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Víctor Díaz porta el brazalete de capitán ante una pared con una ilustración de Los Cármenes en la Ciudad Deportiva del club. RAMÓN L. PÉREZ
Granada CF

Víctor Díaz: «No concibo que no consigamos el objetivo»

Entrevista ·

El capitán, recién renovado por una temporada más, muestra su confianza en el equipo de cara a esta recta final

Viernes, 15 de abril 2022, 00:32

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Víctor Díaz (Sevilla, 1988) no quería que le renovasen si no estaban convencidos de su rendimiento. A sus 34 años, se sigue sintiendo preparado para jugar en Primera división. Profesional intachable, no se deja distraer por todo lo accesorio que rodea al fútbol y se define como «un tipo normal». Quizás sea eso lo que lo hace excepcional. Cree en sus compañeros y no tiene ninguna duda de que el Granada seguirá en Primera división.

–¿Es cofrade?

–Sí (ríe). Casi todos los sevillanos pertenecemos a alguna hermandad. Yo soy de la de Nuestra Señora de la Paz.

–¿Ha pedido por la permanencia?

–En el equipo somos más de trabajar que de rezar. No es por lo que más tengo que pedir; lo verdaderamente importante es la salud y la familia. El trabajo en el día a día es lo que ayuda a que un equipo se salve.

–¿No necesita ayuda divina el Granada para salvarse?

–Ni mucho menos. El equipo trabaja bien. Unos días saldrán las cosas mejor y otras peor, pero el trabajo está ahí y la línea es la adecuada. Los resultados van a llegar, estamos convencidos.

–¿Les fortaleció el partido en el Pizjuán pese a perder?

–Sí, fue una derrota de las de estos últimos años, en las que peleábamos hasta el final. Jugamos contra un rival muy fuerte, pero creímos en poder sacar algo hasta el final. Los detalles marcan los partidos y los nueve minutos de añadido fueron excesivos, pero estamos contentos con el esfuerzo del equipo. Lo peor de perder un partido no es perderlo sino las sensaciones que se quedan. Esta vez, ese orgullo nos fortalecerá.

–Aunque ahora sea por la permanencia, lo de afrontar una final tras otra no les es nuevo.

–No, ha sido uno de nuestros lemas todos estos años, desde que llegó Diego (Martínez), y también ahora. Cada partido en esta categoría es una final, nunca sabes lo importante que puede ser cada punto. No nos gusta esta situación, pero, aunque cada partido es el más importante, el de este domingo tiene una gran trascendencia en el devenir de la temporada. Lo afrontamos como si fuese el último.

–El Levante parece el equipo más desacomplejado de todos los que están abajo.

–Se han quitado el complejo de ser colistas, pero después de remar durante mucho tiempo casi sin presión al darlo todo por perdido, y ahora ven la orilla cerca y creo que también sienten ese nerviosismo. Puede ser un partido definitivo para ellos para engancharse a la permanencia.

–El equipo no gana en Los Cármenes desde la remontada al Atlético el 22 de diciembre...

–Tuvimos algo de ansiedad en los últimos partidos, sí. Intentamos salir con mucho ímpetu para pasar por encima de los rivales, pero es importante tener un plan de partido y desarrollarlo con tranquilidad. Contra el Rayo teníamos tantas ganas de agradar y ganar, después de lo de la primera vuelta, que se nos volvió en contra. Hay que aprender.

–¿Está pagando el equipo su déficit defensivo?

–Ya se decía que encajábamos mucho la temporada pasada pero que éramos eficientes arriba. Creo que son rachas, pero es un punto de partida. Siempre nos hemos caracterizado por ser un equipo sólido y la mayoría de veces que hemos dejado la portería a cero hemos ganado, porque siempre tenemos ocasiones claras.

–¿Cómo se mejora?

–Cuidando los detalles. Todos los partidos se definen por ellos a partir de la intensidad, la solidez y la eficacia arriba.

–No parece algo relacionado con la zaga de tres o de cuatro, ¿no?

–No. No hay sistemas defensivos ni ofensivos; si los carrileros son extremos, son jugadores de ataque. Lo que marcan los sistemas son los detalles. Con Diego jugamos con defensa de tres, por ejemplo, para remontar un resultado adverso ante el Athletic en la semifinal de Copa. Y lo conseguimos. Cada partido es un mundo luego.

–Actuar en esa zaga de tres parece venirle como anillo al dedo en su reconversión.

–Siempre me ha gustado. En su día, Diego me preguntó si quería jugar de central y le dije que sí, que ya había jugado varias veces. Nunca me había visto ahí pero, con el paso del tiempo, me dijo que le gustaba mucho y jugué muchos partidos así. Creo que se ajusta a mis características. Siempre intento ayudar al equipo.

–Defendió en todo momento que no quería que nadie le regalase la renovación.

–Nunca he creído en las cláusulas por contrato. Me guío por mis sensaciones y me veo bien para competir. Siento que el club sigue creyendo en mí y en lo que puedo aportar. Estoy contento con el trato del club. En cuanto no me sienta bien, no pasará absolutamente nada y cada uno seguirá por su lado o seguiré en el club de otra manera.

–¿Se plantea permanecer en la estructura el día de mañana?

–Todo futbolista encuentra su sitio en un club y no solo yo sino muchos lo encontramos aquí. Quini, Montoro, Germán… incluso Milla. Cuando hablé con Pep Boada y David Comamala, me preguntaron qué me gustaría hacer en el futuro y les dije que no pienso en otra cosa que no sea jugar, pero está claro que me gustaría seguir ligado al fútbol de otra manera. No tengo ni idea de si como entrenador o director deportivo, pero es una posibilidad seguir aquí de otra manera.

–¿Está de acuerdo con quienes defienden que su continuidad se explica en gran medida por lo que aporta dentro del vestuario, incluso más que sobre el terreno de juego?

–El día a día en los entrenamientos da argumentos para seguir o no. Como capitán, sé la función que tengo en el vestuario, como otros muchos compañeros, pero no me quedaría para aportar solo desde fuera.

Víctor Díaz juega un balón en un entrenamiento. GRANADA CF | PEPE VILLOSLADA

–¿Qué le dice a usted que el club esté apostando por sus veteranos?

–Es un mensaje de continuidad de lo que funciona. He jugado contra el Granada en Segunda B y conozco los vaivenes que tuvo el club. Todos los futbolistas estamos convencidos de que la continuidad es la mejor forma de seguir creciendo, con una evolución a partir de una base sólida, aunque nosotros no vamos a ser eternos. Es el principio del futuro del Granada. Creo que sería un error cambiar todo de la noche a la mañana.

–¿Renovará Montoro también?

–No hay un jugador más diferencial que él en la plantilla. Cuando está a gusto y se siente bien, es un futbolista impresionante. Ojalá siga, más allá de la relación que tenemos. Se lo merece por todo lo que ha hecho por el club.

–¿Cuántos capitanes tiene el equipo a día de hoy?

–Prácticamente todos lo somos. Cada uno aporta algo, aunque los haya con más peso al hablar que otros. Futbolistas como Gonalons o Escudero, que han vivido mucho en otros equipos, también lo son. En mis cinco años aquí, nunca hemos tenido que intervenir en ninguna situación. Todos los años ha habido un grupo extraordinario en el día a día.

–¿Ve a Luis Milla o a Carlos Neva llevándolo próximamente?

–Por supuesto. Son el presente y el futuro del Granada. Están más que preparados por todo lo que están viviendo en esta etapa tan bonita para el club y les vendrá bien para liderar el día de mañana. El núcleo fuerte lleva ya cinco años, pero se añadieron futbolistas que ya son parte de él, como Domingos Duarte, y han vivido todo lo que ha sido el Granada estos últimos años. Marca el camino para el futuro, aunque no siempre se vaya a jugar en Europa. Esos valores que se han inculcado son el punto de partida para seguir creciendo. No son inamovibles, pero sí la base.

–Este domingo vuelve Soldado.

–Hablamos mucho. Fueron dos años de una relación personal muy fuerte entre nosotros. Entendí su decisión. Esto es un trabajo y lleva muchos años fuera de su casa. Le surgió una oportunidad para volver y de que sus hijos se asentasen en un colegio. Nos llamó a todos para explicárnoslo. Nos quedamos jodidos, porque no queríamos que se fuese, pero lo entendimos perfectamente. Siempre será uno de los nuestros, aunque esté en otro equipo. Si pudiese traerlo, lo traería. Es otro líder. Es uno de esos jugadores que con su mera presencia causa impacto.

–Robert Moreno siempre valoró el apoyo que usted le prestó. ¿Cree que le condenaron los resultados o hubo también una cuestión de 'feeling'?

–Habría como para escribir un libro sobre él. Venir tras un ciclo tan exitoso era muy complejo. Es como cuando metes una novia nueva en tu familia; se la recibe con desconfianza. No estuvo acertado en algunas declaraciones y lo hablamos, pero era un gran tipo y ganaba mucho en las distancias cortas. Su imagen fuera le dañó. Hay que agradecerle su esfuerzo, a él y a su grupo; eran profesionales muy buenos. No sabría decir por qué no funcionó, pero también conseguimos muchos puntos gracias a él.

–¿Imponer su estilo alteró la esencia del equipo?

–Cada entrenador intenta instalar su forma de juego. Venía de un estilo diferente al nuestro en la Selección, el Barça, la Roma o el Celta, pero hay entrenadores a los que les funcionó en otros equipos. El club apostó por eso y no salió todo lo bien que queríamos, pero le estamos agradecidos por el trato y el trabajo.

–¿Tiene más claro Rubén Torrecilla ese espíritu del equipo?

–Puede que sí. Lleva muchos años en el club, ya coincidimos cuando estuvo en el cuerpo técnico de José Luis Oltra. Conoce los valores y la esencia y es lo que transmite en el día a día, aunque son los resultados los que determinan todo y los jugadores seamos los que juguemos. Se asemeja más a Diego Martínez.

–¿Entendieron que hubiese cinco fichajes en invierno?

–No lo pensamos mucho, la verdad. Cualquiera que venga a ayudar será bienvenido. No recordaba ni cuántos fueron. Estamos encantados a pesar de que no compartan el idioma. Los tratamos como nos gustaría que nos tratasen a nosotros al ir a un sitio nuevo, ya nos lo dijo Robert. Se han adaptado muy rápido y están muy involucrados. Ahora no me imagino el grupo sin ellos; son importantes, chavales con muchas ganas de trabajar. Ya son parte de nosotros.

–¿Cómo se ha gestionado la recuperación de Darwin Machís?

–Es cierto que fue una situación rara; yo nunca la había vivido antes. Hablé mucho con él porque le conozco desde hace muchos años y ya coincidimos también en el Leganés. Le dije que mirase lo personal y donde estuviese cómodo, pero, sobre todo, que si volvía lo hiciese enchufado. Es diferencial, como Montoro, y el equipo le necesita. Poquito a poco está volviendo a ser lo que siempre ha sido a pesar de que era complicado. Está preparado para ser importante.

–¿Por qué se va a salvar el Granada?

–No concibo que no consigamos el objetivo. El grupo trabaja muy bien y siente cada entrenamiento como si fuese el último para preparar cada partido. Cuando se da todo así, no puede venir nada que no sea positivo.

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