívoco de la vulnerabilidad de un equipo. Es una de las explicaciones de la caída en picado del Mallorca, que lleva 11 jornadas recibiendo alguna muesca. Por contra, el Cádiz ha encontrado en su seguridad un argumento para la reacción. De las nueve porterías a cero que suma en la temporada, cinco han llegado con Sergio González como entrenador. Lo curioso es que era su predecesor, Álvaro Cervera, el que pasaba por ser un técnico 'defensivo'. Con el actual, sin embargo, los amarillos han sido firmes y a la vez eficaces. De este blindaje dan fe once puntos conquistados cuando Conan Ledesma no tuvo que sacar ningún balón de la red. Es el segundo arquero que más esférico impide entrar en su arco tras Maximiano, con 90 paradas.

Minimizar el peligro no solo depende de los integrantes de la defensa en sí. Es la propia organización colectiva la que hace rocoso o endeble a un conjunto. La primera cuestión que tendrá que resolver Rubén Torrecilla es si prefiere insistir con el sistema de tres centrales, con el que ha lamentado los tres tantos encajados en sus dos encuentros dirigidos, o si se decanta por la propuesta clásica de cuatro en la base, sobre la que gravitó la remontada en Vitoria.

Fallos graves

La concentración y la habilidad para recuperar el esférico aparecen como rasgos determinantes para completar el blindaje. Un mal repliegue con el Elche supuso el 1-0 de los ilicitanos en Los Cármenes, a la postre definitivo. Un fallo de marca supuso la diana de Escalante en Mendizorroza. Más grave resultó la de Manu Vallejo, con Rioja centrando sin una oposición dura de Quini y los tres centrales (Domingos, Germán y Escudero) siendo incapaces de alejar el peligro.

El liberador triunfo quizás quite presión y conlleve una mejora del rendimiento general, también de los que se afanan en proteger el área propia. A poco que esto funcione con rigor, el potencial ofensivo del equipo ha de hacer el resto. Es cierto que el Granada había perdido peso en vanguardia. Apenas contabilizaba un gol de penalti de Milla al Villarreal y el tanto en propia puerta de Jaume Domenech en un envío de Uzuni en el último periodo. Todo coincidió con la sequía de Suárez, que firmó un doblete en el 4-2 en Getafe. Volvió a la senda adecuada este sábado y su equipo cobró los tres puntos, saliendo como revulsivo. Tras el 2-3, los rojiblancos cerraron filas con suma firmeza.

Torrecilla y sus ayudantes han de esmerarse en pulir defectos y uno de ellos es la fragilidad. Goza de un porterazo y de unos zagueros con mucha experiencia, a lo que se añade la juventud de Torrente, ahora con la sub-21. Los demás tienen unos cuantos días para mejorar su coordinación.

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