La tormenta Harley Davidson ruge en Granada
Más de 200 personas de toda España participan en el V HOG Rally Granada, carismático encuentro de moteros que ha pasado por la Alhambra y Sierra Nevada
Quedan quince minutos para las doce en punto. Hace nada llovía, así que el primer trueno provoca que media Granada sospeche del cielo. Una docena de paseantes, al final de Gran Vía, levantan las palmas de las manos para comprobar que no cae ni una gota de agua, así que retoman su camino con toda tranquilidad. Entonces llega el segundo trueno. Y el tercero. Y el cuarto, que más que un trueno, es un rugido coral y ensordecedor que se acerca como un ejército armado hasta los dientes. Ahora nadie mira al cielo, todos concentran su atención en la marea de chalecos negros y banderas al viento que recorre la carretera hacia los Jardines del Triunfo. «Harley Davidson», dice un niño con los ojos como platos. «¡Y son un montón!», responde su abuela.
Son medio centenar de Harley Davidson, las que quedan de las 125 motocicletas –más de 200 personas– que han venido de toda España para participar este fin de semana en el V HOG Rally Ciudad de Granada. Como Gabriel, desde Melilla: «¡Ha sido maravilloso! Nos han acogido muy bien, son unos anfitriones magníficos». O Estéfano, italiano que arrancó en Castellón: «Hay que volver a Granada, por supuesto». O Verónica y Mario, de Navarra, que, junto al grupo de Asturias, fueron los únicos a los que la lluvia de la mañana no les alteró lo más mínimo. «¡Estamos acostumbrados!». O Irene, Harry y Joan, de Málaga: «Hemos venido en las cinco ediciones, somos hermanos moteros. Y se superan cada vez», afirman. Y faltan los de Cantabria, Coruña, Barcelona, Denia, Sevilla, Cádiz...
La cabalgata motera entra en el Triunfo liderada por Carlos Valdés, director del grupo HOG (del inglés, propietarios Harley Granada), organizador de este evento bianual junto al concesionario Harley Davidson de Granada. «Esto es una familia», sonríe Valdés. A su lado, Jesús Porcel, secretario del grupo, iza orgulloso la bandera del HOG. El primer punto de encuentro fue la mismísima Alhambra, el viernes por la tarde. «El Patronato nos trató de maravilla. Llegamos con las motos al parking del monumento escoltados por la Policía Local y fue increíble. Los turistas se quedaban impresionados al vernos. Lo cierto es que somos un grupo muy llamativo», ríe Porcel.
El sábado no fue para menos: Sierra Nevada. «Fue una ruta preciosa. El Ayuntamiento de Monachil nos dejó la plaza de Pradollano para aparcar las motos y luego nos fuimos al Suspiro del Moro para comer juntos». El 'garaje' oficial de la cuadrilla ha sido el Hotel Abades Palace, en el Zaidín. «Allí seguimos comiendo y bebiendo, que es de lo que se trata esto», bromean. «En la cena les entregamos un detalle a todos los grupos de motos que han venido: una placa de metacrilato con el logotipo del V HOG Rally Granada».
Churros con chocolate
Y así llegamos al domingo por la mañana. El grupo se congregó frente al centro comercial Serrallo, en una explanada donde la organización había montado un desayuno. «Les hemos invitado a churros con chocolate», cuenta Porcel. Allí estuvieron hasta que la tormenta de las diez y media les obligó a buscar refugio bajo techo.
Pasadas las once, la lluvia se transformó en un suave calabobos hasta que desapareció por completo. Ahí fue cuando empezó la otra tormenta. Las Harleys arrancaron motores e iniciaron una ruta por el centro de la ciudad: Paseo Emperador Carlos V, Puente Romano, Acera del Darro, Reyes Católicos, Gran Vía, los ojos de un niño y su abuela que se salen de sus las órbitas al toparse con el enjambre de motos y, por fin, la Fuente del Triunfo. Tras aparcar sus vehículos dentro del parque, en una coreografía maravillosamente orquestada, Tere, una de las moteras granadinas, sube las escaleras y ondea la bandera. «¡Hemos llegado! ¡Lo conseguimos!», grita alegre.
Con la foto de familia, el grupo se despide entre abrazos. El rugido vuelve a tomar la calle. El viaje llega a su fin. Toca regresar a la rutina, a la otra vida. «Aunque esta, para nosotros, es la de verdad. Vida de moteros». La tormenta Harley Davidson volverá dentro de dos años.
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