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Sereim y unidad de Helicópteros han permitido que los rescates sean más rápidos y eficaces. PEPE MARÍN

La última esperanza de los perdidos

El Servicio de Montaña de la Guardia Civil, Sereim, cumple cincuenta años | Sólo en la última década han efectuado 717 salvamentos y han rescatado a 1.051 personas al límite de la supervivencia

Lunes, 5 de noviembre 2018, 01:46

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Encontrarse perdidos en la Sierra, atrapados en una pared de hielo mientras el frío congela las esperanzas de salir vivo de esa pesadilla; caerse desde un macizo para ir repasando minuto a minuto una vida sin saber si vienen, o no, a sacarte del infierno; o simplemente ser atrapados por una gélida tormenta sin ir preparados para afrontarla… Todo ello forma parte de los 717 rescates efectuados en los diez últimos años por la unidad de Montaña de la Guardia Civil de Granada que este 5 de noviembre cumple medio siglo de historia.

Mucho ha llovido ya desde la creación del primer grupo de Montaña del instituto armado de Granada que estuvo dirigido por el hoy capitán Antonio García Vega (entonces era cabo), quien sin apenas medios materiales y pocos efectivos, puso en funcionamiento en 1968 esta unidad. Los accidentes de avión en las altas cumbres montañosas de este país y la emergente afición montañera ocasionó que cada vez fuera más necesaria la creación de un grupo especializado de la Guardia Civil para encontrar a senderistas perdidos, montañeros accidentados o ayudar en las labores de rescate de los siniestros aeronáuticos en las altas cumbres, uno de los cuales ocurrió en Jérez del Marquesado, donde la Guardia Civil y los vecinos de la localidad lograron rescatar con vida a los 24 ocupantes del avión militar DC-9 que se estrelló a 2.500 metros de altitud.

La exposición del Sereim montada en el Parque de las Ciencias para celebrar esta efemérides muestra la medalla de agradecimiento concedida por la Embajada de Estados Unidos a la Guardia Civil de Granada por aquel rescate. También tuvo mucha culpa en la creación de estas unidades el ya fallecido expresidente de la Federación Española de Montañismo Félix Méndez, quien en 1965 puso encima de la mesa la necesidad de contar con este tipo de secciones de Montaña de la Benemérita. Aquel grupo de montaña creado en 1968 fue evolucionando hasta la creación en 1981 de los que hoy se conoce como Sereim. Por aquel entonces, Rubén Santos, actual jefe y teniente de la unidad, apenas era un adolescente que soñaba con ser como su vecino, un guardia civil perteneciente al grupo de Montaña. «Si yo volviera a nacer soñaría con pertenecer al Sereim.Resulta muy satisfactorio participar en los rescates y estar muchas veces al filo de lo imposible para salvar una vida», dice.

Una de esos rescates duros fue el efectuado en marzo de 2009 en Sierra Nevada, donde un montañero sufrió una caída por una pared de setenta metros y se abrió la cabeza. Tras ocho horas de rescate a temperaturas de menos doce grados para sacarlo con vida de aquel gélido agujero de hielo, tuvieron que empezar de cero otra vez para ir a por los tres compañeros del herido que se habían quedado colgados literalmente mientras escalaban. Fue un rescate de 18 horas, durante una tarde, una noche, una madrugada y parte de una mañana. Los guardias acabaron exhaustos, pero con la satisfacción de haber sacado de aquel atolladero a los montañeros.

Algo bien distinto fue otro servicio efectuado en 2004 en las Chorreras de la Mosca. Siete agentes del Sereim acudieron a rescatar a dos montañeros de origen vasco que sufrieron un accidente. Uno de ellos tenía varias fracturas y lesiones, por lo que tuvieron que cargar sus 90 kilos en una camilla y los trasladaron a hombros durante unas seis horas hasta el refugio del Postero Alto. Allí pasaron la noche con ellos, cuidándolos hasta que el helicóptero pudiera evacuarlo de la Sierra. «Supimos que eran etarras y a uno de ellos le dejamos una chaqueta nuestra para que se abrigara. Cuando se la puso, le dije que allí en su tierra no sería capaz de llevarla puesta y no contestó», explica Alberto, uno de los guardias participantes en aquel rescate. El director de cine Gonzalo Visedo hizo un cortometraje con esa historia en 2011 bajo el título 'Tchang', que se paseó por distintos festivales de cine.

'Paraca', apodo cariñoso de Antonio José García, es otro de los guardias del Sereim que en 2010 salió vivo de un rescate gracias a su profesionalidad, aunque ha quedado marcado con duras secuelas en sus manos. Se le helaron nueve dedos de la mano tras soportar temperaturas de quince grados bajo cero descendiendo a por un accidentado que estaba en la base de una pared de hielo a doscientos metros. Ocho años después, 'Paraca' sigue en la unidad pero con problemas en sus dedos por aquella congelación.

El equipo también cuenta con un perro de la raza Pastor Belga Mallinois, quien colabora en las labores de rescate de personas cuando enterradas bajo la nieve o la tierra tras ser víctimas de una avalancha. Carla es el nombre de este perro.

Tampoco hay que olvidar las misiones en el extranjero, como la efectuada en Nepal en 2015, cuando dos de los guardias del Sereim acudieron a colaborar en el rescate de personas que habían quedado sepultadas en un terremoto. Y detrás de estos rescates, de este sobreponerse a lo imposible, de estos cincuenta años de historia, hay más de mil personas que han logrado sobrevivir gracias al Sereim, a sus guardias. Y las muestras de agradecimiento les llegan desde todos sitios: unas monjas que estuvieron mándandoles medallas desde 1995 hasta 2008 después de que las salvaran, un docente granadino a quien ya han sacado de problemas en tres ocasiones, un grupo de padres con sus hijos perdidos y que vieron la luz cuando aparecieron en medio de la noche los guardias del Sereim... y, así, una lista interminable. Tampoco debe olvidarse la celeridad ganada en los rescates gracias a la colaboración de la Unidad de Helicópteros para sumarse a esa última esperanza de los perdidos en la montaña.

Exposición en el Parque de las Ciencias

La Guardia Civil inaugura una exposición sobre el Sereim de Granada en el Parque de las Ciencias este lunes a las cinco de la tarde. La muestra hace un recorrido a través de sus cincuenta años de historia a través de fotografías, utensilios de escalada, uniformes y condecoraciones recibidas. Una exposición para no perderse.

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