Niebla, una enfermera diferente

Cuando Darío llega al hospital, Niebla ya le está esperando. El chico tiene nueve años y se traslada a Granada, desde Jaén, para ser atendido en el Materno Infantil, donde este martes le van a sacar sangre. Ella, un remanso de sosiego, es un cruce de labrador y mastín, una enfermera diferente, la mejor amiga desde hace un mes de las niñas y los niños que acuden para someterse a una extracción sanguínea. Ambos comparten los minutos previos al pinchazo, juegan y se dan cariño hasta que la aguja perfora sutilmente la piel del zagal. «No me ha dolido», asegura el pequeño, sereno, cuando sale de la sala de extracciones, a lo que su padre, Juanma, responde: «Es un león». La perra, toda profesionalidad y entereza, se despide con la misma calma con la que le recibió y continúa su jornada laboral, joven a joven, aplacando el nerviosismo y la ansiedad que pueda suscitar el análisis de sangre.

Se trata de un proyecto pionero en Andalucía que se desarrolla en el hospital Materno Infantil de Granada, a través de la unidad de terapia de Hachiko Educación Canina, con la financiación de la Fundación Cajasur. «Intentamos hacer más amena la espera de los niños en el hospital, mediante diferentes actividades con las que tratamos de hacer que la extracción de sangre no sea tan estresante», describe Nicolás Montes, adiestrador y director de la entidad terapeuta. Lo refrenda Aida Galindo, jefa del bloque de cuidados pediátricos del Virgen de las Nieves. «Para los niños y las niñas en la sala de extracciones supone mitigar el estrés y gestionar mejor las emociones», sostiene, para seguidamente sintetizar la iniciativa: «Pretendemos que, a través del juego y del contacto físico con el perro, estén tranquilos y sean pacientes ante una entrada inminente para realizar una extracción sanguínea».

Niebla es la encargada de hacer efectivo el plan. Cada martes, asume su rol como un miembro más del personal sanitario del hospital con cada niña y niño que acude para sacarse sangre. Su función es tocar esa tecla que al ser humano le resulta, en ocasiones, difícil de alcanzar. «Llegamos a las 9.00 horas, preparamos todo en la sala, que ponemos una pequeña alfombrita para que la perra esté más cómoda, y ahí esperamos a que vayan llegando. Los vamos recibiendo, están un ratito con la perra y, cuando les toca que salga la sangre, la perra los acompaña. Luego, también los acompaña cuando han terminado y hasta la puerta. Se despiden de ella y ya están mucho más contentos. Durante el proceso de extracción, acompaña a algunos. A otros, no, dependiendo del perfil del niño», detalla Montes.

«Hoy, he venido al médico a sacarme sangre. Me he encontrado a Niebla y me he sentido mucho más relajado. He jugado mucho con ella», expresa Darío, justo tras someterse a la extracción. «Esta terapia está siendo muy bien acogida. Tanto los niños como las familia juegan y se olvidan prácticamente de que están en una sala de espera. Con ello, lo que pretendemos es que su estancia en el hospital sea más amena», abunda Aida Galindo. «El simple hecho de introducir un perro en el hospital ya es algo motivante que llama mucho la atención de los niños, y eso hace que se focalicen más en ello que en la extracción. El feedback es positivo desde el primer momento. Sobre todo, cuando salen, que, muchas veces, tienen una barraquera o un estado emocional de agitación y, en pocos minutos, conseguimos que la perra les tranquilice y les saque una sonrisa», agrega el director de Hachiko.

Niebla es el único can que integra este programa terapéutico, la única encargada de suprimir la angustia de los más pequeños ante la amenazante aguja. Nicolás Montes ha trabajado con ella desde hace dos años, cuando fue adoptada tras ser encontrada en la calle, atada a un árbol. «Es la perra de la Fundación Purísima Concepción de las Hermanas Hospitalarias de Granada. Buscamos que sea un animal tranquilo, sociable, noble, 100% fiable, que le guste el contacto social… Luego, hacemos un adiestramiento en obediencia básico y alguna habilidad canina, como dar la patita o hacer el muerto. Con eso, es suficiente para entretener a los niños y que ellos estén a gusto, lo más tranquilos posible durante todo el proceso», explica su adiestrador, quien también sostiene que esta enseñanza propicia que ella no sufra estrés.

En ello influye sobremanera la presencia de Rosa Ucendo, técnica en intervenciones asistidas por perros. Convive con Niebla en la residencia de la citada organización, lo que le permitió establecer un vínculo especial con la perra. «Mi función es cuidarla, tenerla bien limpia y mantener un poco el pienso; estar con ella todo el rato jugando y pendiente de cómo está emocionalmente», enumera. Tiene diversidad funcional, por lo que encuentra en este proyecto, además, una oportunidad de inserción en el mundo laboral. «Para mí, es muy importante, porque ayudamos a gente que lo necesita», afirma.

El Hospital Materno Infantil-Virgen de las Nieves ya se adelantó en Andalucía en la introducción de la terapia canina en su oferta y, aunque ahora en la comunidad trabajan canes en el ámbito sanitario, se trata del primer centro andaluz que emplea esta técnica en la extracción de sangre. «Esto entra dentro de un plan de humanización en el hospital que es muy importante. Sabemos que existen excelentes profesionales que nos ayudan a mejorar nuestra salud, pero también el estado emocional es muy relevante. Con estos planes, se da un plus a la atención de todas las personas que aquí vienen, a todos los niños en este caso», considera el director de Hachiko, que también desarrolla actividades similares en otras áreas. «La sociedad está viendo los beneficios que aportan las intervenciones asistidas con perros y cada vez nos introducimos en más ámbitos de aplicación», concluye.

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