«Mi peor verano fue el que cambió el curso de mi vida»
Clara Peñalver, escritora ·
Obligada a reposar por una lesión, aparcó el temario de las oposiciones y en dos intensas semanas de canícula escribió Sangre, la novela que marcó el inicio de su carrera y que ahora se reedita en audiolibroMercedes Navarrete
Granada
Lunes, 19 de julio 2021, 00:32
Los veranos de la escritora Clara Peñalver (Granada, 1983) siempre habían estado marcados por la aventura de las rutas nacionales e internacionales en moto. Clara es de las que renegaba del verano de playa y chiringuito hasta que el pasado año su embarazo la bajó de la moto y le hizo probar unas tranquilas vacaciones familiares en Almuñécar. Los paseos por la playa, con la pequeña Leona creciendo en su barriga, acabaron haciendo del de 2020 el más especial de sus veranos y este 2021 va a repetir el plan. Descansará en Almuñécar a la vez que está ya inmersa en su nueva novela y proyectos que le entusiasman como el audiolibro de Sangre, que se publicará en breve.
–¿Cual fue el peor verano de su vida?
–Pues me tengo tengo que poner un poco intensa para recordarlo. Mi peor verano fue el de 2009. Yo siempre tuve claro que me quería dedicar a escribir pero como era algo supercomplicado de hacer realidad, a la vez que terminaba la carrera de Biología. opositaba para inspectora de Policía. Estaba pasando una racha fatal. En un entrenamiento me hice daño en la rodilla y estuve con la 'pata' tiesa varias semanas sufriendo el calor y con la certeza de que el instante por el que estaba pasando no era el adecuado para mi. Mi objetivo era acabar el temario pero cuando tienes que estar quieta y tienes una mente como la mía acabas yéndote por los cerros de Úbeda. En lugar de estudiar Derecho Penal y legislación acabé escribiendo una historia de vampiros ambientada en Granada. En apenas dos semanas vomité el borrador de mi primera novela Sangre y así el peor verano de mi vida fue al final el que cambió el curso de mi vida.
–¿El verano es buena época para escribir?
–Escribo todo el año. Desde que me dedico profesionalmente a esto no recuerdo ningún verano sin trabajar. En vacaciones llevo siempre una libreta para tomar notas e ideas y además del ebook voy cargada de libros. Y si no los llevo los compro en el destino.
–¿Qué lee debajo de la sombrilla?
–Sobre todo narrativa contemporánea. Recuerdo un verano en el que me cambió la mentalidad como escritora leer Metafísica de los tubos de Amélie Nothomb. Otra novela que ha marcado mis veranos es Distancia de Rescate, de Samanta Schweblin y Paul Auster me acompaña todo el año. Thriller leo solo cuando no estoy escribiendo.
–¿Por qué libro tiene que empezar un lector que no conozca la literatura de Clara Peñalver?
-Siempre por el último, por Sublimación. Al final es donde he dado más de mi. Aunque ahora acabo de reconciliarme con Sangre, siempre la he llamado mi niña tonta, pero va a tener una nueva vida en forma de audiolibro, que he tenido el placer de grabar y a día de hoy la recomiendo leer, pero aún mejor escuchar, en audiolibro en la plataforma Storytel.
–¿Y cuál de sus obras es la lectura más veraniega?
–La saga de Ada Levy. Son libros para verano porque los protagoniza una detective atolondrara, gran amante de las motos y tremendamente aficionada a meterse en líos a cada paso que da. Es una lectura ligera para llevarse a la playa, el típico libro de bolsillo que lo manoseas y al final dices, ostras qué bien me lo he pasado. Es la más fresca.
–Como apasionada motera, ¿que ruta recomienda?
–Por Andalucía la sierra de Cazorla que es una maravilla y en Granada otra fantástica es subir a Sierra Nevada y bajar por una carreterita de curvas que serpentan de forma interminable hasta Guéjar Sierra, recorrer la antigua senda del tranvía y desde allí bajar por la Alpujarra llegar hasta la playa. En 40 minutos puedes estar en el Veleta y luego remojándote los pies en la playa.
–¿En qué momento está y qué le apetece escribir ahora?
–Lo que me apetece es lo que tengo que escribir. Tengo una novela comprometida, un thriller que se publicará el año que viene con Ediciones B. Tengo proyectos de los que no puedo avanzar mucho pero básicamente son hacer literatura o ayudar a otros autores a hacer literatura como asesora creativa.
–De sus 'hijos literarios' ¿cuáles le ha dado más alegría?
–Cada novela que sale trae muchas satisfacciones. Ada me enseñó a escribir, con esos tres libros me convertí en novelista de verdad. Pero el librito que quizá más alegrías me ha dado a nivel profesional es 'Cuentos para educar con inteligencia emocional', uno de mis infantiles, porque no solo se ha vendido superbien en España, también en Corea y China. Lo escribí con muchísimo cariño para ayudar a papás y mamás a diseñar historias para sus peques y como una fábrica de cuentos. Me lo pasé muy bien escribiéndolo , salió en 2014 y hace poco me escribieron de Chile una banda de música que había interpretado uno de los cuentos.
–¿Qué componentes tiene que tener un verano como historia?
–Mi ideal serían la tranquilidad y el descanso, pero al final cuando cierro un verano maravilloso lo que he tenido es muchísimo movimiento, intensidad de trabajo, escritura y mucha improvisación y sorpresas.
–¿La maternidad le está inspirando como escritora?
–Me ha ayudado a conectar mucho más con las emociones, no se si por el vaivén hormonal que ayuda a despertar el sistema límbico y a llevárselo al teclado. Al profesionalizar la escritura se pierde un poco la conexión emocional con lo textos y yo he vuelto a conectar con los personajes y las tramas.
–Pues no estamos tan mal ¿no?
–Pues no estamos tan mal es la máxima de mi vida. A pesar de haber tenido momentos muy malos siempre acabo sacando lo mejor. Tengo la sensación de que ni ahora ni nunca estaremos tan mal.
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