Las primas virales por su forma de levantarse
Sí que se puede. Estrella y Lidia son dos granadinas que han revolucionado las redes sociales con su historia de superación. La parálisis cerebral no les frena
Estrella tiene 22 años y habla con los ojos. Literal. Dirige la pupila por la pantalla del comunicador enganchado a su silla y una voz de chica lee alto y claro lo que ella acaba de escribir. Con este ordenador, habla y con su prima Lidia, anda, corre, baila, come, coge cosas y escribe un libro. Ellas mismas lo definen como «ser una persona en dos cuerpos».
Estrella sufrió pérdida de oxígeno en el parto y tiene parálisis cerebral. Se llevan un par de años. Desde que Lidia tiene uso de razón, con sus andares de bebé mayor, con sus dos años, quería hacer lo que Estrella, que entonces tenía cuatro. Empeñada en cogerla desde el principio, en levantarla y levantarse juntas, algún adulto trampeaba la situación y agarraba a Estrella por detrás cuando eran niñas y Lidia se creía que podía con ella. «Cuando fui mayor descubrí esa estafa», ríe la prima chica, que tiene 19 años.
Desde niñas empezaron a comunicarse con la mirada, a inventarse un idioma y a hablarse letra a letra como ahora hace Lidia con el comunicador, y a plantearse la vida de la mano. Entonces empezaron a vivir la vida de dos primas, con gusto por lo cotidiano, con un halo de locura que sus padres, en principio, intentaban frenar y que lograron aceptarlo. «Llegó un momento en el que dijeron, vale, haced lo que queráis», cuenta Lidia y se ríen las dos.
Estrella se desplaza en una moderna silla de ruedas que acaba de estrenar. Hasta el móvil se maneja con el mando. Además, se eleva y así se quedan las primas a la misma altura para dar un paseo o hablar de sus cosas. Estrella estudia el grado superior de Administración y Finanzas en el instituto Zaidín-Vergeles, que está cerca de Aspace, donde sigue con la rehabilitación. «Recuerdo verla con la postura del indio intentando pegar las rodillas al suelo y sé que era complicado y que le dolía», explica Lidia, que asegura que Estrella ha trabajado desde pequeña por alcanzar metas de movilidad y del habla.
Lidia estudia Educación Social. Fue Estrella la que le hizo saber que tenía una sensibilidad especial para dedicarse a trabajar con gente con discapacidad y que su forma de ver las cosas les aportase una experiencia positiva, algo que no siempre se da, según cuenta la prima mayor.
Guardar sus recuerdos
Para guardar sus recuerdos, como no pegaban en los perfiles de cada una, Estrella Rivera Muñoz y Lidia Martínez Muñoz crearon una cuenta en Instagram (@estrellaylidia), que tiene 165.000 seguidores. También están en Tik Tok (189.500 seguidores), donde suben menos reflexiones y más bailes. Como pensaron que las redes desaparecerán y no quieren perder esas vivencias, estas primas de Las Gabias se lanzaron a escribir un libro, ya publicado, que se llama 'El poder de tenernos'. Porque ese, sin más y sin menos, es su súper poder (de ambas).
«Somos unas primas que queiren vivir la vida como el resto. Desde siempre hemos tenido una relación muy especial. Queremos mostrar que siempre hay que buscar la manera para hacer las cosas», expresa Estrella, que se refiere que nada les impide hacer las cosas típicas de su edad: bañarse en el mar, ir a conciertos, escalar por un columpio del parque o correr una carrera.
Se levantan. Con un doble sentido. De los golpes de la vida y de la silla. Lidia cuenta cómo se hicieron virales. Fue en octubre de 2023, en la carrera de Aspace, por el centro de Granada. Eran 5 kilómetros que hicieron las dos a pie y corriendo. «Justo antes de la salida dejamos a un lado la silla de Estrella, la cogí y fuimos corriendo las dos durante todo el recorrido. La familia se preocupó y Estrella se agobió. Yo le dije: confía en mí y pudimos cruzar la meta juntas», explica Lidia, que señala que no es la única vez que sus brazos han tenido que ser de acero. «Después acabé que no podía moverlos pero merece la pena», concluye.
Si van a un bar, tan normal
Aunque no siempre ha sido tan fácil. «Nos hemos ido dando cuenta de los límites pero siempre hemos optado por vivir la vida al margen de las circunstancias», explica Lidia. «Si vamos a un bar, pues tan normal, me siento a su lado, voy comiendo yo y le doy a ella». Lidia no es la cuidadora de Estrella, de hecho odian que las perciban así. La prima pequeña está con Estrella porque quiere, la levanta porque quiere y disfruta de los momentos junto a ella. Porque son las mejores amigas, como hermanas, porque se miran y se para el tiempo y les brillan los ojos, movidos por algo que no pueden explicar.
Lo que más disfrutan estas primas son los conciertos. «Solemos comprar las entradas reservadas para personas con movilidad reducida pero algunas veces nos topamos con sorpresas desagradables, como que hay que ver el concierto solo por una pantalla», expresan estas jóvenes granadinas que, aún así, no se paran porque para ellas, «todo se puede».
A uno de estos conciertos llegaron con la moral por los suelos pero vivieron una experiencia que, cuentan, les cambió el rumbo de los días. «Pudimos conocer a Malú y eso nos hizo coger impulso y volver a afrontar las cosas con fuerza». Ahora tienen un calendario amplio de conciertos de Malú a los que acudir y además, son muchas de sus canciones las que sirven de himno para seguir adelante.
Esta, la de Lidia y Estrella, es una historia de amor como otra cualquiera, que emociona en los vídeos y que genera comentarios de superación, de lucha, de cariño y de todas las cosas bonitas que desprende este vínculo desinteresado. Lidia se ha borrado de muchos planes por estar con Estrella, a su ritmo, y está encantada de haber optado siempre por llenar el tiempo de momentos juntas. Esas vivencias que tienen en redes, que tienen en su libro y grabadas en las pupilas, esas con las que Estrella (bueno, las dos) se comunican.
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