Droga en Granada
«Hay padres y madres que no están poniendo los límites como corresponde»El papel de las familias para evitar adicciones. «Todas las cosas que son causa de conflicto, se pueden llegar a acuerdos»
Elena Sánchez, 32 años, es psicóloga, terepauta y técnica de prevención en Proyecto Hombre. Ella comparte muchas horas con jóvenes que afrontan problemas de adicción: desde las sustancias químicas o los porros, hasta el móvil y los videojuegos. «A partir de los 13, 14 o 15 años se empieza con el alcohol y de ahí es muy fácil saltar a otro tipo de sustancias, a conductas con más riesgo». Los adolescentes, explica, buscan transgredir los límites y probar cosas nuevas. «Quieren experimentar y quieren no acatar las normas porque son normas. Eso es lógico, ley de vida».
Sin embargo, son «muchos» los padres y madres que llegan al despacho de Sánchez explicando que lo que sus hijos hacen son «cosas normales de la adolescencia». «Ahí es cuando rascas y les señalas que no es normal que un chaval de 14 años se escape de casa día sí, día también, para volver a las siete de la mañana y no ir a clase. Eso no es normal. Y hay ciertas cosas que los padres están normalizando que no deberían normalizarse».
Para Sánchez, en todos los casos de jóvenes hay una responsabilidad parental. De hecho, en el programa intentan que siempre participen las familias. Ahí es cuando hablan de los límites. O, mejor dicho, de la falta de límites. «Hay padres y madres que no están poniendo los límites como corresponde. No digo un control absoluto, eso no funciona. Hay de moda un tipo de crianza de no negar nada que, no lo sé, lo mismo funciona con niños más pequeños. Pero en adolescentes no».
«Hay de moda un tipo de crianza de no negar nada que, no lo sé, lo mismo funciona con niños más pequeños. Pero en adolescentes no»
Hay que sentarse con los hijos a pactar ciertos acuerdos: horarios, rutinas, tareas de casa, días de salida... «Todas las cosas que son causa de conflicto, se pueden llegar a acuerdos. Y no hace falta infantilizarlos o engañarles, se enteran de todo y son perfectamente conscientes de lo que está bien y lo que está mal».
¿Y el móvil?
Uno de los temas más controvertidos es el móvil. «Si los hijos ven a sus padres con el móvil en la mesa o en la cama... ellos lo reproducen». Sánchez habla de familias que no le dan importancia a que un niño pase 12 horas con el móvil o jugando a videojuegos. «Lo ven normal porque no molestan. Pero si ponen atención... uf, cuidado».
¿A qué edad se le da un móvil a los hijos? «Depende de la madurez y de la capacidad que tenga el niño para entender que es una responsabilidad. Y que si asumes esa responsabilidad, vas a tener que aceptar normas: no se duerme con el móvil, no se lleva a clase, no estás más de x horas, yo voy a tener acceso... pero no desde el control, sino desde el interés por el hijo. Es muy difícil».
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