«Todos los futbolistas tenemos ego, pero soy sacrificado al 100%»
Entrevista ·
Antonio Puertas, capitán sin brazalete en su séptima temporada en el club, celebra que el equipo rompiese su mala dinámicaNo es muy sabido que Antonio Puertas (Benahadux, 1992) pasó por las canteras del Valencia y el Villarreal. En la del conjunto che no aguantó más que un mes con doce años y en la de los amarillos solo completó sin intermitencias la segunda temporada de las dos que estuvo, aún adolescente y menor de edad. Terminaba volviendo a Almería por la misma razón por la que este curso cumple su séptimo ejercicio en el Granada: no soporta estar lejos de los suyos. Y él es desde hace tiempo 'uno di noi' entre el granadinismo, leyenda viva en la historia del club. Pocos futbolistas están legitimados para besarse el escudo que defienden; él sí.
–Cómo lo cambia todo una victoria diez partidos después…
–Pues sí, completamente. Ojalá sirva para que el equipo gane en confianza y en creer que haciendo las cosas bien y trabajando fuerte como lo está haciendo se pueden conseguir las victorias. El partido en Vitoria se nos puso muy cuesta arriba cuando nos remontaron, pero creímos hasta el final como hicimos en todos estos últimos años, sin dar un balón por perdido, y obtuvimos la recompensa de los goles y los puntos tan importantes.
–¿De dónde salió esa entereza?
–Cuando estás en una dinámica negativa, todos los pequeños detalles y la suerte caen siempre en contra, y a favor en una positiva. Queríamos darle la vuelta con una victoria y lo conseguimos en un campo muy importante para nuestro objetivo ante un rival directo al que también ganamos el 'golaveraje', que es fundamental. No queremos quedarnos ahí; queremos hacernos fuertes en casa, que nos está costando, para brindar una victoria a nuestra afición y acabar el curso con fuerza.
–El reflejo de la ansiedad fueron las lágrimas de Luis Suárez.
–Sí, claro, llevábamos bastantes partidos en los que se nos estaba resistiendo el gol con ocasiones muy claras. Todos queremos meterlas, eso está claro, y Luis lo manifestó de esa manera. Tenía muchísimas ganas de marcar.
–¿Cree que a todo el mundo le ha costado asumir la transición de verse en Europa a volver a pelear por la salvación?
–Sí, es muy difícil probar el jamón y volver al chorizo o la mortadela (risas). Tuvimos unos años muy buenos y nunca habíamos llegado hasta ahí. Este grupo hizo historia y consiguió logros que jamás habría imaginado. Es normal que la gente se acostumbre a lo bueno; también nosotros. Somos autoexigentes y no lo estábamos pasando bien.
–Ha sido suplente en los dos primeros partidos con Torrecilla, pero le vimos sufriendo desde el banquillo como el que más. ¿Cuál es el grado de compromiso individual en una plantilla de 28 jugadores?
–Siempre del 100%. Llevo en este club ya siete años y me duele muchísimo cuando no salen las cosas e intento disfrutar al máximo cuando sí. Creo que todo el equipo está muy comprometido, se ve en cada entrenamiento aunque por las circunstancias de ser tantos en plantilla a veces hasta se queda fuera gente cuando jugamos partidillos entre nosotros. Creo que no ha habido ninguna queja, tampoco de los jugadores que a veces actuamos fuera de nuestra posición, como yo, que a veces lo hago de lateral derecho e incluso izquierdo cuando no he jugado ahí en mi vida. He hablado con el míster y sabe que puede contar conmigo para lo que sea con tal de ayudar para que a final de temporada todo salga bien con la permanencia.
–¿Qué tecla ha tocado Rubén Torrecilla en estas dos semanas?
–Nos pide mucha intensidad para ganar los duelos. Para ganar en Primera división hay que igualar como mínimo la intensidad al equipo contrario y, a partir de ahí, hacer lo que trabajamos en la semana y sacar las virtudes de cada uno, que son muchas en este equipo, creyendo en nosotros.
–¿Le beneficia haber sido futbolista o no es tan relevante?
–Siempre es un grado a favor conocer lo que siente el futbolista dentro del vestuario, y más en situaciones como esta en las que no todo sale como se querría. Aun así, creo que hay entrenadores que no han sido jugadores y están muy capacitados para ello.
–Conocía al equipo de cerca...
–Aunque venga del filial y antes del juvenil, siempre ha visto los partidos del primer equipo y sabe los jugadores que tiene y cómo deben jugar. Eso ayuda.
–¿Qué fue lo que no funcionó con Robert Moreno?
–Los resultados no acompañaron desde el primer momento. Tuvimos muy buenos partidos al llegar Navidad y cuando conseguimos las victorias hicimos un gran fútbol. Fue una pena el parón porque nos cortó una progresión muy buena. En 2022 volvieron a dejar de acompañar los resultados y, como siempre, el entrenador es al primero que se mira. Le tocó salir pero le estamos agradecidos por el tiempo que estuvo aquí, creemos que también dio su máximo para que el equipo fuese bien aunque no fuera así. Si conseguimos la permanencia a final de temporada, será también algo suyo porque conseguimos puntos con él y hay que estar agradecidos a todos.
–¿Tiene la impresión de que, con él, el legado de Diego Martínez se convirtió en tabú?
–Bueno, creo que había que darle naturalidad a la transición. Tuvimos tres años muy, muy buenos en cuanto a todo, tres años magníficos, y le tocó una partida difícil porque era muy complicado mejorar lo que hicimos. Empezar con derrotas no ayudó.
–Supongo que mantendrá que él ha sido el entrenador más importante en toda su carrera.
–Sí, por supuesto. Diego me dio confianza al 100% desde el primer día, me puso en el campo y le respondí muy bien durante los tres años. Le tengo un cariño especial como entrenador.
–¿En qué le hizo mejor?
–En ese momento era flojo a nivel mental y si no jugaba o el entrenador no se fijaba en mí me venía abajo y me costaba confiar en mí mismo. Me ayudó muchísimo a nivel psicológico para creer más en mis posibilidades.
–¿Qué tiene en común con él Rubén Torrecilla?
–La intensidad que mete para igualar al equipo contrario sin dar un balón por perdido desde el respeto a todos los equipos, tanto si son superiores como inferiores. Respetarlos a ellos es respetarte a ti mismo.
–Suele decirse que su partido depende de si le sale o no...
–... mi primer regate (sonríe). Es cierto que si la primera acción del partido sale bien ganas en confianza y crees que también puede salirte la segunda, y va todo más rodado. Hace unos años, si perdía el balón en la primera jugada me costaba más entrar en el partido. Ahora intento tomármelo con más calma, sabiendo que los partidos duran noventa minutos. De hecho, vengo marcando en los últimos minutos.
–¿Alguna vez ha recibido ayuda psicológica?
–Nunca me he puesto en manos de un profesional, aunque creo que me hubiese venido bien en algunos momentos, como a cualquier persona. Todos pasamos por momentos en los que la autoestima no es tan alta como necesitamos para rendir a nuestro máximo nivel y ser felices.
–El pasado ejercicio lo pasó mal por la covid-19. ¿Fueron aquellas horas en Nicosia al contagiarse lo más duro de su vida?
–Sí, aunque estaba tan malo que no me enteraba demasiado de lo que estaba pasando. Recibí muchas llamadas. Creí que tendría que quedarme allí quince días por el protocolo de Chipre, pero gracias al club pude volver y le estaré eternamente agradecido. Tuve mucha incertidumbre.
–Tuvo muchas secuelas.
–Estuve con mareos y sin fuerza en el cuerpo durante un mes y medio. No me entraba el aire. No podía rendir al 100% y el querer y no poder también me afectó psicológicamente. No podía con mi cuerpo en los partidos; quizás debí haber parado, pero soy muy cabezón y quería estar con el equipo. Me vino mal jugar ciertos partidos. Lo pasé muy mal, pero es una etapa ya pasada y espero que no vuelva a ocurrir. Me temí lo peor cuando volví a contagiarme en enero.
–Siempre ha dicho que su mayor premio es ver felices y orgullosos a sus padres. Ahora es padre usted.
–Con debutar en Primera y que lo viesen mis padres me daba por contento. Tengo la suerte de llevar unas temporadas en la élite y que lo estén viendo ellos y ahora mi hija, Martina, que me dio el gol que me estaba faltando en cuanto vino y ahora se los dedico todos. Ojalá crezca y pueda seguir viéndome jugar.
–Por su sacrificio, ¿se considera un jugador sin ego?
–Creo que todos los futbolistas tenemos ego, es algo natural. No me gusta jugar fuera de mi posición, es la realidad. Prefiero hacerlo cerca del área porque es donde creo que soy bueno y marco algo más la diferencia, pero soy sacrificado al 100% y si el equipo se pone por delante y hay que defender, estoy el primero; también si el equipo necesita que juegue en otra posición. Me mentalizo para rendir donde sea.
«Tuve ofertas para salir, pero mi deseo siempre fue seguir aquí»
–Más allá de los debates, los datos son claros con usted. Es el único futbolista en la historia del club que ha marcado con su primer equipo y filial en siete competiciones diferentes: Primera Andaluza, Tercera división, Segunda B, Segunda división, Copa del Rey, Primera división y Europa League. Incluso en su previa. Además, siempre con goles bonitos e importantes.
–Estoy muy orgulloso, también por ser también el único que ha pasado por todas esas categorías en todos los años que he vivido aquí. Esta temporada ya llevo más goles que la pasada, aunque no he jugado tantos partidos ni minutos, y ojalá pueda superar las cifras de la anterior.
–¿Sabe que es el tercer jugador con más partidos con el club en lo que va de siglo? Lleva 181 y solo tiene por delante a Nyom (220) y a Lucena (270).
–Sí, lo sé (risas).
–Es integrante del núcleo duro del vestuario, pero no capitán. Ya dijo que usted se sentía uno de ellos a su manera, generando buen ambiente sobre todo, como seguro que hizo falta hasta el triunfo en Mendizorroza…
–Creo que soy una persona muy alegre dentro del grupo, que creo buen ambiente por mi forma de ser aunque el equipo no consiga los puntos y todo vaya mal. La manera más idónea de trabajar para salir de ahí es desde la alegría, creo que venirse abajo no vale para nada. Intento aportar alegría al vestuario. Mis compañeros me quieren mucho.
–Cuando firmó su última renovación, hasta 2024, rechazó ofertas jugosas del Espanyol y el Alavés. ¿Qué le une tanto al Granada?
–Sí, es verdad que tuve varias ofertas para salir y lo estuve pensando, pero aquí estoy cerca de mi familia en Almería. Recorro la A-92 casi todas las semanas y mis padres vienen a verme a todos los partidos que jugamos aquí, que es importante. Tengo mucho cariño por este club y también este me muestra lo que me quiere. No lo pensé en cuanto se igualaron algo los contratos, no en lo económico sino en los años. Mi deseo era seguir aquí más temporadas.
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