'Ex' del Andorra en el Granada
«El fútbol moderno busca atletas y Pau Casadesús lo es»«Siempre trabaja en silencio y nunca pone malas caras, aunque nunca lo tuviera fácil», recrean excompañeros del lateral derecho
Todos los excompañeros de Pau Casadesús en Andorra, allí donde vuelve este viernes (20.30 horas), se alegran enormemente por lo bien que le va por ahora en el Granada. Y es que nadie le regaló nada al lateral derecho en el Principado, suplente prácticamente toda la temporada pasada en Primera RFEF hasta el 'play off' de ascenso en el que explotó, con dos asistencias para los tres goles al Ibiza durante la semifinal. Cuando allí quisieron renovarle antes incluso de consumar el ascenso, sin embargo, Casadesús ya contaba con la oferta rojiblanca hasta 2028.
«Siempre trabajó en silencio y sin malas caras; aquel 'play off' fue un premio a todo lo que pasó. Todos veíamos el nivel tan increíble que tenía en los entrenamientos, y dio miedo en esos partidos por su manera de subir y bajar la banda», asegura Josep Cerdà, que sí continúa en el Andorra aunque siga convaleciente ahora de una pubalgia. «Hablamos casi a diario y es una lástima que no vayamos a poder enfrentarnos aún porque habría sido un duelo bonito. Todos los que coincidimos con él estamos deseando que nos reencontremos», reconoce el extremo, formado en la cantera del Barcelona.
«Sigo bastante a Pau y le estoy viendo muy bien. Es muy completo y sacrificado tanto en ataque como en defensa; a los de ataque nos ahorra bastantes carreras hacia atrás. Todo entrenador querría tenerle en su equipo», apunta Cerdà, cuyo vínculo con el lateral del Granada fue más allá de lo futbolístico. «Tuvimos mucha conexión desde el principio y pasamos mucho tiempo juntos tanto en su casa como en la mía además de en el vestuario; mantenemos un vínculo bonito porque es muy buena persona además de gran jugador», le elogia, con el recuerdo cariñoso de «las largas horas de siesta» de su excompañero que le impedían quedar con él «hasta tarde».
El último entrenador de Casadesús en el Andorra fue Beto Company. «Cuando un jugador no tiene tantos minutos puede dejarse ir y pedir la salida o mantener la ilusión confiando en sus posibilidades, como hizo él; fuimos honestos y le decíamos que le veíamos con opciones, y se ganó jugar ese 'play off' por méritos propios más que por deméritos de sus compañeros. Me alegro de que le abriera la puerta del Granada», comparte, libre ahora tras el fichaje de Ibai Gómez.
Company confiesa que dio la oportunidad a Casadesús durante la semifinal con el Ibiza por el marcaje sobre Bebé, 'ex' del Rayo Vallecano entre otros. «Iba por encima del nivel de la categoría, pero pensamos que su capacidad física le permitiría competir en igualdad de condiciones como mínimo y luego, como sabe muy bien cuándo atacar, explotó su espalda además. Le salió la eliminatoria soñada», rememora.
«Pau tiene unas ganas de aprender increíbles, y eso permite evolucionar a los jugadores. Siempre repasa todas sus acciones hasta durante los entrenamientos y demanda tareas para mejorar. Y si tiene unas condiciones físicas tan privilegiadas es porque las trabaja día a día», expone Company, para quien el paso por el filial del Espanyol le dio al lateral «un bagaje muy importante». «Tiene todas las condiciones como para jugar en Primera», sostiene.
«Merece las oportunidades que está teniendo porque se adapta muy bien a la categoría en la que le toque competir. Es un tipo muy normal, educado y tranquilo, pero muy querido. Entrenar al mil por cien incluso cuando menos jugaba y peor lo pasaba le dio mucho estatus en el vestuario del Andorra», ilustra su exentrenador.
«Cae de pie en los equipos»
Uno de los grandes avalistas en la carrera de Pau Casadesús fue Adrià Talavera, que lo reclutó para el Gimnàstic Manresa como filial del Andorra procedente del Hospitalet y luego logró su cesión para el Espanyol B. «Siempre tuvo una capacidad atlética impresionante, y el fútbol moderno busca atletas. Le veía entrega, compromiso y potencia, siendo además correcto en todo; un perfil idóneo para cualquier entrenador», asegura alguien que lo puso «hasta de central» durante la etapa juvenil en la que también ejerció como entrenador suyo.
«Pau cae de pie en todos los equipos porque tiene la inteligencia de entender lo que quieren sus entrenadores. Y siempre destaca en el campo, no fuera», reseña Talavera. «En el Andorra no lo tuvo fácil, pero volvió con más peso del Espanyol. Y como su familia solamente le pedía que estudiara, nunca sintió presión por el fútbol», incide. Este viernes podrá reivindicarse en la que fue su casa.
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