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Juan Quesada Aguilar, alcalde de la localidad entre 1985 y 1995, ante el cartel del municipio. Ramón L. Pérez

Darro: Viaje al corazón granadino de la abstención

El municipio de la comarca accitana tuvo el mayor porcentaje de abstención de la provincia en las últimas elecciones andaluzas

Miércoles, 15 de junio 2022, 00:39

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Darro es un municipio de la comarca de Guadix a cincuenta minutos en coche de la capital granadina por la A-92. Su censo de 2021 señala que cuenta con 1.636 vecinos y es una localidad que sale cada dos por tres en los medios por el tema del desdoblamiento de la carretera A-308 entre Iznalloz y Darro. Que si autovía palante que si autovía patrás, la carretera sigue como estaba desde hace ya varias décadas. El último coletazo informativo es de enero de este mismo año, cuando la Junta de Andalucía informó que se ha licitado la redacción de los proyectos constructivos para ampliar la vía e idear una fórmula para facilitar los adelantamientos seguros a muchos camiones que transitan por esta carretera, que es la ruta de desvío recomendada para el tráfico pesado cuando se corta por nieve el tramo de la A-92 por el Puerto de la Mora. Es decir, que es el ante paso del paso previo del paso necesario para modernizar los 37 kilómetros de recorrido.

Darro, que es un municipio que vive de esta carretera, reconocen muchos de los clientes que se desayunan a las diez de la mañana en el bar restaurante El Paraíso, que como en cualquier vieja y buena película del Lejano Oeste, flanquea la entrada al municipio frente por frente con la 'competencia', el hostal restaurante Ecuador, atesora también problemas eternos como la despoblación, la huida de los jóvenes a la gran ciudad, la formación y el empleo de la mujer rural, la falta de industria y buenos empleos o la poca inversión en mejorar las infraestructuras.

Juan Quesada Aguilar, camino de los 82 años de edad, es de Darro de toda la vida. De joven migró a Alemania. «Viví de puta madre. Tenía hasta tres sueldos, porque tenía tres trabajos. Me hinchaba a trabajar». Volvió y se convirtió en alcalde de su pueblo. «Fue de 1985 a 1995. Me han puesto una placa ahí mismo. Espera, que voy a confirmar las fechas». Se levanta como un resorte y desaparece por las callejuelas. Vuelve por otro lado como si tuviera las llaves de todas las puertas secretas de Darro y confirma la fecha y que su memoria está pluscuamperfecta.

La última década

El caso es que Darro es el municipio de la provincia de Granada que en las últimas elecciones andaluzas más abstención cosechó, un 55,78%. Una barbaridad. La abstención se ha duplicado en Darro en la última década. Veamos. En las elecciones andaluzas de 2008 fue de 23,63%. En las de 2012 subió hasta un 35,57%. Tres años después, en 2015 llegó a un 38,42% para situarse en 2018 en el mencionado 55,78%.

Hay que preguntarse las razones. Ycomienzan con el análisis que Juan Quesada Aguilar realiza de la situación política. «El PSOEse tambalea. No hay alegría y tampoco hay buenos líderes». Solo habla, por educación, de su antiguo partido. No menciona los demás, salvo para señalar el cambio que ha ocurrido en lo que supone ser alcalde. «Amí me costó el dinero. No tenía paga y encima puse de mi bolsillo. Ahora, el alcalde cobra su paga. Yasí no se cambia nada».

Se acerca un conocido y media en la conversación. Prefiere no identificarse, «porque aquí todos sabemos a quiénes votamos. Si nos ponemos contentos porque gana uno o si nos enfadamos porque gana el otro», razona. Ahora, su análisis de la situación política en Darro explica bastantes situaciones. Por ejemplo, existe lo que denomina «el voto prisionero», hay muchas «viejas rencillas» entre los vecinos, y cuando llega la hora del recuento en las urnas «tiene que estar presente la Guardia Civil».

En Darro se junta la vieja España con la nueva, la del «españolito te guarde Dios una de las dos Españas ha de helarte el corazón»;con la España vaciada, los problemas de la mujer rural y el largo adiós de una juventud que no tiene a nadie que le escriba o le ofrezca la posibilidad de formarse para encontrar un buen empleo y quedarse en el pueblo. «Ningún político pasa por aquí para solucionar estos problemas». La conclusión es que la abstención gana por goleada.

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