Agradecimiento al granadinismo más leal
El club reconoce con insignias de oro y plata a los abonados que cumplen 50 y 25 años de antigüedad tras el equipo de sus amores
Acumulan tantas temporadas tras el Granada que ya son incapaces de recordar sus primeros partidos viendo al equipo desde la grada, pero sus inquebrantables lealtades son las que mantuvieron en pie el escudo de la bala durante sus peores años. Muchas alegrías y penas después, ahí siguen. De ahí que el club quisiera reconocerles este miércoles con la entrega de insignias de oro y plata a aquellos abonados que este 2023 cumplieron 50 y 25 años de antigüedad. Fueron agasajados en el restaurante Ruta del Veleta por el director general, Alfredo García Amado, y el director de comunicación y área social, Antonio Viola, con la asistencia además de Paco López, los capitanes Víctor Díaz, Antonio Puertas y Carlos Neva y Jorge Molina, ahora en el cuerpo técnico del primer equipo.
Recibieron la insignia de oro Antonio Calvo Bravo, Miguel Gallardo Fernández y Antonio López Jiménez, aunque este último no pudo asistir al acto. Antonio, de 81 años, fue panadero en el Campo del Príncipe hasta hacerse encofrador tras casarse. Esta profesión le permite a día de hoy presumir de haberse desempeñado en el Nuevo Los Cármenes: «Fui de los primeros en entrar y trabajé allí hasta el último día. Conozco cada detalle del campo». Sin embargo, su primer recuerdo le traslada a Jaén, «a un partido que el equipo tuvo que jugar allí por castigo contra el Huelva». Ya en Granada, del viejo estadio recuerda un encuentro contra la UD Las Palmas «en el que llovió mucho» y también ver a Cruyff con el Barça «en otro día en el que también llovió bastante», intacto en su memoria cómo Ñito se tiraba al barro.
«Me gusta mucho el Granada, pero me pongo hasta malo cuando lo veo», admite Antonio. «Cuando pierde, vuelvo a casa con malas ideas y hablo malamente. No hace falta ni que lo explique a mi familia; ya saben que es porque ha perdido», señala. Desde hace 34 años también le acompaña en la grada su esposa, Mari Carmen Martínez Jiménez, algo que lleva «muy mal»: «Soy muy nervioso y, aunque los vecinos de asiento se ríen mucho conmigo, no le gusta que les dé voces a los árbitros». De todos los futbolistas que ha visto como abonado del Granada se queda con Odion Ighalo. «Era muy bueno», refleja. «A ese me lo hubiese llevado yo a mi casa», añade ella.
Miguel, por su parte, no sabía qué era el fútbol cuando con diez años se mudó a Granada desde su pueblo, Castilléjar, para vivir con sus abuelos mientras cursaba sus estudios. Sin embargo, pronto le cautivó el gentío en torno al viejo Los Cármenes. «Me iba a la calle de la cárcel y esperaba a que los mayores me colasen entre ellos. Mi mayor ilusión era entrar al campo», confiesa ahora, a sus 78 años. «Luego fui sacando mis propias entradas, haciendo las colas en la calle Sarabia, hasta que en los setenta me saqué el carné después de vivir en Almería y Jaén. Aunque más tarde me tocó irme a Málaga y volver a Jaén, ya nunca dejé de ser abonado», subraya este granadinista que regentó una papelería y trabajó para la editorial Santillana. «Mis amigos me preguntaban siempre cuándo había fútbol para fijar cada acontecimiento, pero aun así me he perdido bautizos y comuniones», reconoce.
«Ha sido difícil seguir como abonado 50 años, porque tengo muchos hijos y una gran familia, y acarreaba sus problemas... pero lo entendieron; y si no lo entendieron, se aguantaron. Tengo dos hijos que van al fútbol, cinco nietos que van al fútbol, dos hermanos que van al fútbol, tres o cuatro sobrinos que van al fútbol... ¡y eso que a nadie le gustaba el fútbol antes que a mí en la familia!», se congratula Miguel, también acompañado por su esposa, Cochi, quien también es ahora una forofa granadinista tanto en Los Cármenes como en los desplazamientos pese a no gustarle el fútbol al conocerle. «Se hizo mi pasión y la sigo manteniendo. De hecho, le tengo dicho a mi familia que si por edad tuviese que dejar de ir al estadio, quiero seguir teniendo mi carné mientras viva aunque no vaya», remarca. «No soy de los que se altera, porque soy relativamente tranquilo en el campo, pero sufro bastante por dentro», admite.
Entre los recuerdos más intensos que revive Miguel se encuentran los ascensos y los descensos, «que se llevan la palma casi siempre», pero no cree que haya granadino que no recuerde el 25J del 'Murcianazo'. «Yo es que disfruto yendo al fútbol, me lo paso bien. Esa es la satisfacción, aunque unos días salgas más contento y otros más disgustado, porque unos años se tienen mejores equipos que en otros», explica. «Parece mentira, pero por el Granada han pasado jugadores buenísimos. Tanto que se criticó luego a los sudamericanos, yo me acuerdo mucho de Montero Castillo; era un pedazo de jugador», sostiene antes de enumerar también a Vicente, Carranza o Candi entre sus futbolistas más admirados.
El Granada también quiso homenajear a Manuel Barroso Carreras, aficionado ilustre fallecido la semana pasada con 61 años de antigüedad como el sexto que más hasta entonces, entre otros abonados que dejaron la familia granadinista en estos últimos meses y por quienes se rezó un padrenuestro. La hija de Manuel, Inmaculada, quiso mostrar su «agradecimiento de corazón al club por tantísimo cariño». «La relación de mi padre con el club durante su vida se sustentó en la honradez, la lealtad, el compromiso y el respeto. Jamás le oí una crítica. En mi casa nunca sentimos que el resultado fuese un problema; directamente, no importaban. Él amaba Granada y su club por encima de cualquier resultado, y lo demostró durante toda su vida», apunta.
Como anécdota, Inmaculada ilustra que su padre solía verse solo en la grada en muchos partidos del equipo durante sus peores años: «Como era tan conocido por sus negocios en la hostelería, a veces le hacían intervenir durante las retransmisiones de radio incluso». «Me comprometo como hija a seguir su legado granadinista amando este club como nos ha enseñado, como hace profundamente mi hijo porque él le llevó al campo con un año. Este tipo de actos y acciones reconfortan el alma», subraya.
Por parte de la entidad, Alfredo García Amado recalcó que tanto él como el resto de integrantes de la entidad tienen «muy claro» que representan «a una entidad histórica». «Hay que tener muchísimo cuidado, educación y respeto cuando se gestionan sentimientos porque el Granada es vuestro. Vuestro amor a los colores no tiene precio y solo podemos daros las gracias. Estamos orgullosos de representaros», manifestó el director general, que agradeció la compañía de Paco López y los capitanes porque «en tiempos complicados es más difícil dar la cara».
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