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Postales desde el 'cole'
Sin conocerlos, los alumnos del colegio rural de Moraleda de Zafayona han dedicado versos y un vídeo personalizado a cada uno de los 65 mayores de la residencia María Auxiliadora de Churriana de la Vega
Noelia Jiménez García
Loja
Sábado, 5 de diciembre 2020, 00:42
«Hola, Valentina. Soy Hugo ¡y esta poesía es para ti!». Así comienza uno de los vídeos personalizados que los escolares del Colegio Rural Ruiz Carvajal de Moraleda de Zafayona han elaborado con todo el cariño y con la coordinación de Alicia Fernández, docente desde hace 14 años en este centro por auténtica pasión hacia la forma de enseñar en una escuela con pocos alumnos por aula. Desde allí, y con destino a Churriana, a 36 kilómetros, ya ha salido un gran paquete con decenas de postales, poemas personalizados y pequeños vídeos en los que los 150 alumnos de este centro han puesto mucho esfuerzo, creatividad e ilusión simplemente por solidaridad. Porque ni siquiera conocen a los destinatarios de sus versos y dibujos.
Hay muchas flores, como las de Álex para Mª Luisa, y dedicatorias a «la mejor abuela», como le dice José Antonio a Mª Teresa; aunque no sea la suya. Pero la constante es el amor y la empatía de unos niños que han querido con este proyecto atenuar esa difícil situación que viven las personas mayores que están en residencias, sin poder tener contacto con los suyos por culpa de la pandemia. «Me gustaría un montón poder vernos en persona y entregártela, y de paso poder ver la sonrisa tan bonita que tienes», le dice Candela a Trinidad.
«Se trata de inculcar valores de respeto, empatía y solidaridad en estos momentos de distanciamiento y soledad», comenta Alicia, que, junto al resto del equipo docente, trabaja desde hace tiempo en esta idea con los alumnos. Es un proyecto de la biblioteca y el plan de lectura en el que, al tiempo que se mejora la capacidad expresiva y las habilidades lingüísticas y comunicativas de los alumnos, se da una grandísima sorpresa a las 65 personas mayores que viven en la residencia María Auxiliadora de Churriana de la Vega.
Un 'regalazo' inesperado
Los alumnos se han puesto sin reparo delante de la cámara para ese vídeo personalizado que el equipo de la residencia está enseñando, también personalmente, a cada uno de los residentes. Niños como Sergio, con su preciosa poesía para Mercedes, han logrado «una expresión de diez», dice orgullosa su maestra, que ha trabajado con ellos la creatividad literaria y artística, habilidades de comunicación, autoestima, seguridad… Muchas enseñanzas ligadas a las más importantes: el amor y el respeto a los mayores.
Con esos poemas desde el 'cole' han querido estos escolares reconfortar a estos abuelos y abuelas que desde la pasada primavera no pueden abrazar a sus familiares ni recibir sus visitas por culpa de la pandemia. Alicia, la maestra de Primaria que ha organizado todo este proyecto, tiene a su madre en el centro y sabe bien qué situación están viviendo. «Es muy duro», insiste.
Por eso este 'regalazo' inesperado de unos niños que ni siquiera conocen «realmente les ha llenado de amor». «Ver cómo se acuerdan de ellos está siendo increíble. Todos esos besos y abrazos, que a día de hoy no pueden dar, de alguna manera los están recibiendo con esas cartas, con ese cariño», comenta Mª Ángeles Hermoso, directora de la residencia.
Allí, la entrega se está haciendo de manera individual. «A cada residente le entregamos su poema y le estamos haciendo un vídeo, porque es alucinante ver cómo les cambia la cara; queremos reflejar cómo ellos están viviendo esta sorpresa», explica Hermoso, que se enorgullece –y con razón– de que el centro esté libre de Covid.
Son poemas para quien más los merece, con sentimientos a flor de piel en ambos sentidos, y los alumnos se han concentrado en dar lo mejor de sí para ellos, como si fuesen de su familia. «Tener una abuela tan bella es como tener una estrella», le dice Gema a Ana Zafra.
«¡Pero si no lo conozco! ¿Cómo me ha escrito?», dicen admirados por tanto amor salido de estos pequeños poetas. Para los familiares y para los profesionales de la residencia, la iniciativa es «preciosa». «Es un gesto de cariño y de cercanía a un sector que está sufriendo tanto con esta pandemia. Está siendo beneficioso tanto para los mayores como para los trabajadores», afirma la directora.
«Nos da ánimo y fuerza en estos tiempos tan duros que nos ha tocado vivir», dicen. Porque, como ellos constatan, nuestros mayores son los primeros que están sufriendo la falta de cercanía con sus familiares. También hay un gran esfuerzo de los trabajadores, que llegan a hacer turnos de 72 horas. Y las familias tienen un papel muy difícil, aunque tengan contacto continuo con ellos por videoconferencia. Es el retrato que deja la pandemia en residencias como esta. Pero con las postales de los niños ya no es tan amargo.
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