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Especial 90 Aniversario Granada CF | Una reunión de 'senadores' para alumbrar el pasado y el presente
ESPECIAL

Una reunión de 'senadores' para alumbrar el pasado y el presente

HISTORIADORES ·

Paseamos por donde estaba el antiguo Los Cármenes con grandes cronistas del club. Ellos tuvieron el privilegio de disfrutar distintas épocas y su pasión les llevó a reflejar esas experiencias e interesarse por las curiosidades a través de diversas publicaciones

Viernes, 23 de abril 2021

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Los principales historiadores del Granada mantuvieron un encuentro 'épico' para detenerse en los momentos más gloriosos del equipo que le entusiasma y ha impregnado de emoción sus vidas. Antonio Lasso Rebate, al igual que José Luis Entrala Fernández, han dedicado su vida al Granada CF y a recopilar datos sobre su trayectoria histórica. 87 años amparan a Lasso para gozar de una visión global riquísima informativa y formativa sobre el club. Entrala (Granada, 1933), que no pudo asistir, tiene miles de detalles todavía frescos en la cabeza. Han escrito libros y paladeado su rumbo. Lasso y Entrala fueron también directivos en varias épocas distintas.

Antonio compartió su nostalgia en la actual plaza donde se ubicaba el viejo campo de Los Cármenes, en la antigua carretera de Jaén, donde el equipo rojiblanco vivió momentos de gloria. Emocionante charla y recuerdos con otros historiadores del club, como los hermanos José Luis y Ramón Ramos Torres, el aficionado experto en datos Manolo Martínez Gómez y los periodistas Antonio Rodríguez Baena, Justo Ruiz Barroso –que fuera jefe de Deportes de IDEAL– y Gerardo Morales García, hoy responsable del área social del club rojiblanco.

Vídeo. Los principales historiadores del Granada CF mantuvieron un encuentro épico. PEPE MARÍN

Todos ellos coinciden en que la puerta de acceso al campo –que tenía tres vías de entrada– nunca debió ser demolida; al contrario, que debieron conservarse los arcos de encima para la posteridad como vestigio. Califican de «atrocidad» el haberlos derrumbado cuando se vendió el solar, porque «el Granada CF es una parte de la ciudad», advierte con entereza Lasso.

Por el acceso de la derecha hacia la tribuna pasaban directivos, autoridades, 'vips', periodistas, Cruz Roja, fuerzas de seguridad y, también, debido al 'tifus' de la época, alguno que presentaba el escudo del chorizo Revilla a modo de placa de policía. Y colaba.

«No se puede comparar el juego actual con las épocas pasadas, todos esos conjuntos tienen mucho mérito»

JOSÉ LUIS RAMOS

José Luis Entrala goza del privilegio de que su padre, Eduardo Entrala Ríos, participó con cien pesetas en la colaboración social para la construcción del campo. «Era maravilloso, mi recuerdo es precioso, el abono lo tenía en la preferencia (detrás de las porterías, la del marcador o sur y la de la cárcel o norte las llamaban, aunque en otros estadios se denomina gol a esas zonas) y te podías cambiar en el descanso a la otra para ver el ataque del Granada».

En el lío desde niños

«Estoy en el lío desde chico y vi con mis ojos todos los progresos que tuvo el campo. Desde niño acudía a los entrenamientos aunque hubiera que hacer rabona en el colegio, la aspiración era tener siempre muy cerca al equipo», rememora Lasso.

Manolo Martínez también reconoce que faltó a muchas clases de Filosofía y Letras «para ver a los jugadores». Esas escapadas de la Universidad las menciona junto a los compañeros con los que disfruta de la misma pasión, reflejada por todos ellos en numerosas publicaciones. Se les citó junto a lo único material que queda ya del campo para evocar, con sentimiento sincero, aquellos tiempos infantiles y juveniles en los que se divirtieron con el fútbol, al lado del muro de cemento que aún se conserva en la plaza actual y que pertenecía a la llamada 'general'.

«El actual Granada está en el pedestal, pero habría que ver a otros con los actuales medios»

MANUEL MARTÍNEZ

«Aquí estaba la grada más concurrida y económica. Esta pared separaba el campo del Colegio Ave María, que estaba detrás, es el último vestigio, lo único que quedó de Los Cármenes», explica José Luis Ramos. Y abunda:«Por aquí se subía la gente. Yo he visto más de un partido en lo alto, junto a las banderas, había un espacio en el que te podías hasta sentar. Algunos nos subíamos ahí para ver, en especial durante los días de lluvia porque los paraguas te lo impedían. Había seguidores que se jugaban la vida escalando por aquí y comenzaron a colarse desde que se colocaron las torres de los focos. Cuando no se cabía ni siquiera todos de pie, pues para arriba. Desde ahí presencié aquel gol que nos anuló Guruceta, el día del robo con el Sevilla...». Ramos agrega que había una rampa de arena por la que se accedía, «pero luego la sustituyeron por una escalera de caracol».

A Antonio Rodríguez, presidente de la AEPD, le impresionaba cuando «mi tía me traía desde La Peza en coche». «Yo tendría siete años y desde la antigua carretera de Murcia, por el Tambor, miraba y veía el campo lleno, abarrotado, desde lejos, una estampa alucinante. Mi tía fue la primera que se sacó el abono, el asiento estaba justo en el arco entre la preferencia de la cárcel y la tribuna alta».

A Manolo Martínez le latía a muchas pulsaciones el corazón cada tarde de domingo conforme se acercaba la hora del partido. «Me acuerdo que costaba llegar. No había metro y el autobús era lento, había atascos. A veces lo pasaba mal porque llegaba con el tiempo justo, oía el pito de un silbato y pensaba, ya me lo he perdido, ya ha pitado el árbitro y empezado... Luego era el policía urbano que estaba ordenando el tráfico, ja, ja».

EL MEJOR GRANADA DE TODOS LOS TIEMPOS

Equipos que dejaron huella con rango 'top'

Ascenso a Primera en la 41/42, con Pepe Millán, el primero a la derecha agachado. IDEAL

¿Cuál es el Granada que más le maravilló? Antonio Lasso lo tiene claro. «Me gusta más el de los 70 y no es por desmerecer al de ahora. Los dos son muy buenos, desarrollaron un juego estupendo y ganaron partidos. Tuvieron posiciones altas en la Liga. Creo que me decanto por el anterior porque yo era más joven y eran mis amigos. Pude conocer las interioridades y experiencias mejor, lo viví muy de cerca como acompañante, porque también acudí a los viajes». José Luis Entrala no se decanta por ninguno. «Hay cuatro formaciones digamos 'top'. El actual podría estar a la cabeza. También el de la temporada 71/72 porque fue más completo, no solo en la Liga sino también en la Copa respecto a los de los sextos puestos. También el de la final de Copa del 59, con Kalmar, aunque tuviera menos clase; y el de la campaña 43/44, que me entusiasma porque lo miro con ojos de niño».

«En mi caso prefiero la formación más antigua porque los jugadores eran mis amigos y hasta viajaba con ellos»

antonio lasso

José Luis Ramos entiende que «son dos épocas muy distintas». «No se puede comparar el fútbol actual con el juego que había en los 50, 60 o 70. Algunos jugadores de entonces serían titulares en el de ahora y varios de los de la actual alineación en la del pasado. A mí me gustan los dos equipos. A ninguno se le puede despreciar. Valoro a ambos aunque tuve más vivencias y más intensas por la juventud con el antiguo, también porque lo disfrutamos. Este es igual de bueno, pero la pandemia ha hecho que no podamos verlo en directo. Aquel era un equipo joven y de gran calidad, tenía gran proyección, la pena es que por cuestiones económicas tuvo que vender a tres magníficos jugadores (De la Cruz, Lasa y Barrios)». Su hermano Ramón explica que se queda con el Granada de los 70, «porque sería injusto conmigo mismo y mis 18 años si digo lo contrario, la edad en la que quieres comerte el mundo, como ese equipo que rezumó juventud, calidad y brillantez, que pudo ser un gran animador y lo fue, sextos dos veces, con un pichichi (Porta) y que, de forma injusta y tergiversada, se le asoció al paradigma de la violencia, cuando en esa época todos los equipos eran duros. Aquel Granada no hubiera llegado donde llegó solo dando patadas... Me decanto por la nostalgia de aquel fútbol místico e imprevisible, de jugadores como Rafa Jaén que, con 25 años, tenía una electricidad de vértigo y que nos contagiaba».

RECUERDOS DE ENSUEÑO

Momentos distintos pero todos de gloria

Castro encaja un gol del Granada 71/72. TORRES MOLINA

Grabadas quedan en la memoria la final de Copa de 1959 en Madrid contra el Barcelona, a la que asistió Lasso; el 8-0 al Oviedo de la 42/43 para Entrala; el 5-1 al Athletic de Iribar que eclipsó a Ruiz y Rodríguez; otra goleada de leyenda, el 6-2 al Zaragoza de los 'Cinco magníficos', que llevó a Ramón Ramos al cielo; o el gol de Ighalo en Elche, que supo a gloria con el regreso a Primera para Martínez. Han sido tantos equipos de ensueño, que los historiadores dudan sobre el mejor Granada de todos los tiempos. Así, Gerardo Morales estima que habría que poder comprobar «cómo hubieran sido los jugadores de los 70 con la preparación física actual, es difícil valorarlo». «Deportivamente, sería mejor el Granada de antes pero, por resultados, lo sería el actual». Justo Ruiz coincide con el colega en que quedarse «también con el equipo de los 70 que tantas tardes de gloria nos dio». «Aquellos jugadores tenían mucho mérito, marcaron un hito y transmitían unas sensaciones de simpatía y sentimiento especiales», añade.

«La fama de leñero del equipo de los 70 es injusta, solo dando palos no hubiera llegado a nada y todos eran duros entonces»

antonio rodríguez

Antonio Rodríguez, en cambio, apuesta por los dos. «Ambos me resultan ejemplares y muy buenos. El antiguo tuvo una fama de leñero muy injusta porque todos los equipos entonces repartían palos, eran duros y contundentes. Fueron los sextos en dos temporadas y eso no fue a través de patadas. Ocurrió por méritos propios, por la zurda de Vicente, entre otras cosas de calidad. Creo que el secreto de los dos es el mismo, la unión del vestuario. En el actual pasa igual, es una piña la plantilla», acompaña. Manolo Martínez opina en la misma línea. «Es como votar sobre si es mejor Messi o Maradona, son momentos distintos, no se pueden comparar. Por números el Granada de ahora está en el pedestal, pero no se puede equiparar respecto al de los 70. Tendría que tener los mismos medios actuales. Los viajes de ahora nada tienen que ver con los de antes», cierra.

ANÉCDOTAS INOLVIDABLES

Cuando Ñito lanzó la corbata o culparon al trompetista Labella

La lluvia de anécdotas de los historiadores es impresionante. Antonio Lasso Rebate, el más mayor de los citados junto a Entrala, recuerda como muy curioso que la amistad que tenía con los futbolistas de aquel momento era tal, «que algunos de ellos acudían por la mañana a verme jugar a mí». «Yo llegué a ser defensa del Europa, y acudían a los partidos en el Llano de la Perdiz; luego, por la tarde, era yo el que iba a verlos a Los Cármenes, ja, ja», sonríe. José Luis Entrala apunta dos cuestiones singulares. Que después de la Guerra Civil en 1939 y, con la idea de recomponer el club, «se publicó un anuncio en IDEAL para reclutar jugadores, algo inédito en un equipo profesional, no aficionado», por lo que se presentaron muchos aspirantes a futbolistas «de poca calidad». Después, aquel primer Recreativo «lo cogió Bombillar, lo ascendió y convirtió en un gran conjunto». Cuenta el ilustre escritor que Antonio Rius «sacaba de banda y los córneres; un día le dije desde mi asiento: '¡Vaya mierda!', me miró y me señaló con el puño desde el césped. Más tarde me lo encontré en la parada del tranvía de la Gran Vía y le pedí disculpas. Me las aceptó y terminamos como amigos íntimos».

José Luis Ramos Torres, amparado en sus 66 años de experiencia, nunca olvidará cuando en la temporada 88/89, de triste referencia porque el equipo descendió, los aficionados se dirigieron en el antiguo campo hacia Juan Labella, el seguidor que tocaba la trompeta en la tribuna, para culparlo del descalabro, argumentando que era gafe. Labella, indignado, se defendía: «Claro, claro, ahora soy yo el responsable, el cenizo, el que ha bajado al equipo, corriendo...».

«Al regreso del ascenso de Mallorca, Ñito me dio la mano y no me la lavé durante varios días»

RAMÓN RAMOS

Su hermano, Ramón Ramos, periodista de larga carrera, mantiene en la memoria un hecho muy gracioso. A la llegada del Granada tras el otro ascenso a Primera logrado en Mallorca –no el que hubo con Diego Martínez–, en el recibimiento, Ñito se quitó la corbata y la lanzó al aire entre la multitud. Entonces, rememora: «Me dio la mano. Sí, a mí, entre tanta gente, con 14 años que yo tendría..., se me quedó grabado. No me la lavé durante varios días... para mí era lo más grande». Ramón asegura que hace poco, en el programa de TVE 'Conexión Vintage', «salió el reportaje de la recepción municipal de ese ascenso y allí estaban todos con corbata... menos Ñito... ja, ja. Con lo que Candi era de exigente en ese sentido... para que todos fueran bien puestos». Y me lo dice otro elegante perfeccionista mientras se entretiene en abrocharme un botón suelto de la camisa.

Gerardo Morales nunca olvidará que en la calle, «justo por detrás de la 'general', en el espacio que quedaba junto al campo, me juntaba con muchos más chaveas, pues no había guarderías, u eran épicos los partidos que jugábamos entre nosotros». También tiene presente Manolo Martínez, como si hubiera sido ayer, «el día en que Juan Antonio Milla se rompió la camiseta en un lance del juego y no había ninguna de repuesto». «Me acuerdo que le pusieron el número 21 a la espalda con un esparadrapo. Vamos, de risa». Pintoresco.

Justo Ruiz menciona como recuerdo grabado a fuego el día que con 17 o 18 años, «un amigo me llevó al campo Sánchez Herrera del Zaidín a ver entrenar al Recreativo, al que entonces dirigía Errazquín y que militaba, como filial, en Tercera. Les dije que si podía jugar con ellos medio en broma y, para mi sorpresa, dijeron que sí, por lo que entrené desde entonces con Orihuela, Calera, Gregorio, Esteban...».

«Les dije medio en broma que si podía entrenar con ellos, a los del Recreativo, y me dijeron que sí»

justo ruiz

Les voy a contar dos anécdotas propias, cuando correteaba por la zona de televisión y decían los cámaras: «Ya está el niño de 'Carloto' dando la tabarra». La otra, ya joven y como informador. Al salir de los vestuarios a la vez que los futbolistas, me paraban aficionados a pedirme autógrafos. Llevaba entonces el pelo engominado, parecía recién duchado como ellos... Firmé más que Lina, Verdejo o Peruena.

José Luis Entrala, historiador del club. A. AGUILAR

El saber enciclopédico de un enamorado del fútbol

A los siete años, José Luis Entrala se aficionó al Granada «porque tras la Guerra Civil en 1939 no había grandes diversiones». Pronto se aprendió «todas las alineaciones». Estudió en los Maristas y, a los once años, se sintió atraído por la escritura. Entrevistó a Tico Medina en el periódico interno del colegio e intercambió crónicas con sus primos que estudiaban en Madrid. Y luego con Dauro disfrutó del equipo infantil de Manolo González y Rafa Almagro entre otros. Recuerda que cuando publicó el coleccionable de IDEAL de la Historia del Granada CF, editado como enciclopedia en 2009, con la colaboración de José Luis Ramos, se apoyó «en un folleto de José Luis Piñero de 1983 sobre las bodas de oro del club». Matiza que «José Luis Codina también redactó sobre los trofeos Alhambra» y que, de 1939, «no había datos ni en la hemeroteca». Apunta que «bajó a Tercera por impago en el 52, con Joaquín Serrano de presidente y Osorio de alcalde, luego Dávila de 'vice'. Hubo una reforma y volvió a Primera a la semana y desde ahí creció con Manolo Ibáñez, Millán, González, Candi, Cuerva, Vicente... perdió 5-0 con el Plus Ultra y 9-0 en Jaén... pero fue emotiva la reacción con muchos granadinos».

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