La vuelta al Materno Infantil de Pecas, un can contra el cáncer
El centro sanitario de Granada retoma la exitosa e innovadora terapia canina en oncología pediátrica con un protocolo adaptadoal coronavirus
Pecas es blanco y tiene seis años. Rufino es negro y suma dos añitos. Son perros mestizos, recogidos como quien dice de la calle, que han acabado en el hospital Materno Infantil para sembrar pasillos, habitaciones y corazones de amor y risas, de alegría y esperanza a base de ladridos, paseos y carantoñas.
Hay más protagonistas. Mariola Cruz, junto a Nicolás Montes, forman Hachiko Educación Canina. Se emplean a fondo junto a la Asociación contra el Cáncer en alegrar la vida de los niños que luchan contra este enfermedad en el hospital Materno Infantil de Granada.
Cuidadores y canes, todos juntos, realizaron ayer su particular 'vuelta al cole'. En este caso, al Materno, que retoma de esta forma la actividad de la unidad de terapia canina integrada por perros adiestrados que realizan sesiones de rehabilitación a niños enfermos de cáncer.
La iniciativa se puso en marcha a principios del año pasado y se tuvo que suspender por la pandemia y las restricciones consecuentes del acceso a los centros hospitalarios para evitar la transmisión del coronavirus.
Faltaba Garbanzo, la hembra que siempre viene con Pecas. Es una cuestión de protocolo. El que se ha desarrollado para permitir su vuelta una vez a la semana. Con toda la higiene y todas las medidas de seguridad. En el día de ayer fue Pecas el que reinauguró el servicio y entró en las dependencias sanitarias. Una vez en el interior, este can contra el cáncer, se centró en los servicios de fisioterapia de oncopediatría. Su objetivo es ayudar a los niños en su proceso de rehabilitación.
Para poner en marcha esta iniciativa, la unidad de medicina preventiva y salud pública ha aplicado todos los protocolos nacionales e internacionales. Pecas cuenta con su certificado de vacunas y seguro de responsabilidad civil, además de todas las analíticas pertinentes para asegurar que está en perfecto estado de salud. Los monitores, Nicolás Montes y Mariola Cruz, se han realizado pruebas PCR y de serología que serán renovadas cada mes y han sido vacunados contra la gripe como medida preventiva para evitar contagios a los pequeños.
Respecto a la operativa del protocolo, nada más entrar hay una sala exclusiva para ellos, perros y cuidadores. Se cambian de ropa y se sigue un recorrido cerrado. El perro se prepara en la habitación. «Se le aplica un cepillado, un repaso con toallitas sin alcohol para el cuidado de su piel, un espray bucal y un gel especial para ellos como el nuestro hidroalcohólico, que lo limpia de bacterias», explican.
Higiene completa
El perro de por sí no es portador del virus, pero con todo este proceso ya queda completamente desinfectado. «Entonces se le coloca su peto identificativo y se reúne con los pacientes». En el caso de ayer, en este nuevo estreno Pecas se vio las caras con un solo niño de oncología pediátrica del Materno.
Este estricto protocolo de seguridad e higiene está validado por el servicio de medicina preventiva del hospital granadino, para garantizar que no se produzcan contagios.
En la puerta del Materno, para recibir a Pecas y compañía, se encontraban apostadas las componentes de la unidad con Aida Galindo, la jefa del bloque de cuidados pediátricos del hospital Materno-Infantil, en cabeza. «Para nosotras la vuelta de la terapia canina para los niños es el comienzo de la vuelta a la normalidad. Todas las actividades lúdicas se habían suspendido. Pero ya podemos comenzar con este refuerzo de la fisioterapia». Unos perros que son medicina pura.
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