Los valientes de Trevélez que buscaron vida en el avión estrellado en Sierra Nevada
El 2 de octubre de 1964 un avión francés se estrelló en los Tajos del Goterón. Murieron sus 80 ocupantes. Un grupo de vecinos del municipio granadino guiaron la búsqueda de supervivientes
Coraje y esperanza. Quizás fue eso lo que empujó a Fermín González hasta los tajos del Goterón. No era la primera vez que tiraba de su valor para sobrevivir en la Sierra. Conocía bien sus riscos, sus pendientes y sus picos. Había buscado en ella cobijo cuando Franco ganó la guerra y él, comunista convencido, se convirtió en el enemigo. En un pueblo tan pequeño como Trevélez todos sabían de sus ideas republicanas. Pero también que era un hombre bueno y que no dudaba en ayudar a los demás. Por eso, aquella mañana del 3 de octubre, formó parte, junto con otros vecinos del pueblo y varios agentes de la Guardia Civil, en la expedición en busca de supervivientes del avión francés que se había estrellado en la Sierra.
«Recuerdo que le dijeron a los agentes que buscasen a mi abuelo, que conocía el terreno muy bien», explica Sonia, nieta de Fermín, que repasa junto a su madre, Fermina, detalles de aquel día. Fermina tenía diecisiete años entonces y hoy cuenta con una memoria prodigiosa. «Mi abuelo mismo estaba en un cortijo enfrente de donde cayó el avión; oyeron la explosión, pero la guerra estaba reciente y tuvieron miedo. No dijeron nada».
«Nos tenemos que remitir a lo que dicen los informes de lo que ocurrió en aquel vuelo», explica Míchel Lozares autor del libro 'Los aviones de Sierra Nevada'. «El piloto volaba en vuelo instrumental, guiado por radiobalizas. Hacía buena noche, despejada. Hacía viento, pero tampoco era una situación alarmante», explica.

El accidente
El vuelo partió de París hacia de Port- Étienne (ahora Nouadhibou, Mauritania). Hizo escala en Marsella y en Palma de Mallorca. El trayecto transcurrió sin incidentes.
1
París
Marsella
Palma de Mallorca
Tánger
2
El avión despegó del aeropuerto de Palma de Mallorca a las 04:14 horas.
Port-Étienne
(ahora Nouadhibou, Mauritania)
3
Mientras se dirigía a Tánger el vuelo se desvió de la ruta prevista.
Alcazaba
Puntal de Goterón
El aparato se estrelló en el Goterón, al volar a una menor altura, 90 minutos después del despegue, sobre las 5.30 horas.
El impacto fue muy fuerta y el avión se desintegró casi por completo
4
Lomas de la Alcazaba
FOTO: FERNANDO WILHELMI
El avión
DC6B
Imagen del avión
Fabricante: Douglas Aircraft
Motores:
4 × Pratt & Whitney R-2800 -CB-17
Peso:
25.110 kg
Velocidad de crucero: 507 km/h
Techo de servicio : 25.000 pies (7.600 m)
Rango :
4.830 kilometros
Envergadura 35,81m
Longitud 32,18 m
Altura
8.66 m
Ocupantes
7
tripulantes
73
pasajeros
CARLOS J. VALDEMOROS

El accidente
1
El vuelo partió de París hacia de Port- Étienne (ahora Nouadhibou, Mauritania). Hizo escala en Marsella y en Palma de Mallorca. El trayecto transcurrió sin incidentes.
París
Marsella
Palma de Mallorca
Tánger
2
El avión despegó del aeropuerto de Palma de Mallorca a las 04:14 horas.
Port-Étienne
(ahora Nouadhibou, Mauritania)
3
Mientras se dirigía a Tánger el vuelo se desvió de la ruta prevista.
Alcazaba
Puntal de Goterón
4
El aparato se estrelló en el Goterón, al volar a una menor altura, 90 minutos después del despegue, sobre las 5.30 horas.
El impacto fue muy fuerta y el avión se desintegró casi por completo
Lomas de la Alcazaba
FOTO: FERNANDO WILHELMI
El avión
DC6B
Imagen del avión
Fabricante: Douglas Aircraft
Motores:
4 × Pratt & Whitney R-2800 -CB-17
Peso:
25.110 kg
Velocidad de crucero: 507 km/h
Techo de servicio : 25.000 pies (7.600 m)
Rango :
4.830 kilometros
Envergadura 35,81m
Longitud 32,18 m
Altura
8.66 m
Ocupantes
7
tripulantes
73
pasajeros
CARLOS J. VALDEMOROS

El accidente
París
El vuelo partió de París hacia de Port- Étienne (ahora Nouadhibou, Mauritania). Hizo escala en Marsella y en Palma de Mallorca. El trayecto transcurrió sin incidentes.
1
Marsella
Palma de Mallorca
Tánger
2
El avión despegó del aeropuerto de Palma de Mallorca a las 04:14 horas.
Port-Étienne
(ahora Nouadhibou, Mauritania)
3
Mientras se dirigía a Tánger el vuelo se desvió de la ruta prevista.
Alcazaba
Puntal de Goterón
4
El aparato se estrelló en el Goterón, al volar a una menor altura, 90 minutos después del despegue, sobre las 5.30 horas.
El impacto fue muy fuerta y el avión se desintegró casi por completo
Lomas de la Alcazaba
FOTO: FERNANDO WILHELMI
El avión
DC6B
Imagen del avión
Fabricante: Douglas Aircraft
Envergadura 35,81m
Motores:
4 × Pratt & Whitney R-2800 -CB-17
Peso:
25.110 kg
Velocidad de crucero: 507 km/h
Longitud 32,18 m
Techo de servicio : 25.000 pies (7.600 m)
Altura
8.66 m
Rango :
4.830 kilometros
Ocupantes
7
73
tripulantes
pasajeros
CARLOS J. VALDEMOROS

El accidente
París
El vuelo partió de París hacia de Port- Étienne (ahora Nouadhibou, Mauritania). Hizo escala en Marsella y en Palma de Mallorca. El trayecto transcurrió sin incidentes.
1
Marsella
Palma de Mallorca
Tánger
2
El avión despegó del aeropuerto de Palma de Mallorca a las 04:14 horas.
Port-Étienne
(ahora Nouadhibou, Mauritania)
3
Mientras se dirigía a Tánger el vuelo se desvió de la ruta prevista.
Alcazaba
Puntal de Goterón
Puntas de Vacares
4
El aparato se estrelló en el Goterón, al volar a una menor altura, 90 minutos después del despegue, sobre las 5.30 horas.
El impacto fue muy fuerta y el avión se desintegró casi por completo
Lomas de la Alcazaba
FOTO: FERNANDO WILHELMI
El avión
DC6B
Envergadura 35,81m
Fabricante: Douglas Aircraft
Motores:
4 × Pratt & Whitney R-2800 -CB-17
Peso:
25.110 kg
Velocidad de crucero: 507 km/h
Longitud 32,18 m
Imagen del avión
Techo de servicio : 25.000 pies (7.600 m)
Altura
8.66 m
Rango :
4.830 kilometros
Ocupantes
7
73
tripulantes
pasajeros
CARLOS J. VALDEMOROS
El avión, que cubría el trayecto de París a Nouakchott, en Mauritania, con escalas en Marsella y Palma, despegó del aeropuerto balear sobre las tres de la madrugada, pasó el radiofaro de Ibiza y el último reporte que ofreció fue al cruzar la base aérea de San Javier, en Murcia. A las cinco menos cuarto los operadores de radar del Escuadrón de Vigilancia Aérea de Constantina perdieron la señal emitida por el avión. Sobrevolaba Sierra Nevada. «Cuando despegó, el servicio de vuelo de Palma le ofreció altura nivel de vuelo 140, eso es 14.000 pies», explica Lozares, «pero el piloto decidió, y Palma le dio permiso, bajar a 10.000 pies que son unos 3.050 metros». El pico de la Alcazaba está a 3.369 metros. El avión no había declarado ningún tipo de problema a bordo, pero por algún motivo se desvió y se estampó contra la Alcazaba. «El que lo conozca sabe que es una pared y el avión se desintegró totalmente», concluye Lozares.
Una comisión de investigación concluyó que fue «la deriva del viento lo llevó al desastre», explica Javier Garzón, que ha estudiado en profundidad este accidente. Este análisis le llevó a una tesis investigada por Jean Audibert, director de Miferma, empresa minera a la que pertenecían la mayoría de las víctimas, «descubrió que el radiofaro de Tánger estaba mal calibrado y ese factor pudo ser decisivo en el accidente», explica. «Los aviones se orientan por la nariz y por la cola -continúa-, al pasar por Alcázares de San Juan, el aparato contacta con el siguiente radiofaro que era el de Tánger, otro factor que, unido al viento, pudo provocar el accidente»
Los primeros en llegar
«Esas noticias siempre llegaban a través de la Guardia Civil», explica Rafael Hervías Garrido, que en el año 1964, cuando ocurrió el accidente, estaba recién incorporado en la Base Aérea de Armilla como sargento radiotelegrafista y controlador. «Llamaban a la Base porque el espacio aéreo era jurisdicción de nuestro sector». Hervías, que fue testigo directo de otro rescate, el del Globemaster que se estrelló en el Mulhacén en 1966, colaboró en el accidente del Goterón proporcionando mapas de la zona, que fueron fundamentales para coordinar el rescate y, más tarde, traduciendo los oficios que llegaban en francés.
«Lo que mi padre vivió fue tan fuerte que a mí, que tuve una relación muy estrecha con él, jamás me comentó nada», cuenta Rafael Jiménez, el hijo de Federico Jiménez Garrido, que era comandante de la Base Aérea de Armilla y que subió al lugar del accidente con los primeros equipos de rescate. Federico era nieto de Fermín Garrido, un médico muy conocido en Granada que llegó a ser alcalde de la capital. Había hecho la carrera militar en San Javier y había pilotado vuelos comerciales con Iberia antes de llegar a Armilla. Como autoridad militar, colaboró coordinando los trabajos de rescate. «Allí fue gente con mucho corazón y mucho coraje para recuperar los ochenta cuerpos», continúa Rafael. «No podía llegar ningún medio mecánico, ni un helicóptero. Lo hicieron con sus propias manos en un entorno inhóspito. Hicieron lo que pudieron». resume.
Un grupo de guardia civiles y de voluntarios de los puestos más próximos a la Sierra salieron con la misión de buscar el avión. Entre ellos se encontraba el alcalde de Trevélez, José Espinosa, y el vecino Fermín González, del que ya hemos hablado. El grupo se dividió por parejas. A González lo acompañó el agente Antonio Esteban Juárez. Habían caminado toda la noche por el terreno abrupto de lajas y peñascales de las altas cumbres. Sobre las siete de la mañana, cuenta la crónica de IDEAL firmada por Enrique Valenzuela, Fermín volvió la cabeza sobre su marcha y descubrió una mancha oscura sobre el terreno y las rocas del Goterón, lo que le hizo volver sobre sus pasos. No muy lejos encontró un amasijo de hierros y trozos metálicos retorcidos, papeles escritos en francés a medio quemar, restos de equipaje y un sembrado tétrico de restos humanos, mutilados y quemados que se esparcían sobre las lajas y pedriscos. Ni el menor vestigio de vida animaba aquel dantesco escenario.
Manuel Aragón era el médico de Trevélez en los días en los que ocurrió la catástrofe y, por su condición de facultativo, fue también uno de los primeros en subir al lugar del accidente. Era de los pocos que tenían una cámara de fotos y tomó muchas imágenes que hoy son un valioso documento del trabajo de rescate. Su hijo Manuel aún las conserva pegadas en un viejo libro de medicina que su padre utilizó como improvisado álbum de fotos. En ellas se reconocen, entre otros vecinos, a Fermín, a José Espinosa, al propio Aragón y a varios agentes de la guardia civil que se esforzaban en recuperar los restos humanos y que metían en serones y cargaban en burros y caballos. Entre ellos, con capa y tricornio, estaba Antonio Bedia, el que más tarde sería conocido como 'sargento Colomera', temido en el Albaicín por su carácter un tanto despótico. Era subteniente de la Guardia Civil en la época del accidente.
Un mausoleo en Granada
Entre las víctimas había familias completas y varios niños que volvían con sus padres de sus vacaciones de verano en Francia. «Trajeron los cuerpos en lo alto de los mulos y venían agarrotados», recuerda Fermina González, que guarda en su memoria la llegada de los cadáveres al pueblo. «Los llevaron a una iglesia que habían quemado en la guerra. Y ahí los tuvieron». Fermina también guarda el recuerpo del olor a cal. Un año después, en agosto, la mujer del piloto viajó a Trevélez. Quería ver el lugar donde había muerto su marido y su padre la llevó al Goterón.
El dos de marzo de 1965, el Ministerio del Aire reconoció a aquellos hombres de rostros curtidos que subieron a la Sierra en busca de vida y que solo pudieron recuperar muerte. En el muro de la misma iglesia parroquial de Trevélez que sirvió como primer depósito de los fallecidos en el Goterón, se hicieron entrega de las medallas y diplomas que reconocían su valor y su generosidad.
Solo cinco cadáveres pudieron ser identificados. El resto descansan en un mausoleo en Granada, a los pies de la montaña que les arrebató la vida.
Homenaje a las víctimas en el 60 aniversario de la catástrofe
Estos días se encuentran de visita en Granada un grupo de familiares de las víctimas de aquel accidente. Han visitado Trevélez y hoy van a inaugurar una placa con el nombre de sus familiares instalada junto al panteón que los recuerda en el patio de Santiago del cementerio de San José. El cónsul honorario de Francia, Benjamín Pocheron, y la alcaldesa de Granada, Marifrán Carazo, depositarán una corona de flores en la tumba.
Los restos de los pasajeros fueron depositados en 27 ataúdes y se les dio sepultura en un panteón común el 6 de octubre de 1964. Un año después, y en presencia de un centenar de familiares de las víctimas, se inauguró el mausoleo, obra de Nicolás Prados López, que fue sufragado por UTA, la compañía propietaria del avión siniestrado.
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