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Eduardo Carreras confiesa que se sintió «resignado» ante el cierre de fronteras. IDEAL

«No he podido ir de visita a Granada desde que cerraron Australia, hace 2 años»

Eduardo Carreras, granadino que reside en el país oceánico, sostiene que la reapertura de las fronteras «alivia mucho la situación» de los extranjeros que se encuentran allí

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Viernes, 11 de febrero 2022, 00:27

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Australia anunció este lunes la reapertura completa de sus fronteras el próximo día 21 de febrero, tras casi dos años de cierre internacional, y Eduardo Carreras (Granada, 1992) ya tenía este martes su billete de vuelta a casa. «Tengo ya el vuelo comprado para ir a visitar Granada a finales de abril. Voy a estar dos meses allí, todo mayo y todo junio, y luego ya me vuelvo para acá», detalla, ansioso por volver a pisar su tierra. Este granadino reside en dicho país oceánico desde octubre de 2018 y, debido a las restricciones que este implementó en cuanto a entradas y salidas de sus términos nacionales, no ha podido salir desde antes del comienzo de la alerta sanitaria global. «Cuando vaya, van a hacer dos años y medio sin visitar a la familia. Es muchísimo tiempo», exterioriza. Ahora, cuenta los días para volver a ver a sus seres queridos.

Carreras se trasladó al otro lado del mundo por trabajo. «Me fui porque mi empresa, de Granada, me envió», recuerda. Es el 'sales manager' de una empresa dedicada a la venta de recubrimiento de residuos y la protección medioambiental, un cargo similar al responsable de ventas y de desarrollo de negocio. «Estuve viviendo en Melbourne, durante los tres primeros años, hasta abril del año pasado. Entonces, me mudé a Gold Coast, que es una ciudad pequeñita, con casi 700.000 habitantes», precisa.

Fueron precisamente las restricciones aplicadas en la capital del estado de Victoria lo que le empujó a mudarse. «Uno de los motivos principales por los que me fui fue, precisamente, todo el tema de los 'lockdowns', las cuarentenas que ponían en las grandes ciudades. Creo que ha sido la ciudad con más días de cuarentena. Ha tenido dos toques de queda y todo», expone. Acabó «un poco hasta las narices» de tanto confinamiento, por lo que hizo las maletas y se fue a Gold Coast. «Necesitaba salir de todo eso», reconoce.

No podía ir allende los límites del país, cerrados desde el mismo inicio de la pandemia, en marzo de 2020. Solamente desde diciembre se viene dando un respiro tanto a los ciudadanos australianos como a los extranjeros que disponen de un visado particular y que cumplimentaran una serie de trámites previos. «Los australianos sí podían entrar y salir del país desde diciembre, con muchas restricciones, obviamente. Tienen que estar doblemente vacunados y cumplir una cuarentena de 14 días. Estaba complicado porque, además, los vuelos estaban carísimos», detalla.

La situación más compleja era la de «los extranjeros viviendo en el país o gente que quisiera mudarse a Australia, porque los visados Work and Holiday y los de estudiante, que son los más típicos para venir, estaban capados totalmente», afirma. «Yo tengo un visado que es un poco diferente. Con ese, si procesabas ciertos papeleos, sí que podría actualmente salir del país, pero es también más complicado», puntualiza, para más tarde aseverar que tiene «amigos que fueron a España de visita y se quedaron allí porque les cancelaron los vuelos».

La apertura de fronteras plantea un nuevo escenario, mucho más halagüeño para su situación y la de los miles de extranjeros semiatrapados en Australia. «Abren fronteras completamente el 21 de febrero, lo que quiere decir que cualquier persona que esté vacunada puede venir de visita, si tiene un visado del país aprobado de turista, de estudiante, de Work and Holiday o de trabajo», explica, tras lo que resalta que esta medida «alivia mucho la situación de la gente que está aquí». «Pueden venir familiares a visitar, tú puedes ir y, además, te vas con la seguridad de que puedes volver a entrar». Una circunstancia que le permitirá acabar con una espera que se le viene haciendo eterna. «No he podido ir de visita a España desde que cerraron el país, hace 2 años».

«Me planteé volver definitivamente»

Tacha con ilusión cada día del calendario, aunque ahora «excepto por la mascarilla, el resto está bastante normal», suspira. «Se puede salir, se puede ir a los bares… Se puede hacer un poco de todo», asevera. «Han levantado casi todas las restricciones. Ahora mismo, no queda casi ninguna vigente, excepto en Western Australia. Allí, dicen que no abren. No tenían muchos casos de coronavirus, pero ahora sí los tienen y están cerrados a cal y canto del resto del país», indica Eduardo Carreras, quien también matiza que las medidas «han estado cambiando muchísimo». «Las fronteras de los estados estaban totalmente cerradas. Si había una ciudad colindando con otra, pero que son de diferentes estados, lo que hacían era levantar vallas en mitad. Tú no podías ir a tomarte un café donde te lo has tomado toda tu vida. Era surrealista. La gente estaba muy quemada; ya se nota que los ánimos son otros», ahonda.

No obstante, «ahora sí hay bastantes casos». «Las dos zonas en las que ha solido haber más han sido Sidney y Melbourne, pero, claro, el resto han estado cerradas a ellas. Fueron abriendo progresivamente y se ha ido extendiendo el virus. Hay una tasa de mortalidad muy baja, pero muchos contagios. En total, en Australia puede haber 20.000 o 30.000 nuevos contagios diarios», especifica. La tasa de vacunación ronda el 80%, algo en lo que influye que en algunas circunstancias, vinculadas con actividades comunitarias y empleos, la inoculación es obligatoria. «Hay mucha gente que no se quiere vacunar, precisamente, porque está en contra de esa decisión», sostiene Carreras.

«Creo que hay más cansancio que resignación ya. Ha habido mucha protesta en contra de todas las restricciones por la covid. Sobre todo, en Victoria, que es donde está Melbourne. Allí, la gente ha acabado muy quemada», analiza, antes de confesarse «resignado». «Yo vivo en una zona de playa, en la que tampoco ha habido muchos casos de coronavirus durante la pandemia. Aquí no es como en España, que vivimos en poblaciones bastante urbanitas y bastante densas. Aquí todo es muy extenso, muy residencial, con espacios muy grandes en los que es más fácil el día a día con la covid, no encontrarte con gente, En ese sentido, ha sido más fácil que si hubiera estado viviendo en un piso o en cualquier otro sitio, en una ciudad más grande», expresa.

Aun así, barajó un regreso definitivo a España. «Cuando cerraron todo en marzo, yo me lo planteé seriamente. Puse sobre la mesa volverme en mayo o junio», revela. Decidió finalmente quedarse, motivado también porque, entonces, la situación pandémica en Australia era más liviana. «Aquí, ha sido una pandemia un poco 'light' en muchos momentos», define. Ahora, en cambio, sí ve cerca el retorno a Granada, aunque temporal. «En casa me dicen que están deseando que vaya para allá, igual que yo. Tengo unas ganas increíbles de ver a la familia y a los amigos», señala. Su tierra, los suyos y las tapas granadinas le esperan con impaciencia, después de un periodo demasiado largo durante el que ha imaginado el reencuentro con asiduidad. Esa imagen pronto saldrá del imaginario. «Estar allí y encontrarte con tu gente no tiene precio».

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