Los pequeños mensajeros de la paz que siembran cariño y respeto en Granada
Alumnos de Primaria del CEIP San Juan de Dios recorren la Chana para llenar el barrio de convivencia este 30 de enero
La amenaza de lluvia no ha achantado a los más pequeños, que este jueves tenían que salir a la calle sí o sí. Resulta que, a pesar de tener solo entre siete y ocho años, en sus manos ha quedado la responsabilidad de cumplir la misión más importante de cada 30 de enero: sembrar la paz en Granada. Estaban muy nerviosos, sí, pero también comprometidos. Desde primera hora de la mañana han estado ultimando detalles. El plan era perfecto y todo tenía que salir según lo previsto. ¿Lo habrán conseguido?
Con motivo del Día Mundial de la Paz y la No Violencia, veintisiete alumnos de segundo de Primaria del CEIP San Juan de Dios, en el Cerrillo de Maracena, se han embarcado en esta aventura. Bajo los mandos de su tutora, Carolina Bermúdez, han preparado cientos de banderines. «Chicos, tenemos una misión y es llenar de paz hoy, por lo menos, nuestro barrio», les ha dicho la profesora. «Vamos a repartir este decálogo con diez frases y le vamos a contar a la gente qué es la paz», ha explicado a este periódico Lara, una pequeña de la clase.
Algunos padres y madres se han prestado voluntarios para acompañarlos en esta ruta por la Chana. Se han dividido en grupos y, rápidamente, cada uno se ha dirigido a su destino. Los primeros han cruzado decididos las vías del Metro; un par de grupos han virado hacia Parque Almunia, y otros pocos han optado por visitar las facultades de la zona. Eso sí, en el camino no han faltado paraditas en bares y farmacias. «¡Buenos días! Estamos repartiendo paz», ha anunciado Álex mientras le entregaba un banderín a una señora.
Un día sin peleas
De primeras, los niños se acercaban con cierta timidez a vecinos y comerciantes, pero a medida que avanzaba la mañana se han ido soltando. «¡Solo me queda una!», ha compartido Isadela. Ella y su mellizo Francisco corrían y saltaban por las calles de la Chana, banderines en mano, como si no hubiera un mañana. Así han llegado a la Escuela de Ingenierías de la UGR. Aunque no había mucha gente porque es época de exámenes, han conseguido captar la atención de un grupo de estudiantes. «No tirar papeles al suelo, sonreír, no pelearse… Eso es la paz», les han comentado.
El mensaje también ha llegado a la facultad de Bellas Artes, donde Lidia le ha dado una gran sorpresa a su papá, que trabaja allí. Aunque ella es más tranquila que sus compañeros, ha disfrutado igualmente la experiencia. Juntos han repartido el decálogo a diestro y siniestro. «Seño, me he vuelto a quedar sin papeles», ha protestado Álex. «No te preocupes, que yo tengo más», le ha respondido Carolina. «Vale, vale. Menos mal», ha suspirado aliviado. Han pasado por Secretaría, Administración... ¡incluso por la biblioteca! Los estudiantes no han dudado en dejar la tarea a un lado para escuchar lo que tenían que decirles. «La paz es tratar bien a los demás, ser cariñosos, amables... Hoy no podéis pelearos», han subrayado los pequeños.
En ese mismo momento ha aparecido por sorpresa el papá de Lidia, que trabaja allí. Aunque es más callada que sus compañeros, ella también ha disfrutado de la experiencia.
En esta misión también han participado otros seis centros educativos de la capital, como son los CEIP Elena Martín Vivaldi y Arrayanes; los CDPEE Purísima Concepción y Santa Teresa de Jesús; el CDP Santa Cristina, y el IES Francisco Ayala. Todos ellos son integrantes del programa 'Escuelas, espacios de paz' de la Consejería de Desarrollo Educativo y para este 30 de enero han organizado 'comités de voces de paz' para llevar la justicia y la solidaridad a cada rincón de Granada.
En el caso de los alumnos del CEIP San Juan de Dios, todos se han hecho con un inesperado botín durante esta ruta por la Chana. Algunos han vuelto al colegio con los bolsillos llenos de caramelos mientras que otros presumían de haber comido bombones y otras chucherías. «¡Es el mejor día de este mes! ¡Lo estoy pasando genial!», ha chillado Álex, emocionado. Puede que tenga razón. Al fin y al cabo, nunca está de más recordar lo que ellos han recogido en este decálogo y sembrar la paz, al menos, en el barrio, en Granada.
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