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Víctor Díaz, Jorge Molina y Quini alzan la copa de campeones de Segunda en la Fuente de las Batallas. Alfredo Aguilar
Intrahistoria del ascenso del Granada CF

Fin de una fiesta inolvidable

Las celebraciones del Granada concluyen con una cena dominical, después de una larga madrugada tras el partido con velada privada con familiares

Rafael Lamelas

Granada

Domingo, 28 de mayo 2023

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No está previsto que haya más celebraciones oficiales del Granada por el ascenso a Primera. Debido a las elecciones municipales, se evita la recepción en el ayuntamiento de la capital. En principio, tampoco habrá visita al Palacio de San Telmo, sede la Junta de Andalucía, en Sevilla. Los actos concluyeron ayer con una cena de los distintos componentes del club en el recinto de Viñas de Belén, situado en el término municipal de Ogíjares. Fue otro acto privado después de tener un merecido descanso posterior a los fastos derivados del partido, rúa incluida. Una larga madrugada que acabó en una fiesta íntima con familiares y miembros de la entidad en el hotel Barceló Granada Congress. Desde allí, algunos futbolistas, con su parientes y amigos, se dejaron ver por la discoteca Mae West, en una zona alta y acotada. En ciertos momentos, en el establecimiento dejaron sonar el himno aflamencado del club por los altavoces, coreado por la mayoría de presentes, eufóricos como en el estadio. Abundaron las camisetas rojiblancas. Por un día, los porteros pasaron la mano a prácticamente cualquier indumentaria siempre que llevara motivos del equipo.

Todo fue muy intenso desde que se confirmó el salto a la élite por la victoria contra el Leganés. Se mantuvo la cautela al respecto, pero la traca en Los Cármenes estaba preparada, con mucha pirotecnia, aunque hubiera algo de desmadre y variaciones de última hora. En el palco, se hizo entrega de la copa de campeones de Segunda. No estaba Luis Rubiales, presidente de la RFEF, pero sí su delegado en Granada, José Manuel Molina Maza, entre otras cosas vicepresidente de la RFAF. Por protocolo, estaba ubicado en uno de los lados del palco de autoridades, pero finalmente fue reubicado, siendo el mismísimo director general, Alfredo García Amado, el que cedió su asiento.

El encuentro estuvo presidido por Sophia Yang, junto al alcalde Paco Cuenca. Yang se hizo acompañar de su marido y suegra, así como de un par de amigas, con los que se fotografió sobre el verde. «El éxito es de todo el mundo y el crédito hay que dárselo al equipo, a los jugadores... Son los mejores», comentó Yang. También visitó Los Cármenes el consejero Xiaoua Li, que ha cogido el hábito de hacer acto de presencia en los encuentros del equipo de un tiempo a esta parte, como en Miranda. Se le vio con su hijo. No es un directivo 'fantasma'.

La presidenta del Granada, Sophia Yang, junto a su marido y suegra, fotografiada por una amiga.

Las imágenes de la celebración en la Fuente de las BatallasVer 11 fotos

La presidenta del Granada, Sophia Yang, junto a su marido y suegra, fotografiada por una amiga. Pepe Marín

García Amado estuvo cariñoso con todos ellos. Siempre cerca del asesor de la propiedad, Javier Aranguren, la sonrisa del gijonés fue de dentífrico, como la de su paisano Nico Rodríguez. Ambos firmaron su vinculación por el Granada por una temporada el verano pasado. García Amado mejoró a consejero tras unos meses. «Vinimos para recuperar un club triste y tratar de vivir un momento así. Era difícil y siempre evitamos hablar de ascenso, pero era lo que buscábamos. Volvemos a la élite, recuperamos la imagen y rompemos maleficios», extendió Amado.

Continuidad

Nico Rodríguez certificaba su continuidad con la mera participación del Granada en el 'play off', pero él quería lo máximo. Su confianza en plantilla y cuerpo técnico se apreció en las horas previas. No temió a ningún mal fario histórico. «Estuvimos a la altura de esta afición», terció. «Es un ascenso disfrutado y llevamos bien la mochila de ser favoritos. Cuando vinieron mal dadas, cerramos la puerta, nos miramos a la cara y nos dijimos la verdad», agregó.

Del campo, a la Fuente de las Batallas en autobús descapotable, con respeto de la lluvia, que desapareció desde que los conjuntos saltaron al campo a competir, como una señal del destino. En la grúa, con la copa y las banderas, Víctor Díaz, Quini y Jorge Molina, los tres capitanes oficiales. La afición se mostró cariñosa con el delantero alcoyano, que se recupera de una lesión en la rodilla. Lloró, pero no de tristeza, como con el Espanyol, sino por el orgullo enorme de pertenecer a una familia bien avenida.

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