El empuje de Pellistri pierde efecto
El extremo uruguayo fue protagonista en el empate de Montjuic, con un gol y una asistencia como parte de una fantástica actuación, pero rindió por debajo de lo esperado ante Almería y Villarreal
Firmar a Facundo Pellistri en el pasado mercado de invierno se convirtió en una de las obsesiones de Matteo Tognozzi y el resto de la comisión deportiva del Granada. El italiano se aferraba al extremo uruguayo como a una de las grandes esperanzas para creer en la permanencia del equipo en Primera división. Al charrúa le respaldaban más sus actuaciones con la selección nacional absoluta de Uruguay que aquellas con el Manchester United, donde nunca pasó de ser un revulsivo, y que sus dos cesiones anteriores en el Alavés. Fantástico en su segundo partido como rojiblanco en Montjuic, con un gol y una asistencia contra el Barcelona, el empuje de Pellistri terminó perdiendo efecto contra Almería y Villarreal sin embargo.
Como antes pasó con Bruno Méndez o Augusto Batalla, también Facundo Pellistri aterrizó en Granada para ser titular desde el primer día. Alexander Medina llevaba semanas hablando con su compatriota, contándole sus planes con él, probablemente con Bryan Zaragoza también entre ellos. Sin embargo, el uruguayo aterrizó mientras el malagueño hacía las maletas y en su primer partido, contra Las Palmas, ya acusó la dependencia del equipo como el único futbolista desequilibrante sobre el terreno de juego.
Vigilado por sus rivales como otrora le pasaba a Bryan, Pellistri ofreció un buen rendimiento durante su primera hora como rojiblanco, con varias conducciones hacia la línea de fondo desde la banda derecha con finos envíos luego hacia el área que otro charrúa, Matías Arezo, no supo descifrar pese a ser su mejor amigo en el vestuario. En aquel encuentro, además, el extremo mostró la garra que se asocia a los futbolistas de su nacionalidad al no rehuir refriega alguna pese a su escasa corpulencia.
Con todo, si una actuación vino a justificar la esperanza que Tognozzi y el resto de dirigentes del Granada pusieron sobre Facu Pellistri esa fue la de Montjuic. Una flecha por su costado, torturó a Joao Cancelo y contribuyó como asistente al primer empate momentáneo de Ricard Sánchez tras abrir el marcador Lamine Yamal antes de voltear el marcador ya en la segunda parte al empujar a gol dentro del área un balón de Uzuni, aunque la alegría durase poco.
Sin embargo, a su brillante partido contra el Barça le siguieron dos decepcionantes ante Almería y Villarreal, como parte de dos tristes actuaciones del equipo. En el derbi gozó de una fantástica ocasión para rubricar la remontada tras el empate de Uzuni en un centro desde la izquierda que, a escasos metros de la portería y sin la oposición de Luís Maximiano, acertó a desviar Bruno Langa al lanzarse con más decisión a por la pelota. En el Estadio de la Cerámica salió incisivo, con empuje en un buen arranque rojiblanco que quedó para la anécdota, pero nadie aprovechó sus incursiones.
Comparación con Bryan
Aunque Pellistri no llegase al Granada para sustituir a Bryan sino a jugar con él, resulta inevitable establecer una comparación entre ellos tras la anticipada marcha del malagueño al Bayern de Múnich. Y los cuatro primeros partidos del charrúa como rojiblanco descubrieron a un extremo rápido, capaz de desbordar y servir buenos centros a sus compañeros, pero sin el punto de genialidad que tenía Bryan incluso en sus peores días, cuando ya parecía tener la cabeza en otra parte. Además, y ya sea por decisión de Alexander Medina o por las propias posibilidades del jugador, de momento solo ha actuado por banda derecha, a pie natural, mientras el malagueño enriquecía el ataque de los suyos con su imprevisibilidad para encarar y arrastrar más de una marca desde cualquier frente.
Pellistri, además, viene acusando la inactividad que arrastraba del Manchester United, donde solo fue titular en tres partidos hasta invierno y pasó más encuentros sin jugar que con minutos. Aunque titularísimo para el 'Cacique', también fue sustituido en las cuatro apariciones que lleva como rojiblanco al flaquearle las fuerzas hasta perder incidencia en los duelos, que aún se le hacen largos. Un hándicap intrínseco a la adaptación de la mayoría de fichajes invernales.
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