Una mirada diferente a las Perseidas y su historia: ¿por qué se llaman así?

Como todos los veranos llegan las noches más mágicas de agosto. Las Perseidas dan movimiento al cielo estrellado en estas fechas, nadie se queda sin mirar el inmenso universo encima de nuestro pequeño planeta que una red de luces viste la gruesa oscuridad, una sombra que se enciende de especial forma en noches de verano. Os contamos el origen del nombre de este fenómeno

Arcisio, al conocer la existencia de su recién nacido nieto, sin hacer mucho caso a la historia de la lluvia dorada, siguió con su plan para evitar que la profecía llegara a cumplirse y que el nieto, ya real, suplantara su posición en la realeza. Así, decide volver a encerrar a Dánae y su hijo Perseo en una caja para luego arrojarlos al extenso mar con la intención de matarlos.

Pero su destino no era acabar en el inframundo. La caja en la que se encontraban surcando las aguas del mediterraneo atracó en la isla de Sérifos, donde Dictis, un pescador, los acogió. Perseo creció lo suficiente como para ser una verdadera amenaza para su abuelo, Arciso volvió a tomar a su hija Dánae, le propone a su nieto que derrote a la temida Medusa si quiere salvar a su madre, con la intención de acabar con el de una vez por todas, pero Perseo consigue alzarse como vencedor del duelo, volviendo con la cabeza de aquella Gorgona Como premio. Perseo logra ser considerado como un gran héroe y Zeus llega a convertirlo en constelación, cada verano lanza una lluvia de destellos dorados para recordar la forma en la que fue engendrado. De esta manera la lluvia de estrellas recibe el característico nombre del semidiós.

Pero la lluvia de estrellas más característica de las noches de agosto lleva en su imaginario otra historia que le da nombre al suceso astronómico. Dentro de la tradición cristiana se cuenta la trágica historia de San Lorenzo mártir, una noche un 10 de agosto en el año 258 d.c. Los romanos lo captan y optan por una muerte lenta y dolorosa para su fin, San Lorenzo fué quemado vivo en una hoguera en Roma y según la leyenda mientras era achicharrado añadió «Dadme la vuelta, que por este lado ya estoy hecho».

Por este motivo se cuenta que sus lágrimas caen desde el cielo como «las estrellas» en las noches posteriores a su muerte.

La realidad detrás de tales leyendas es que las Perseidas, Lágrimas de San Lorenzo o simplemente lluvia de estrellas fugaces, es un suceso astronómico que se repite todos los años durante finales de julio y parte de agosto llegando a finales del mes, siendo su momento de mayor actividad a mediados de agosto, para este verano se prevé que el pico de mayor intensidad se produzca entre la noche del sábado y la del domingo, 12 y 13 de agosto.

Pero de qué modo se produce este fenómeno, el cometa 109P/Swift-Tuttle es el provocante, la órbita de este asteroide pasa de cerca por la órbita propia de la tierra momento en el que se encuentra cercano al sol lo que lleva a este a un “deshielo” del cuerpo dejando trás él un rastro de meteoroides, cúmulos de partículas de polvo y gases que forman un destello cuando entran en contacto con la atmósfera de la Tierra.

El suceso da comienzo el 17 de julio, los días de mayor intensidad se dan el 11, 12 y 13 de agosto siendo la madrugada del 13 el momento de mayor intensidad y finaliza el 24 de este mes.

Pero su destino no era acabar en el inframundo, la caja en la que se encontraban surcando las aguas del mediterraneo atracó en la isla de Sérifos, donde Dictis, un pescador, los acogió a los dos. Perseo creció lo suficiente como para ser una verdadera amenaza para su abuelo, Arciso volvió a tomar a su hija Dánae, le propone a su nieto que derrote a la temida Medusa si quiere salvar a su madre, con la intención de acabar con el de una vez por todas, pero Perseo consigue alzarse como vencedor del duelo, volviendo con la cabeza de aquella Gorgona Como premio. Perseo logra ser considerado como un gran héroe y Zeus llega a convertirlo en constelación. Cada verano lanza una lluvia de destellos dorados para recordar la forma en la que fue engendrado. De esta manera, la lluvia de estrellas recibe el característico nombre del semidiós.

Pero la lluvia de estrellas más característica de las noches de agosto lleva en su imaginario otra historia que le da nombre al suceso astronómico. Dentro de la tradición cristiana se cuenta la trágica historia de San Lorenzo mártir, una noche un 10 de agosto en el año 258 d.c. Los romanos lo captan y optan por una muerte lenta y dolorosa para su fin. San Lorenzo fue quemado vivo en una hoguera en Roma y, según la leyenda, mientras era achicharrado añadió «Dadme la vuelta, que por este lado ya estoy hecho».

Por este motivo se cuenta que sus lágrimas caen desde el cielo como «las estrellas» en las noches posteriores a su muerte.

La realidad detrás de tales leyendas es que las Perseidas, Lágrimas de San Lorenzo o simplemente lluvia de estrellas fugaces, es un suceso astronómico que se repite todos los años durante finales de julio y parte de agosto llegando a finales del mes. Su momento de mayor actividad es a mediados de agosto y para este verano se prevé que el pico de mayor intensidad hayan sido la noche del sábado y la del domingo, 12 y 13 de agosto.

Pero de qué modo se produce este fenómeno: el cometa 109P/Swift-Tuttle es el provocante, la órbita de este asteroide pasa de cerca por la órbita propia de la Tierra, momento en el que se encuentra cercano al sol lo que lleva a este a un “deshielo” del cuerpo dejando tras él un rastro de meteoroides, cúmulos de partículas de polvo y gases que forman un destello cuando entran en contacto con la atmósfera de la Tierra.

El suceso da comienzo el 17 de julio, los días de mayor intensidad se dan el 11, 12 y 13 de agosto siendo la madrugada del 13 el momento de mayor intensidad y finaliza el 24 de este mes.

Como todos los veranos llegan las noches más mágicas de agosto, las Perseidas dan movimiento al cielo estrellado en estas fechas, nadie se queda sin mirar el inmenso universo encima de nuestro pequeño planeta que una red de luces viste la gruesa oscuridad, una sombra que se enciende de especial forma en noches de verano.

Las Perseidas se denominan de esta forma a raíz de uno de los semidioses más conocidos de la mitología Griega, Perseo, era uno de los muchos hijos de Zeus, siendo su madre la ninfa Dánae, según cuenta el mito Dánae permanecía encerrada en una torre de bronce, por orden de su propio padre, Acrisio, el rey de Argos. Tras las visita al oráculo este le advirtió sobre su futura muerte a manos de su nieto que en aquel momento aún no tenía, y luego se haría con la corona. Acrisio no contaba con que el mismísimo dios Zeus andaba tras Dánae, este se metamorfoseó en gases como si de una nube se tratara, entrando en el calabozo donde se encontraba a la ninfa recluida, para mágicamente formarse una brillante lluvia de oro que yació sobre su cuerpo sin forma de evitar el peculiar suceso meteorológico. Nueve meses más tarde nace Perseo.

Arcisio al conocer la existencia de su recién nacido nieto, sin hacer mucho caso a la historia de la lluvia dorada, siguió con su plan para evitar que la profecía llegará a cumplirse y que el nieto ya real, suplantara su posición en la realeza. Por lo que decide volver a encerrar a Dánae y su hijo Perseo en una caja para luego arrojarlos al extenso mar con la intención de producirles la muerte.

Pero su destino no era acabar en el inframundo, la caja en la que se encontraban surcando las aguas del mediterraneo atracó en la isla de Sérifos, donde Dictis, un pescador, los acogió a los dos. Perseo creció lo suficiente como para ser una verdadera amenaza para su abuelo, Arciso volvió a tomar a su hija Dánae, le propone a su nieto que derrote a la temida Medusa si quiere salvar a su madre, con la intención de acabar con el de una vez por todas, pero Perseo consigue alzarse como vencedor del duelo, volviendo con la cabeza de aquella Gorgona Como premio. Perseo logra ser considerado como un gran héroe y Zeus llega a convertirlo en constelación, cada verano lanza una lluvia de destellos dorados para recordar la forma en la que fue engendrado. De esta manera la lluvia de estrellas recibe el característico nombre del semidiós.

Pero la lluvia de estrellas más característica de las noches de agosto lleva en su imaginario otra historia que le da nombre al suceso astronómico. Dentro de la tradición cristiana se cuenta la trágica historia de San Lorenzo mártir, una noche un 10 de agosto en el año 258 d.c. Los romanos lo captan y optan por una muerte lenta y dolorosa para su fin, San Lorenzo fué quemado vivo en una hoguera en Roma y según la leyenda mientras era achicharrado añadió «Dadme la vuelta, que por este lado ya estoy hecho».

Por este motivo se cuenta que sus lágrimas caen desde el cielo como «las estrellas» en las noches posteriores a su muerte.

La realidad detrás de tales leyendas es que las Perseidas, Lágrimas de San Lorenzo o simplemente lluvia de estrellas fugaces, es un suceso astronómico que se repite todos los años durante finales de julio y parte de agosto llegando a finales del mes, siendo su momento de mayor actividad a mediados de agosto, para este verano se prevé que el pico de mayor intensidad se produzca entre la noche del sábado y la del domingo, 12 y 13 de agosto.

Pero de qué modo se produce este fenómeno, el cometa 109P/Swift-Tuttle es el provocante, la órbita de este asteroide pasa de cerca por la órbita propia de la tierra momento en el que se encuentra cercano al sol lo que lleva a este a un “deshielo” del cuerpo dejando trás él un rastro de meteoroides, cúmulos de partículas de polvo y gases que forman un destello cuando entran en contacto con la atmósfera de la Tierra.

El suceso da comienzo el 17 de julio, los días de mayor intensidad se dan el 11, 12 y 13 de agosto siendo la madrugada del 13 el momento de mayor intensidad y finaliza el 24 de este mes.