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Los detectives del tiempo

El caso de Puerta Real

Desciframos las pistas que revelan la historia del corazón de Granada

Domingo, 18 de mayo 2025

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Los detectives del tiempo

Las historias de detectives tienen un melancólico sonido de jazz rasgado. Sueña Chet Baker en mis AirPods, 'I Fall in Love Too Easily' y, mientras camino entre sombras, siento que me he metido en una película en blanco y negro de las buenas. Porque, díganme, ¿hay algo más detectivesco que avanzar a tientas por la noche cerrada de un gran apagón?

La ciudad entera se sumió en una oscuridad, como si Granada se hubiera sumergido en una taza de expreso sin azúcar. Una negrura densa, íntima y perfecta para imaginar crímenes que nunca ocurrieron o quizás besos que nunca se dieron.

Dentro de las casas, iluminados apenas por la trémula luz de una vela, o de esa linterna que nadie recordaba tener en un cajón, se oían contar historias, con los niños quietos como estatuas, atrapados por el hechizo de un cuento. De pronto, a nadie le importó que el móvil estuviera muerto.

Pero a mí aquella noche sin luz me llevó justo al centro de la ciudad, donde las calles se cruzan como líneas del destino en la palma de una mano. Y allí, rodeada de silencio, reconocí en cada sombra revelada, una puerta al pasado.

Y aquí me tienen, lanzando otro caso al aire, buscando cómplices valientes. ¿Jugamos a ser detectives del tiempo?

Puerta Real fue, y sigue siendo, en el centro neurálgico de la ciudad de Granada. Junto al acceso a la calle Mesones, se encontraba siglos atrás la Puerta del Rastro que cruzaría el rey Felipe IV en su visita a la ciudad en 1624 y que dio el nombre de Real a esta zona.

Poco tiene que ver la Puerta Real que hoy conocemos con la que pisó el carruaje de 'El Grande'. Entonces el Darro aún corría libre atravesado a esta altura por el Puente de la Paja. Hasta aquí llegaba la muralla de Bibataubín, y comenzaba la mancebía de la Manigua, un barrio de pasiones ocultas y noches de paso. La Alhóndiga Zaida, la primera fundada por los cristianos tras la conquista, ocupaba el espacio donde más tarde se levantaría el mítico café Suizo.

Estas son las pistas de hoy

Edificio Costales

1991

El edificio del Café Colón guardaba en su primera planta unos billares famosos en toda la ciudad. Tras un incendio en los años treinta, la Compañía Adriática de Seguros tomó posesión del inmueble, y con ella llegó José Costales, que instaló allí su tienda. Esta fotografía se publicó cuando La General adquirió el edificio. Hoy su bajo acoge una tienda de ropa de domingo.

Reyes Católicos

1951. El reventón del Darro

El 12 de septiembre una ola subterránea y monstruosa, rompió el pavimento de Puerta Real con la furia de la naturaleza traicionada. Aguas negras, basura y hasta animales muertos emergieron a la superficie, atascando el cauce a la altura de la curva... justo donde hoy se alza un granado.

Edificio Olmedo

1950

La calle Ganivet era una recién llegada, trazada en 1940. El edificio de Correos era aún un deseo y Miguel Olmedo Collantes, con trazo firme, levantó en 1942 una obra maestra que encajaba con elegancia en la rotonda que se convertiría en el corazón de la ciudad. En la imagen, un guardia urbano dirige el tráfico desde su peana.

Edificio de Correos

1954

Cuatro años antes de su inauguración oficial, ya se alzaban los andamios del edificio de Correos. Hasta entonces, las cartas y telegramas se despachaban desde plantas alquiladas en una vivienda de la calle Reyes Católicos. En esta fotografía, publicada en noviembre del 54, la fachada en obras servía como escaparate para los carteles del cine Olimpia y el cine Granada, que ese viernes estrenaban 'La Túnica Sagrada'.

Acera del Casino y Acera del Darro

1941. Embovedado

Siete centímetros de nieve cubrían una ciudad en transformación. Las obras del embovedado del río Darro marcaban el inicio del fin de la Manigua. Se extirpaba la 'panza' de la bóveda que cubría el río, esa que impedía ver de la Acera del Casino a la del Darro. Granada estaba patas arriba, y …

…Puerta Real había cambiado para siempre.

El hotel Victoria

Principios del siglo XX

Donde un día se alzó la fonda de la Victoria, en 1901 emergió un coloso de la hospitalidad: el Gran Hotel Victoria, obra del arquitecto Juan Montserrat y Vergés. En los años ochenta, ostentaba tres estrellas y un café que latía con vida propia.

1988

Una orden judicial cerró sus puertas... pero no para siempre. La cadena NH vio su potencial y, tras una reforma, le devolvió el aliento.

El Suizo

1988

En la fachada del café Suizo, inaugurado un 10 de agosto de 1870, colgaban los carteles publicitarios como en un pequeño Piccadilly Circus. Fue bastión de tertulias literarias y faro de la bohemia granadina. Cuando los rumores de demolición comenzaron a sonar como pasos en un callejón oscuro, un grupo de ciudadanos se organizó para protegerlo. El edificio fue declarado 'monumento de interés local', pero eso no lo salvó de su destino. En 1999, donde una vez se leían poemas, se sirvieron hamburguesas: abrió el Burger King. Al menos, sigue ahí.

AUX STEP FOR JS

Cada uno de estos episodios, de los muros derribados a los cafés perdidos, de la arquitectura soñada al rugido inesperado del río, ha cincelado el alma de Puerta Real. No es solo un lugar; es un personaje con cicatrices, secretos y una memoria que ningún reventón podrá borrar.

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