El escritor Andrés Neuman estrena este domingo en IDEAL la sección 'Con otros ojos'

Antes de hacer la foto, Andrés Neuman pronunciará cinco mil palabras. Algunas solo las pensará, como piano, libreta o pilot de 0,4 puntos. «Un café solo y una limonada», pide en un encantador restaurante del Realejo, en la calle Santiago. «La limonada aquí es riquísima», advierte, reflejado en un enorme espejo que cubre toda la mesa. Por el hilo musical suena 'Teardrop', de Massive Attack, y, por lo que sea, surge Federico García Lorca. «Ojalá tener sus ojos, qué maravilla». Neuman no los tiene ni aspira a tenerlos, pero sí encuentra en el poeta una inspiración para escribir desde este domingo, en IDEAL, un artículo semanal que fusione literatura, periodismo y nuevas tecnologías.

García Lorca activa un apasionado resorte en Neuman, tan bonaerense como greñúo, algo que no puede ni quiere evitar: «Federico vivió un año entre Argentina y Uruguay. Mi abuela, la primera obra de teatro que vio en su vida fue el estreno de 'Bodas de sangre', en Buenos aires. Ella tenía una foto de Lorca entre las de sus hijos y nietos; le consideraba familia. ¿Lo ves? –pregunta, mientras da el último sorbo al café–. Mis dos patrias, Buenos Aires y Granada, estaban enamoradas y traumadas con Lorca. La obsesión me viene de las dos orillas». Y empieza la limonada.

Una de las grandes cualidades de Federico, cuenta Neuman, era su capacidad innata para ponerse en la piel del otro; para ver con otros ojos. «Lorca tenía una cierta pulsión periodística no muy obvia, marcada por su colosal curiosidad por el prójimo». Esa combinación entre el ojo poético y el ojo periodístico estará muy presente en 'Con otros ojos', la sección que Neuman inaugura esta 15 de septiembre, un proyecto que vive en la frontera de géneros y formatos: la palabra escrita, la fotografía, el audio, el vídeo y las redes sociales. Un artículo que busca «preservar y defender el lenguaje elaborado en la prensa y, al mismo tiempo, dialogar con lo que ha venido pasando en las últimas dos décadas».

¿De qué se trata exactamente? La idea es tan sencilla como innovadora. Andrés seleccionará una fotografía de un hecho relevante de la semana. «Es algo que se está perdiendo en esta sociedad que siempre va con prisa: la relectura. Si releemos la semana, ¿en qué detalle nos podríamos detener?». Hablamos de una fotografía descartada, la otra fotografía, digamos. «Si el periódico usó una en portada, yo usaré otra del mismo momento pero que muestre una perspectiva distinta».

Neuman, que fue articulista de IDEAL entre 2000 y 2010, exprimirá las imágenes. «Yo soy de los que piensan que una de las mayores falacias de nuestro tiempo es que una imagen vale más que mil palabras. Para nada. En la era de la inteligencia artificial y el Photoshop, una imagen no vale ni una sílaba. Pero es que, además, una imagen genera miles de palabras».

Al artículo que podrán leer en la edición impresa y digital de IDEAL, se suman las nuevas herramientas narrativas. Neuman locutará el texto, siguiendo la estela de los podcasts, y lo usará en un vídeo, una suerte de imagen en movimiento que, poco a poco, se irá 'rompiendo' en fragmentos inesperados. «Es un formato novedoso, sobre todo el ensamble de las piezas, ya verán. Y siempre con un pie firmemente puesto en la escritura clásica y en la dignificación del lenguaje verbal. Después de todo, me va la vida en ello. Yo soy escritor, no influencer, algo que ni puedo ser ni me interesa».

Andrés Neuman fue de los primeros en llegar a Twitter y Facebook; y también de los primeros en irse. Aunque no reniega de las redes sociales, sus perfiles siguen abiertos, pese a que no escriba nada desde hace años. «Nunca se sabe si algún día volveré. También me abrí un Instagram que nunca usé donde hay 3.000 seguidores atendiendo al silencio. Quién sabe, quizás algún día… Pero me fui de las redes porque son un agujero negro y decidí que era mejor aprovechar el tiempo para leer, escribir, charlar con amigos o, claro, cuidar a mi hijo».

Su hijo se llama Telmo y es, además, el protagonista de sus dos últimos libros: 'Umbilical' y 'Pequeño hablante' (Alfaguara). «No creo que haya una manera mejor de describir lo que es mirar con otros ojos que tener un hijo. Ahora soy su discípulo. Casi todo lo que he aprendido del lenguaje y de la observación de la realidad en los últimos cuatro años proviene de él». Telmo y su familia son, en gran medida, la razón por la que Neuman sigue en Granada. «Quiero criar caminando a mi hijo, vivir en patinete, que Telmo llegue a conocer todas las calles de la ciudad… esa calidad de vida deviene en calidad de observación de tu entorno; eso me parece una riqueza».

Neuman atraviesa muros y paredes del restaurante para señalar un pequeño local que hay en la Plaza del Realejo: una huevería. «Al lado de la huevería hay una cafetería regentada por latinoamericanos que hacen unos huevos revueltos deliciosos, con huevos que compran en la puerta de al lado. Esto sucede en un barrio hipergentrificado. Algo muy local que se entiende como universal». Ese baile entre lo pequeño y lo grande marcará el ritmo, precisamente, de 'Con otros ojos'. El próximo día 15, sin ir más lejos, Neuman viajará de Salobreña a Donald Trump, «o de la economía familiar de un veraneante de clase media a las multinacionales».

En el vaso no queda ni una gota de limonada. El fotógrafo prepara la cámara y busca el ángulo adecuado. Neuman, que acaba de terminar su nueva novela (una novela que aparcó hace casi cinco años, cuando empezó a llegar Telmo), le pregunta de dónde es. El cámara responde que de Cochabamba. «¡Somos iguales! ¡Los dos terminamos en Granada!», exclama Neuman. «Aunque yo vivo en Víznar, mi pueblo», detalla el fotógrafo. «Mira, como el poeta. Así se abrocha la conversación», aplaude el bonaerense greñúo. Ambos hablan de sus viajes, de sus familias, de sus dos orillas… Esas y todas las demás palabras quedan guardadas justo cuando suena el clic.

'Con otros ojos', los domingos en IDEAL.

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