«Mi sueño es dar un concierto en la plaza de Almanjáyar, donde jugaba de niña»
La cantante, en plena promoción de su disco '12 Diamantes Negros', coge aire en Armilla con su familia y amigos, donde siempre se siente en casa
Rosa López desayuna con su familia en la terraza del Kiosko Pablo, en el corazón de Armilla. «Este es nuestro 'meeting point', que siempre nos tratan con mucho cariño», dice la cantante granadina que acaba de publicar '12 Diamantes Negros', un disco que bebe de lo más hondo de su vida. Una de las canciones se titula 'Almanjáyar', dedicado al barrio en el que se crio. A su lado, la gente la saluda y le da besos sonoros en la mejilla. Los conductores bajan la ventanilla y gritan «¡Rosa, guapa!». Ella sonríe agradecida. «Qué bonito, volver a casa».
–Rosa de Granada, de Armilla y de Almanjáyar.
–Me llena de orgullo decir que soy de una barriada de Granada, pero poniendo en valor el crecimiento emocional y personal que tuve aquí, en Armilla. Desde entonces, nunca he dejado de cambiar sin dejar de ser la misma.
–¿Sigue transformándose?
–Me siento a gusto conmigo misma y eso es clave. Todavía me quedan muchas cosas por conseguir. Mi primer gran cambio, aunque sea superficial, fue hace 24 años con la banalidad de perder peso. Ese objetivo, conforme pasan los años, va siendo diferente. Yo quiero morirme estando fuerte, ágil, teniendo mucha salud. Lo de la barriga es lo de menos.
–¿Piensa en la muerte?
–Yo lo que quiero es cuando me muera, que si Dios quiere queda mucho, que todo me abroche. Eso lo dice mi madre: «Hija, no te preocupes, que al final todo abrocha», es decir, que las cosas se ponen en su sitio, que todo encaja.
–Buena filosofía.
–Mi padre decía otra: «Hija, la obra irá pidiendo material». Al final todo abrocha y la obra va pidiendo material, con eso tiro en un concierto o con mis animales.
–Le encantan los animales.
–Los amo, son familia. Tengo seis perros, todos rescatados, pero mi madre se ha quedado con Once.
–¿Once?
–Sí, Once es la sexta, se llama como la protagonista de 'Stranger Things' porque hace contigo lo que quiere (ríe).
–Seguro que su madre se apaña.
–¡Sí! (ríe) Mi madre y mi padre, en paz descanse, son increíbles, siempre han querido lo mejor para sus cuatro hijos, nos dieron lo mejor que tenían cuando vivíamos en un piso de protección oficial en el polígono de Almanjáyar. Hay una canción en el disco que se llama 'Almanjáyar' que habla de ella.
–¿Qué recuerda del barrio?
–Fui muy feliz en mi guardería de Almanjáyar, el Portal del Belén. Y en el Colegio Público de La Paz, en el María Zambrano, mis amigas Mercedes, Inma, Almudena, Manolillo... el kiosquillo de la Dori, que era donde echábamos las noches de calor y le pedía a mi padre cinco duros para chuches. Y la plaza, bueno, no era una plaza como tal, era un aparcamiento con coches rotos.
«El kiosquillo de la Dori, que era donde echábamos las noches de calor y le pedía a mi padre cinco duros para chuches»
–¿Y ya cantaba?
–Llevo cantando desde que tengo 13 años. Me iba con mi tío a cantar al restaurante La Aurora. Escuchaba mucha música en Radio Juventud y con Carlos Ramiro... Mi padre nos llevaba a conciertos, pero como no teníamos para comprar la entrada, íbamos con la furgoneta y nos quedábamos en la calle escuchando: Medina Azahara, Alejandro Sanz...
–¿Era uted una enamorada más de Alejandro Sanz?
–¡Sí! Tenía un póster en mi cuarto babeado de los besos (ríe).
–¿Cómo era de adolescente?
–Soñaba con tener un amor en mi vida. Quería tener un cuerpo del que sentirme orgullosa. Quería cantar.... Todo lo he conseguido, menos una cosa.
–¿Cuál?
–Mi sueño es dar un concierto en la plaza de Almanjáyar, donde jugaba de niña. Porque yo empiezo en la música queriendo ayudar al polígono, imaginando que era capaz de organizar un concierto que revolucionaba al barrio... ¿Te imaginas? Quiero hacerlo. Cuando entré en Operación Triunfo cambié mi currículum porque mi madre siempre nos decía que hasta que no nos conocieran no dijéramos de dónde veníamos ni nuestro apellido porque la gente señala muy rápido... Me arrepiento tanto... Tengo 44 años y quiero que al final me abroche, quiero morirme tranquila.
«Cuando entré en Operación Triunfo cambié mi currículum. Me arrepiento tanto...»
–Todo eso lo cuenta en su disco.
–'12 Diamantes Negros' son todos esos miedos e inseguridades. Cada canción es una carta, un grito, desde 'Almanjáyar', mi origen, hasta 'Lolita', sobre mi perra que falleció a los 16 años, o 'Fe', que es lo que me ha traído aquí.
–¿Fe?
–Son las dos iniciales de mi madre y mi padre, Francisca y Eduardo. También yo era muy religiosa y siempre he tenido a Fray Leopoldo de Alpandeire conmigo y a la Virgen Niña. Cuando estoy muy mal, me pongo a rezar. No voy a la iglesia porque hay cosas con las que no estoy de acuerdo. Yo hago lo que siento, como con la comida: solo como lo que me sienta bien.
–Lleva una vida muy sana.
–A mí el deporte, la alimentación y la lectura me han salvado de todos los malos hábitos. Yo no voy a perder peso para que me entre el vestido de la boda, ni siquiera pienso en perder peso. Hace años que no me peso.
–¿Se casa?
–(ríe) No, lo digo porque, bueno, pues oye, quién sabe. Yo ya estoy como casada.
–¿Qué es triunfar para usted?
–Para mí es que hasta que me muera me tengo que sorprender cada día con algo nuevo. Yo estoy muy orgullosa de mi historia. Soy artista independiente desde 2019, cuando salí de una multinacional y me encontré sola. El artista está en la ruina muchas veces...
«Estoy escribiendo el libro sobre mi vida, mi historia. Es algo que quiero compartir»
–¿Estuvo en la ruina?
–En la ruina emocional, en la ruina económica, en la ruina de amistad, en la ruina de familia porque constantemente estás en sitios diferentes. Eres como un taxi, con la luz verde puesta todo el día. Estoy escribiendo el libro sobre mi vida, mi historia. Es algo que quiero compartir... He estado mal económicamente muchas veces, porque las facturas no las paga el amor y podía haber tirado por la tangente, yo qué sé, haber ido a 'Gran Hermano' o lo que sea... Pero elegí cantar y estar bien. Siempre digo que ser feliz es un servicio a la sociedad. Si no eres feliz por ti, hazlo por los demás. Por eso ahora sigo cantando como artista independiente.
–¡Es usted una indie de Graná!
–¡Como los 091! Yo soy lo que la gente quiera mientras me lo digan con cariño. Pero no quiero cartelitos: ni la guapa, ni la fea, ni la gorda, ni la indie, ni la negra, ni la blanca... Quiero vivir y quiero ser feliz, que luego nos vamos al hoyo sin bolsillos.
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